El proyecto que dio origen a “Vero Amor Perruno” comenzó hace seis años, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Sin embargo, el lazo de Verónica Kashi y los perros comenzó mucho antes. De esta forma, inició con la premisa de rescatar animales y modificar su destino. Para ello, utiliza sus redes sociales para conectar con nuevas personas que puedan ofrecer tránsito o adopción. Su labor es un puntal para salvar y preservar a los perros con secuelas de maltrato, abandono o enfermos. La búsqueda es su pronta y efectiva reinserción en un nuevo vínculo familiar. En consecuencia, Nota al Pie conversó con Verónica para conocer su propuesta. “Empecé a descubrir un mundo completamente desconocido, que me hizo ser más sensible y humana” aseguró.
Un trabajo diario
La misión del proyecto es el sustento principal de la tarea que realiza Kashi diariamente. “Primero y principal, busco sacar al perro de la situación en la que está todos los días, en caso de abandonados, maltratados, que pasan hambre o tienen enfermedades”, afirmó. En consecuencia, su labor pasa por luchar en forma constante contra el abandono, el maltrato y el sufrimiento animal.
De esta forma, la entrevistada reconoce que “este proyecto busca rescatar al perro que está en una situación de riesgo para poder recuperarlo y darle la posibilidad de formar parte de una familia”. Ahora bien, este no es el único trabajo porque otro objetivo muy importante para ella es concientizar sobre la relevancia de la castración.
No obstante, su rol conlleva un gran desgaste en diversas aristas de la vida. “Rescatar es una labor que realmente consume mucho tiempo, dinero y esfuerzo”, certificó, pero confesó que “te llena el corazón cuando ves el proceso completo”. Por este motivo, la colaboración del público y la fidelidad de su comunidad en redes sociales es clave.
“La ayuda que recibo es a través de donaciones de alimento, medicamentos, que es gracias a la gente y a mis redes sociales”, reafirmó. Así, sostiene un proyecto muy ambicioso y se enfrenta con problemas diariamente. De hecho, ratificó que “de parte del gobierno, hay muy poca ayuda en cuanto a castraciones gratuitas y lucha contra el maltrato animal”.
La importancia de un hogar de tránsito
El primer gran paso es concretar una guarda del perro que corre riesgo porque permite preservar la integridad hasta que una familia lo adopte. “El tránsito es una persona que ofrece su casa para poder transitar al perro y ponerlo en condiciones para luego buscarle una familia y darle una oportunidad de vida. Es fundamental”, certificó.
Asimismo, las secuelas que produce el maltrato impactan en el proceso de adaptación del perro y en la estabilidad de sus emociones. De esta forma, la entrevistada reafirmó que “no es un proceso sencillo”, pero que sí es sumamente necesario. En este sentido, Verónica garantizó que “es fundamental el tránsito para poder seguir salvando vidas”,
En este escenario, su rol también es esencial para gestionar las guardas porque aporta los alimentos necesarios y cubre los gastos del animal. Por esta razón, la búsqueda de la fundadora del proyecto es clara. “Hago todo lo que necesite para poder buscarle un hogar, darle una oportunidad, y así cambiar su destino”, concluyó.
La elección de la familia
La etapa más importante y también más compleja es la búsqueda de la familia ideal para el perro que aguarda por su adopción. Por ello, Kashi confió que “busca una familia que siempre se adapte a las necesidades de cada animal”. Su propósito es que el perro sea un integrante más de la familia para que el lazo entre las partes sea recíproco.
“Trato de buscar una familia que se adapte a las condiciones de cada perro y no doy perritos en adopción en zonas donde está poblado”, aseveró. De este modo, confeccionó un formulario de 31 preguntas para conocer en detalle a la familia postulante a adoptar. Además, solicita vídeos de la casa, sostiene comunicaciones telefónicas y realiza un seguimiento del perro para evaluar su adopción.
El control de este proceso es esencial porque la entrevistada advirtió que “adoptar es un acto de responsabilidad y mucho compromiso. Por eso, es muy importante que la familia esté preparada y capacitada para hacerlo”. Además, resaltó que es crucial la castración para evitar el nacimiento de crías indefensas y evitar la sobrepoblación.
El inicio del proyecto
Verónica comenzó a vincularse con los animales cuando recibió a su perro hace 11 años. Pese a que ella no compartía la idea de adoptar, su vida cambió para siempre. “Empecé a descubrir un mundo desconocido y a ver publicaciones de refugios que pedían ayuda y me involucré para ayudar llevando alimento”, confirmó.
Algunos años más tarde, comenzó a acercarse a distintos centros de asistencia canina. “Un día me pidieron hacer un traslado y accedí. A partir de ahí pensé qué podía hacer yo. Entonces, abrí una cuenta en Facebook para que me siga gente que ama animales. Puse un nombre, pero no me lo permitió y me ofreció este”, confesó.
Luego, ella comenzó a ayudar en forma sistemática. “Empezás con un caso y cuando ves que resulta, ya querés salvar a otro y otro y otro. Nunca podés quedarte de brazos cruzados”, aseveró. Ahora bien, reconoció que “tiene sus pros y sus contras porque es una alegría inmensa ver el resultado final, pero tiene su lado negativo en cuanto a lo emocional, económico, afectivo y familiar”.
No obstante, su mirada respecto al trabajo que desempeña a diario no cambió porque su compromiso con los perros es total. Esto se traslada a su sentir porque ratificó que “tener un perro en tu vida es completamente un giro positivo”. De hecho, su lazo con ellos es totalmente sincero. “Un perro es lo más fiel que hay en el mundo porque te brindan un amor incondicional”, concluyó.