El papa Francisco se encontró en la mañana del 25 de julio con las poblaciones indígenas First Nations (“Primeras Naciones”); Métis (mestizos) e Inuit. La reunión fue en Maskwacis, Canadá, donde el Pontífice se encuentra en viaje de “peregrinación penitencial”.
Allí se disculpó ante estas comunidades por el rol de la Iglesia Católica con su “mentalidad colonialista”, que llevó a la “destrucción cultural” de los pueblos originarios. “Llegué hasta sus tierras nativas para decirles personalmente que estoy dolido; para implorar a Dios el perdón, la sanación y la reconciliación”, afirmó.
En específico, se refirió a las escuelas residenciales que funcionaron en Canadá desde fines del siglo XIX hasta mediados de la década del 90. Esas instituciones estaban a cargo del Gobierno del país y de la Iglesia Católica.
Obligaron a miles de niñes de pueblos originarios a separarse de sus familias y olvidar sus costumbres y cultura. Muches murieron por las terribles condiciones en las que vivían.
Repercusiones de los dichos del papa Francisco
El encuentro entre las comunidades y Jorge Bergoglio tuvo lugar en un sitio conocido como “Colinas de Osos”. Se encuentra a unos 70 kilómetros al sur de la ciudad de Edmonton, en el estado de Alberta. Cerca de ahí, funcionaba uno de los mayores internados que gestionaba la Iglesia Católica: el de Ermineskin.
Wilton Littlechild, jefe de una de las comunidades y sobreviviente de estas escuelas, recibió al Papa Francisco. “Durante el tiempo que pasamos con usted, nos quedó claro que escuchó profundamente y con gran compasión los testimonios que contaban cómo se reprimía nuestra lengua, se nos arrebataba nuestra cultura y se denigraba nuestra espiritualidad”, afirmó.
Otras voces aseguraron que esto no es suficiente. Cornell McLean, gran jefe interino de la Asamblea de Jefes de Manitoba, se expresó en medios de comunicación canadienses y concluyó: “Una disculpa no alivia el dolor de los niños perdidos que nunca regresaron a casa”.
Francisco lo reconoció y admitió que el perdón “constituye solo el primer paso, el punto de partida”. “Una parte importante de este proceso es hacer una seria búsqueda de la verdad acerca del pasado”, reafirmó.
A su vez, también consideró necesario “ayudar a los supervivientes de las escuelas residenciales a realizar procesos de sanación de los traumas sufridos”.
bueno vuelvo porque me acordé de esta escena de la serie que me parece muy fuerte y creo que representa muy bien el dolor de las comunidades afectadas https://t.co/a8jJidnRAs
— bri🧣 (@IonIywitch) August 30, 2020
La serie “Anne with an E” muestra como una niña amiga de la protagonista logra escapar de los internados para las infancias nativas canadienses.
Escuelas del horror
Littlechild, quien recibió al papa Francisco, fue une de les niñes que concurrió a estas instituciones. Asistió a la Escuela Residencial Ermineskin, donde no tenía nombre, sino un uniforme con el número 65.
Como él, se calcula que se obligó a alrededor de 150.000 niñes de tribus indígenas a “estudiar” en esos lugares. Se conocen 130 escuelas residenciales a lo largo y ancho de Canadá. El objetivo de estos lugares era la “integración” de los pueblos originarios a la cultura blanca.
Se desprendía a les niñes de sus familias a la fuerza. Una vez que llegaban a las instituciones, no se les permitía hablar en su idioma ni ver a sus familiares. Todo lo que se relacionaba con la cultura originaria era visto como algo malo o pecaminoso.
Además, las condiciones de vida no eran las mejores. Se les sometía a castigos y sufrían abuso psicológico, físico y sexual. Esto, junto a las malas condiciones de vida (mala alimentación y hacinamiento), generó que muches niñes no sobrevivieran.
De manera oficial, se sabe que 6.000 murieron, de les cuales 4.100 ya se identificaron. Pero en los últimos tiempos se descubrieron tumbas sin marcar en diferentes escuelas del país, por lo que se teme que la realidad sea mucho peor.
La Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Canadá trabaja para obtener el reconocimiento y la reparación de las violaciones masivas de derechos humanos. También para conseguir que les responsables rindan cuentas y prevenir la recurrencia de la violencia o la represión.
Un viaje de “penitencia”
En marzo y abril de este año, diferentes comunidades indígenas de Canadá viajaron al Vaticano. Allí se reunieron con el papa Francisco, quien escuchó sus historias en relación a las escuelas residenciales y pidió las primeras disculpas en nombre de la Iglesia.
Esa fue la semilla para el actual viaje de Jorge Bergoglio a Canadá, que tituló “Caminando juntos”. Además de visitar Edmonton, recorrerá otras zonas del país.
La estadía se extenderá hasta el 29 de julio. En esos días concurrirá a Quebec, ciudad del este del país. Se reunirá con la gobernadora general de Canadá, Mary May Simon, y con el primer ministro, Justin Trudeau. Por último, visitará Iqaluit, territorio que se encuentra en el norte, en la zona ártica de la nación.