Alberto Fernández viajó a Munich (Alemania) para participar del Grupo de los 7 (G7), donde se reúnen los países más poderosos de Occidente. Fue acompañado por el canciller Santiago Cafiero y el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa.
Los efectos de la intervención en Ucrania y el orden económico fueron los puntos nodales de las reuniones plenarias. Asimismo, hubo un encuentro bilateral con el Primer Ministro británico, Boris Johnson, en el que Argentina planteó el diálogo por la paz como condición para sostener la relación diplomática.
Reunión del G7
El G7 está integrado por Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Francia, Italia, Canadá y Japón (el 58 % de la riqueza mundial). Argentina fue el único representante de América del Sur en participar en calidad de invitado. En ese sentido, Sergio Massa resaltó que “para Argentina es muy importante estar sentada en el G7”. “Tiene que ser visto como un reconocimiento y como una enorme oportunidad a futuro”, dijo el dirigente del Frente Renovador, quien tiene mayor afinidad con Washington.
El efecto de la situación en Ucrania fue uno de los ejes de la cumbre. Los miembros del G7 condenaron la invasión rusa desde el inicio de las hostilidades y encabezaron en conjunto un sistema de sanciones para debilitar a Rusia. En consonancia, Argentina reafirmó la condena y se refirió al diálogo como método para alcanzar “la solución pacífica de las controversias y en el pleno respeto de los derechos humanos”.
Alberto Fernández recuperó los planteos realizados en la Cumbre de las Américas en Los Ángeles y reclamó por un nuevo orden internacional. Planteó que el “mundo central” debe renunciar a la discriminación de la periferia y rechazó la especulación financiera. En “América Latina y el Caribe no queremos un Plan Marshall”, destacó el mandatario argentino, reforzando su rechazo a las lógicas unipolares del siglo XX.
También realizó un pedido al Fondo Monetario Internacional (FMI) por las sobretasas: “La canalización de los DEGs (Derechos Especiales de Giro) […] debe incrementarse incluyendo a los países de renta media”. Criticó la acumulación en bancos centrales robustos y propuso un sentido social que favorezca a bancos regionales destinados al trabajo y la producción.
Malvinas es condición para sostener el diálogo bilateral
El presidente argentino mantuvo este lunes, por solicitud del Primer Ministro británico, una reunión bilateral con Boris Johnson. Malvinas fue el asunto central del encuentro y Fernández le adelantó que no existe posibilidad de avances mientras no se comience una negociación en clave soberana. “Argentina apuesta por la paz, el fin del colonialismo y la vigencia del derecho internacional”, ratificó el canciller Cafiero en su cuenta de Twitter.
La reunión sucedió luego de la reciente resolución que instó a la reanudación de las negociaciones por la soberanía de las Islas. “Argentina está lista para retomar el diálogo” de acuerdo con las resoluciones del Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, le indicó Alberto al Primer Ministro. Fiel a la tradición colonialista, Johnson, quien mostró interés por complementarse económicamente en Malvinas, le respondió que “es un tema cerrado hace 40 años”. Además, Fernández pidió el restablecimiento de vuelos regulares entre las islas y el territorio continental argentino con la aerolínea de bandera.
Entre el ocaso unipolar y el despliegue multipolar
“El mundo está atravesando un momento singular. Nunca la desigualdad se vio tan expuesta. Unos pocos países concentran el ingreso abusando del poder financiero, mientras millones de seres humanos sobreviven distribuyéndose la pobreza”. De ese modo inició Alberto Fernández su discurso en la Cumbre del BRICS la semana pasada, en la antesala a su participación en el G7. Argentina, comprometida por su deuda externa, no abandona el diálogo con las instituciones fundadas durante el apogeo del Unipolarismo. Pero, en paralelo, refuerza a su vez los lazos con el esquema Multipolar.
Las disputas de orden geopolítico atraviesan visceralmente las relaciones internacionales de Argentina. Con la mirada en distintos frentes y escalas, la gestión del Frente de Todos se orienta a fortalecer la integración estratégica al Multipolarismo. Sin embargo, sigue reforzando lazos tácticos con el Unipolarismo, condicionado por compromisos financieros.