El Reino Unido atraviesa un caos en el tráfico que afecta a millones de pasajeres a causa de la decisión de Inglaterra, Gales y Escocia de realizar un paro en los servicios ferroviarios. Además, el Sindicato Nacional de Trabajadores Ferroviarios, Marítimos y del Transporte (RMT) evalúa hacer lo mismo el día jueves y sábado. Incluso podría llegar a tomar otras medidas de fuerza. Todo es consecuencia de no haber llegado a un acuerdo sobre las condiciones laborales.
La huelga se sabía desde el 10 de junio debido a una amplia votación en favor de la acción industrial a gran escala. Se realizó mediante una ordenada organización por correo. El RMT realizó una convocatoria de sus miembros para votar a favor de la huelga contra la planeación de Network Rail (empresa que gestiona la infraestructura de la red en los tres países).
Las reuniones que tuvieron el día lunes no llegaron a buen puerto y a causa de ello 50 mil integrantes del sindicato ferroviario RMT se declararon en huelga durante tres días de esta semana. Por su parte, el Gobierno descartó toda posibilidad de negociación con el gremio.
En Londres, tanto las estaciones de trenes como de metro cerraron por la mañana. Esto hizo que les pasajeres busquen rutas alternas para ir a trabajar, como tomar el autobús.
Ante esta situación, quien habló al respecto fue el secretario de Transporte, Grant Shapps, quien afirmó que “deploraba” las huelgas, ya que según su perspectiva rememoran los “malos tiempos de la década de 1970”. Además le remarcó a Sky News que “la gente que está sufriendo es la que necesita físicamente acudir al trabajo, quizá con un salario más bajo, tal vez las limpiadoras de los hospitales”.
“Deploro absolutamente lo que están haciendo hoy y no hay excusa para llevar a la gente a la huelga”, resaltó sobre el accionar del sindicato. Por su parte, Mick Lynch, secretario general del RMT, tildó de “inaceptables” las posibilidades de subidas salariales por debajo de la inflación ofrecidas por los operadores de trenes y metro. Lynch también apuntó contra la gestora por reducir la seguridad en la red con 2.500 despidos anunciados para obtener un ahorro en dos años.
Consecuencias venideras del paro ferroviario en el Reino Unido
Ante este conflicto, los colegios advirtieron que miles de adolescentes se verán afectades de cara a los exámenes nacionales. Mientras que para los paros de los otros días se corre el riesgo de ocasionar grandes conflictos en ciertos eventos, como el festival de música de Glastonbury.
Les operadores advierten que habrá demoras en toda la semana ya que solo el 20% de los servicios funcionarán durante la huelga, y lo harán de forma reducida.
Incluso, los miembros del RMT en el metro de Londres analizan realizar este miércoles un paro de 24 h en los trenes. El sindicato justifica las huelgas con la no posibilidad de aumentar los salarios para seguir el ritmo de la inflación en Reino Unido.
Ha alcanzado el nivel más alto de los últimos 40 años y seguirá en aumento. Ante ello las huelgas se han vuelto el mayor conflicto en la red ferroviaria británica desde 1989, según el RMT.
Antecedentes no muy favorables
Hace 33 años, en junio de 1989, el territorio británico vivió su mayor huelga ferroviaria hasta la fecha por parte de les trabajadores del metro. Realizaron paros media docena de veces y, algunas menos, también les de autobuses.
Les trabajadores ferroviarios pedían un aumento salarial superior al 7% que le ofrecía British Rail (BR), el cual era inferior a una inflación que rondaba en el 8,3 %. La que sucede hoy por hoy es la más grande en los últimos 30 años.
La huelga terminó por adquirir características de enfrentamiento político entre sindicatos y el Gobierno. A su vez no funcionaba el servicio de metro y el de autobuses lo hacía de manera muy limitada.
Esto provocó colas de hasta 80 kilómetros en ciertas vías de acceso a Londres, la ciudad más afectada. El Gobierno trató de visibilizar que los sindicatos no utilizaron todas las posibilidades de negociación.
Esperaban una respuesta por parte de la opinión pública que desencadenara en una marcha atrás con la huelga. Pero en ese momento, RB anunció unos beneficios récords de 304 millones de libras (60.000 millones de pesos aproximadamente).
Dicho monto fue menospreciado por el propio Gobierno ya que lo calificó de superávit y lo resaltó como consecuencia en gran parte a ventas de propiedades.