La Delegación plurinacional y federal recorrió los pueblos ubicados en la Provincia de Catamarca afectados por la megaminería, Andalgalá y Choya. El pasado lunes, la delegación brindó una conferencia de prensa en la que anunció la próxima creación de un informe respecto a los resultados de su visita en relación a las violaciones de derechos humanos sufridas por los pueblos catamarqueños.
La delegación la integran organizaciones de derechos humanos; socioambientales; abogades; comunicación y prensa; comunidades originarias y autoconvocades. La actividad se desarrolló en la Plaza 25 de Mayo en San Fernando del Valle de Catamarca. Les diferentes compañeres de todas partes del país expusieron y contaron lo que están viviendo actualmente en los territorios.
“No podemos permitir que a esta altura los acontecimientos en un mundo que está buscando un buen vivir, lo dicen nuestras mujeres originarias, se siga avasallando de una manera terrible por el capital que siguen sacándole a nuestra tierra”, indicó Pablo Pimentel, presidente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) La Matanza, durante la conferencia. Además, remarcó: “Lo más grave de todo esto es que envenena nuestro territorio”.
Tanto la conferencia como el informe tienen por objetivo que el reclamo de les catamarqueños sea escuchado. “Para que actúen, sea Justicia nacional; internacional; parlamentos provinciales y nacionales”, expresó Pimentel en diálogo con Nota al Pie.
Megaminería en Andalgalá y Choya
Los pueblos de Andalgalá y Choya, a doce kilómetros de distancia entre sí, se ven afectados por el emprendimiento minero, junto a los pueblos más cercanos al cerro a medida que la explotación se expande. “Los afectados somos todos”, indicó el presidente de la APDH.
Pimentel recordó las palabras de Sergio Val, de la Fundación Che Pibe, en la conferencia respecto a la bajante del agua. En este sentido, expresó: “Observemos todos los que vivimos en Catamarca, al sur, todas las provincias hasta Ushuaia, las aguas bajan”. Y en está línea aseguró: “Si las aguas bajan, bajan de dos maneras: o sanas o contaminadas; si no hacemos nada, van a seguir bajando contaminadas”.
Además, Pimentel desarrolló la importancia de haber ido a recorrer los territorios. “No es un emprendimiento para explorar. A ver si van a hacerlo y si hay algo. Hace 25 años está la lumbrera y hace doce está queriendo asociarse con dos empresas más que ya deben estar asociadas para hacer la explotación minera más grande de América Latina”. Para el defensor de los derechos humanos, son sumamente importantes las delegaciones y las visitas; para reconocer el panorama real considerando a les vecines que ponen el cuerpo, además de acompañar la Marcha 650.
Marcha 650
Hace 650 sábados que les vecines aledañes de Tal Galán, Choya, Aldagalan y otras comunidades instaladas en los cerros, bajan los sábados a las seis de la tarde para dar dos vueltas alrededor de la plaza principal de Aldagalan en denuncia de la explotación que viven.
Fue descrita como una marcha “simbólica de mucha valentía” por Pimentel. “Son dos vueltas a la plaza principal arrancando frente a la catedral; que también es una simbología a la falta de compromiso de la Iglesia. Que en gran parte ha sido cómplice muchas veces de esta explotación desde los años de la conquista”, explicó el referente de la Asamblea.
“Se juntan. Marchan detrás de unos hombres y mujeres que tocan los bombos extraordinariamente y con un ritmo de veinte o veinticinco minutos constantes de pegar con las manos y eso atrae a todos los que andan por ahí. Se acercan. Se enteran. Comparten. Luchan”, desarrolló el asambleísta.
Consecuencias de la megaminería en las ciudades
Entre las consecuencias que trae ser una ciudad explotada por el negocio minero, Pimentel habla de la falta de derechos laborales; poca accesibilidad a la salud; la contaminación del agua y el corrimiento de las placas de la tierra.
“No tienen derechos laborales. Me decían que el contrato de trabajo son dos meses. Si sos muy especializado, te contratan; y sino, la mayoría los echan a los dos o tres meses para no que no se venza el contrato que otorga la Ley Laboral”, declaró.
Además, contó que frente a las múltiples enfermedades, la lumbrera realizó la construcción de un hospital. Al respecto, el presidente de la Asamblea dijo: “Un Hospital donado por la minera para curar lo que van a producir”.
Por otro lado, indicó que otro daño que genera es al agua: “Al agua la contaminan, la destruyen. Usan millones de litros para lavar los metales que nos roban, porque no es ninguna regalía. No deja ninguna ganancia del país, se la llevan”.
En este sentido, desarrolló: “Esas bolsas que entregan la arena a los corralones, las llenan de piedras. Se llevan en grandes camiones rocas llenas que, después por supuesto para limpiarla, ya la llevan con el metal precioso. Cobre, bronce, oro, litio; 60 minerales importantes se lleva esta gente y no deja nada”.
Para concluir, también agregó que otro problema son las explosiones que generan corrimiento de las placas de la tierra y eso termina en derrumbes. En esta misma línea, remarcó la urgencia de accionar lo antes posible.