El último viernes, en Estambul, se logró la firma del primer gran acuerdo ruso-ucraniano desde el inicio del conflicto. Con mediación de Turquía y la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Rusia y Ucrania aceptaron reanudar las exportaciones de granos, cereales y fertilizantes de ambos países.
La oficialización del entendimiento se produjo luego que, la semana pasada, ambas partes alcanzaron un principio de acuerdo en torno al plan propuesto por la ONU. El organismo se ofreció como mediación con el objetivo de desbloquear 22 millones de toneladas de granos que se encuentran en los puertos ucranianos del Mar Negro.
Hasta el inicio del estallido bélico, ambos países eran los encargados de garantizar el 30% de la producción de trigo global. Sin embargo, las sanciones a Rusia como el bloqueo de los puertos ucranianos generaron un desabastecimiento internacional con una consecuente suba del precio de los alimentos. A partir de ello, la crisis alimentaria existente en el mundo se profundizó y, según la ONU, 47 millones de personas adicionales sufren hambre.
El hecho, no obstante, quedó eclipsado este sábado cuando dos misiles impactaron en el puerto de la ciudad ucraniana Odesa. Ucrania acusó al país liderado por Vladimir Putin del ataque pero, según aseguró Turquía, desde Rusia rechazaron esa hipótesis.
Un paso clave
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, y el secretario general de la ONU, António Guterres, fueron los encargados de presidir el acto diplomático en Estambul. Junto a ellos y en representación de ambas partes, estuvieron presentes el ministro de Defensa de Rusia, Serguei Shoigu, y el ministro de Infraestructura de Ucrania, Oleksander Kubrakov.
«Hoy, hay un faro en el mar Negro (…) un faro de alivio para un mundo que lo necesita más que nunca», sostuvo Guterres luego de la firma del acuerdo. Por su parte, el presidente Erdogan resaltó, en relación a la mediación de Turquía, que “estamos orgullosos de haber sido útiles en esta iniciativa”. El mandatario turco, a su vez, indicó que la propuesta “jugará un enorme rol a la hora de resolver esta crisis alimentaria global que ha estado en agenda durante tanto tiempo”.
Según lo pactado, los cereales ucranianos se transportarán por el Mar Negro hacia el Mediterráneo a través del estrecho del Bosforo. El acuerdo establece la puesta en marcha de un centro de control en Estambul en donde habrá funcionarios de la ONU, turcos, rusos y ucranianos. Desde allí, en ese punto de encuentro, se coordinarán las exportaciones.
Para que los granos lleguen a Estambul, tanto rusos como ucranianos, se compremetieron a respetar los corredores seguros de navegacion del Mar Negro. Los barcos partirán de Odesa, Pivdenny y Chornomorsk, tres puertos de Ucrania, y tienen el objetivo de transportar 8 millones de toneladas por mes.
Un ataque que genera dudas
Un día después de haber firmado el acuerdo, Kiev denunció que Rusia lanzó misiles que impactaron en Odesa, el puerto más grande del país. “El enemigo atacó el puerto marítimo de Odesa con misiles de crucero Kalibr”, indicó el portavoz de la administración regional, Sergii Brachuk. El funcionario, a través de un comunicado, precisó también que “dos de los proyectiles fueron derribados por las fuerzas de defensa aérea y dos impactaron en la infraestructura portuaria”.
Por su parte, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania, Oleg Nikolenco, manifestó que “la Federación Rusa tardó menos de 24 horas en poner en tela de juicio (…) los acuerdos y las promesas que hizo a la ONU y a Turquía en el documento firmado ayer en Estambul”. Rápidamente, el hecho generó la reacción y el repudio de Occidente.
Desde Moscú, según confirmó Turquía, negaron cualquier tipo de vinculación con los misiles lanzados al puerto de Odesa. El ministro de Defensa turco, Hulusi Akar, señaló que “los rusos nos dijeron que no tenían absolutamente nada que ver con este ataque y que estaban inspeccionando el problema muy de cerca y en detalle”.
El funcionario del gobierno de Erdogan resaltó que, a su vez, las autoridades ucranianas le dijeron que las actividades pueden continuar según lo previsto. “Lo importante es que no existe retroceso en la capacidad de carga ni en la capacidad de los muelles”, dijo Akar.