Con una historia de 110 años sobre sus hombros, el Cine Gaumont, ubicado en Avenida Rivadavia 1635, frente a la Plaza Congreso, es la sala inaugural del programa Espacios INCAA. En este sentido, se dedica a exponer producciones audiovisuales nacionales.
Se fundó en 1912 bajo el nombre Cinematógrafo de la Plaza del Congreso, para luego rebautizarse como Cine Gaumont en 1922. La nueva denominación fue en honor al cine parisino abierto en 1911 por Léon Gaumont, pionero en la industria cinematográfica.
Sin embargo, el edificio en el cual estaba emplazado se demolió en la década del ‘30. En 1946 tuvo una reinauguración en la nueva construcción hecha en el mismo predio.
Historia del lugar
Luego de la aparición del cine sonoro, el próximo paso en la evolución de la industria audiovisual fue el sistema Cinemascope. En 1956, el Gaumont incorporó esta tecnología creada por 20th Century Fox que permitía ver películas en un formato panorámico.
En la década del ‘60, el cine adquirió la tecnología Súper Cinerama, que proyectaba imágenes de forma simultánea desde tres proyectores de 35 mm sincronizados en una pantalla gigante cóncava.
En 1995, tanto el Gaumont como la mayor parte de los viejos cines de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires fueron remodelados para competir con las cadenas multipantallas que llegaron a la Argentina. La remodelación aumentó su capacidad y fue dividido en tres salas.
Desde el año 2003 es dirigido por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) y exhibe en sus pantallas casi con exclusividad producciones nacionales, tanto de ficción como documentales. Además, cuenta con una entrada accesible, lo que permite una mejor llegada al público.
Demolición y protección
En 2003, el INCAA alquiló el cine a sus propietarios y lo transformó en el Espacio INCAA km 0. En abril de 2012, un año antes de que venciera el contrato de alquiler, los propietarios decidieron no renovar con la institución, para vender el cine con el objetivo de demolerlo y construir un emprendimiento inmobiliario.
Días después de que se conociera la noticia, el legislador porteño Juan Cabandié (FpV), apoyado por el INCAA y un grupo de trabajadores de la industria como Graciela Borges, Luis Puenzo y Pablo Echarri, presentó el proyecto de ley de protección estructural para preservar el edificio del Gaumont.
Este proyecto se aprobó por unanimidad en la Legislatura porteña el 6 de julio de ese año. Debido a la implementación de esta medida, el inmueble no puede ser modificado ni demolido, preservando así su valor patrimonial, histórico y cultural.
En enero de 2013, el INCAA anunció que estaba en tratativas para comprar el edificio. La transacción se llevó a cabo el 19 de febrero de 2013 y tuvo un costo de 19.500.000 pesos. Por dos meses, el cine permaneció cerrado por un reacondicionamiento edilicio y renovación de pantallas y la instalación de un equipo de proyección digital.
Remodelación, renovación y pandemia
En febrero de 2020, las autoridades del INCAA anunciaron que el cine permanecería cerrado para el público. A causa de distintas refacciones en el edificio, que incluían la implementación de medidas de seguridad e higiene. En esa oportunidad, estaba previsto que el cine volviera a abrir sus puertas totalmente remodelado durante la Semana Santa.
El proyecto de obra no solo incluyó la remodelación de las salas sino que sumó las mejoras en las cabinas de proyección y en el sistema acústico. También se dispuso un sistema online para la adquisición de butacas numeradas y terminales de autoservicio para finalizar las compras online de boletos.
Las tres salas también se rebautizaron. La principal se pasó a llamar Leonardo Favio, la Sala 2 María Luisa Bemberg y la Sala 3 Fernando Birri.
Espacios INCAA e identidad nacional
Durante toda su historia, el cine ha representado diversos y complejos problemas asociados con las relaciones entre las identidades culturales y los procesos históricos que las modelan.
Los Espacios INCAA forman parte de un programa del organismo cultural creado en marzo de 2004 con el propósito de garantizar la exhibición de las producciones audiovisuales nacionales. Su intención es recuperar el cine como hecho cultural y social, como arte y entretenimiento.
De esta forma, se aleja de la imposición del mercado mainstream, que posee una posición dominante en el mundo. Este se guía por la recaudación de taquilla y, en consecuencia, resta pantallas a las expresiones cinematográficas locales. Por su parte, el Gaumont y los Espacios INCAA permiten visibilizar las propias imágenes nacionales, idioma, música, historia e identidad.