El pasado martes, la Corte Suprema de Estados Unidos confirmó la condena a la farmacéutica Bayer, que en 2018 adquirió Monsanto por la suma de 63 mil millones de dólares. Al rechazar su apelación, la empresa alemana tendrá que compensar a Edwin Hardeman, un granjero de San Francisco, por 25 millones de dólares.
El jubilado de 70 años denunció que la exposición al herbicida Roundup, producto de Monsanto, fue determinante para contraer el Linfoma No Hodgkins; un tipo de cáncer del sistema linfático. El causante de su enfermedad, que el damnificado utilizó en su granja de 1980 a 2012, tiene como ingrediente principal al glifosato.
Hardeman es una de las primeras personas afectadas en iniciar acciones legales contra Monsanto; y argumentó que la empresa no advirtió nunca a sus clientes de la peligrosidad del glifosato.
En este sentido, la ratificación de la condena por parte del máximo tribunal de Estados Unidos sentó un precedente para las miles de demandas que involucran a Bayer – Monsanto.
Catarata de demandas
Hasta la actualidad, Bayer enfrentó 138 mil demandas judiciales por la utilización del herbicida Roundup. De ellas, 31 mil esperaban de la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos y sus implicancias para sus posibles casos.
Con la jurisprudencia que dictó el máximo tribunal del país norteamericano, se espera una avalancha de posibles demandas para la farmacéutica alemana.
En su informe anual de marzo de 2020, la empresa reconoció que destinó 11 mil millones de dólares para evitar que el total de las demandas llegasen a juicio. De esta manera, logró negociar y llegar a un acuerdo de resarcimiento económico con un total de 107 mil demandantes.
Según advirtió la agencia de noticias Bloomberg, durante 2021, la farmacéutica aumentó 4.500 millones de dólares los fondos de un programa destinado a negociar, evitar o compensar potenciales reclamos.
En este sentido, Bayer dijo en el comunicado que “está completamente preparado para afrontar el riesgo legal asociado con posibles futuras denuncias en Estados Unidos”.
Más allá de la estrategia judicial; y con el precedente desfavorable que sentó la Corte Suprema, la empresa anunció que, desde 2023, planea reemplazar el principio activo del glifosato en sus herbicidas, sólo en Estados Unidos. Sin embargo, también comunicó que lo seguirá ofreciendo a les agricultores que así lo requieran.
La defensa de la farmacéutica
Tras el fallo, la farmacéutica alemana se defendió a través de un comunicado: “Bayer de forma respetuosa está en desacuerdo con la decisión de la Corte Suprema. La compañía cree que la decisión debilita la habilidad de las firmas de depender en las acciones oficiales tomadas por las agencias regulatorias de expertos”.
De esta manera, al igual que en otras instancias, la empresa insistió en que el Roundup es “una herramienta valiosa para una producción agrícola eficaz en el mundo”.
A su vez, informaron que tienen la aprobación de los mecanismos de control federales como la Agencia de Protección Ambiental (EPA); y que “no existen pruebas concluyentes sobre la relación entre la enfermedad del cáncer y el glifosato”.
Sin embargo, en marzo de 2015, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC), dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), catalogó al glifosato como una sustancia que se encuentra en el segundo lugar de peligrosidad como activos provocadores del cáncer.
En la instancia judicial previa en marzo de 2019, apelada por Bayer y llevada luego a la Corte Suprema, un jurado de California acusó a Monsanto de negligencia.
En aquel juicio se demostró la relación entre el surgimiento del Linfoma No Hodgkins de Hardeman y el glifosato; y, por otra parte, la responsabilidad de la empresa.