La ciencia argentina no para de dar buenas noticias. Y es que además de la presentación del descubrimiento del dinosaurio Meraxes Gigas, el carnívoro más grande que existió, otra novedad llena de orgullo a les argentines.
La Organización Europea de Biología Molecular (EMBO por sus siglas en inglés), incorporó a su stand oficial al investigador del Conicet, Gabriel Ravinovich, por sus sobresalientes contribuciones en el campo de la vida.
La membresía de la EMBO, de la que forman parte más de 1900 investigadores e investigadoras y en cuya nómina figuran noventa premios Nobel, busca honrar a científiques distinguides que han realizado contribuciones sobresalientes al campo de las ciencias de la vida.
De esta forma, el investigador Superior del CONICET y director del Laboratorio de Glicomedicina del Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME, CONICET- F-IBYME) se convierte en el quinto argentine que forma parte de la organización.
Sobre esto se expresó el Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, quien felicitó el compromiso y la excelencia de Rabinovich. Y destacó que “la ciencia básica que se produce en el país es la base para poder llegar lejos y alcanzar los umbrales del conocimiento. Y resolverle, en definitiva, los problemas y necesidades de las personas”.
En la misma línea expresó: “ La ciencia argentina una vez más vuelve a sobresalir y es producto de su comunidad científica, los espacios de formación. Y una inversión que demuestra que debe sostenerse para ver crecer las investigaciones y que no se vean interrumpidas. Con gran orgullo recibo este logro que nos enaltece como argentinos/as”.
Ravinovich y el descubrimiento de Galectina-1
A mediados de la década del 90, Ravinovich descubrió una proteína que marcaría para siempre su trayectoria. Específicamente, identificó el rol de una proteína ahora conocida como Galectina-1 (Gal-1) en el sistema inmune.
¿Por qué fue tan importante?. Pues porque a partir de allí, el científico se dedicó varios años a demostrar, a través de investigaciones, la importancia clave de esta proteína. Sobre todo en la regulación del sistema inmune en cáncer, enfermedades autoinmunes y metabólicas e infecciones.
En el 2007, el investigador construyó su propio laboratorio en el IBYME junto a sus becaries. Allí continuó varios años sus investigaciones en torno al papel de Gal-1 en tumores, autoinmunidad, interfase materno fetal e inflamación crónica.
Durante esos años de trabajo sus trabajos fueron publicados en varias revistas científicas de prestigio como Cell, Nature, Nature Immunology, Nature Medicine, Immunity, Cancer Cell, The Journal of Experimental Medicine, PNAS y Sciences Advances.
Fue en el año 2020 que publicó en la revista PNAS, Rabinovich y su equipo llegaron a la conclusión de que Gal-1 es un regulador jerárquico del sistema inmunológico. Es decir, que funciona como punto de chequeo inhibitorio y evita la aparición espontánea de enfermedades autoinmunes vinculadas a la edad.
Que es el Gac-1
En definitiva, el Gal-1 es un inmunomodulador clave, que tiene un rol benéfico en enfermedades autoinmunes. Como la artritis reumatoide, la esclerosis múltiple, uveítis y el síndrome de Sjögre.
De esta forma, esta proteína evita que las células T dañen tejidos funcionales, y uno perjudicial en cáncer, al ayudar al tumor a escapar de los linfocitos así como a proliferar y hacer metástasis mediante la creación de nuevos vasos sanguíneos.
A partir de allí, Ravinovich y su equipo consideraron que debían abocarse al desarrollo de un bloqueador de Gal-1 y de un agonista de la misma proteína. De esta manera, trabajan actualmente en un fármaco para bloquear al Gal-1 y tienen alta especificidad.
“Todavía nos queda un trecho por recorrer hasta llegar a su aplicación en pacientes. Siento que estamos cada día más cerca y ese es el sueño mayor a cumplir”, expresó el científico.
Premios y reconocimientos
Durante su carrera fue reconocido por varios premios. En 2017, se llevó el premio al Investigador de la Nación Argentina; Premio Houssay Trayectoria en Bioquímica y Biología Molecular en el mismo año. El último que recibió fue en el 2021, de la Academia de Ciencias Exactas y Naturales.
Comparte la membresía en la EMBO, con otres investigadores del Conicet: Alfredo Cáceres (INIMEC, CONICET-UNC-IMMF); Alberto Kornblihtt (IFIBYNE, CONICET-UBA), Fernando Pitossi (IIBBA, CONICET-Fundación Instituto Leloir) y Fernanda Ceriani (IIBBA, CONICET-Fundación Instituto Leloir).