Argentina tiene un oscuro historial con respecto a los casos de violencia de género en el fútbol y las denuncias por delitos sexuales. Todos los años se conocen nuevos casos de futbolistas implicados en hechos de esta índole, ya sea como protagonistas o cómplices.
Ninguna institución está exenta de albergar estos casos porque, muchas veces, el enemigo está dentro de casa. El problema se genera cuando se contrata un jugador que ya cuenta con un prontuario negativo y no se hace nada contra ello.
En la actualidad, entre otros casos, hay dos ejemplos de público conocimiento: Johan Carbonero (Racing) y Diego García (Patronato). El principal denominador común en ellos es la predominancia de la presunción de inocencia frente al cuidado de las víctimas y el silencio generalizado.
En Argentina, la pena por abuso sexual es de cuatro a diez años de reclusión o prisión ‘’cuando el abuso por su duración o circunstancias de su realización, hubiere configurado un sometimiento sexual gravemente ultrajante para la víctima’’. Además, se puede extender de entre seis a quince años cuando hubiere acceso carnal por cualquier vía.
La situación de Carbonero y el silencio de los clubes
El colombiano de 22 años fue denunciado en noviembre de 2020. Tan sólo dos meses antes había llegado a Argentina, donde Gimnasia y Esgrima de La Plata lo contrató. En el relato policial, se lo denunció por acoso y tentativa de abuso sexual contra una trabajadora de un hotel ubicado en el centro platense, donde el jugador estaba alojado.
Luego de conocer la situación judicial de Carbonero, Gimnasia procedió a activar su protocolo para combatir la violencia de género y lanzó un comunicado de la dirigencia. En él, ofrecieron contener y escuchar a la víctima, pero fueron palabras en vano, hasta hoy.
Carbonero nunca dejó de jugar al fútbol y continuó recibiendo aplausos de les hinchas. En mayo de este año se notificó que la causa iba a ser elevada a juicio oral, pero su situación profesional no sufrió modificaciones.
Finalmente, el 18 de junio se confirmó que Racing compraría el 75% del pase del colombiano. Sin embargo, tanto el club saliente como el nuevo no abordaron la causa que entromete al futbolista.
Diego García y el repudio de les hinchas
El jugador proveniente de Uruguay llegó a Estudiantes de La Plata en 2019. Prometía ser un gran refuerzo por su buen rendimiento en el fútbol de su país. En febrero de 2021, tras un hecho ocurrido en una fiesta de cumpleaños en una casaquinta, una jugadora de hockey del club platense lo denunció por abuso sexual con acceso carnal. La causa no tardó en filtrarse en la prensa y la institución decidió alejarlo del plantel temporalmente.
Dos meses después, tras un pedido del abogado defensor de García, el jugador volvió a concentrarse con sus compañeros de equipo. Ahí fue cuando la denunciante decidió desligarse de la institución, a la cual pertenecía desde pequeña. La deportista sintió que el club al cual consideraba su segunda casa le había soltado la mano. Y así fue.
No pude ir a la marcha por trabajo pero mi amiga fue a dar presencia por mi, me hizo de cierta manera estar presente. No me callan mas, ni a mi ni a mis amigas. pic.twitter.com/oQpAAsesZf
— • (@ClaraBulacio) March 8, 2022
Mientras la joven cumplía con todos los procedimientos judiciales, Talleres de Córdoba recibió a García a mediados de 2021. La única medida que le puso trabas a su carrera fue la de no tener permitido salir de Argentina. En ese momento, el club cordobés participaba de la Copa Sudamericana y debía visitar países vecinos. Una organización feminista de la ‘’T’’ repudió su llegada y recopiló más de mil firmas para anular su contrato.
Violencia de género en el fútbol: impunidad dentro y fuera de la cancha
Un detalle particular es que García no colaboró con el avance de la causa, ya que las veces en las que se lo llamó a declarar no asistió. Incluso, en una de las citas, su abogado declaró que no recurrió ‘’porque entendió que era en modalidad virtual’’ y la noche anterior fue filmado mientras cocinaba un asado y tomaba alcohol.
Actualmente, García se desempeña en Patronato de Paraná, donde lo recibieron con escraches en toda la ciudad que repudiaron su llegada. El pasado 2 de junio, la fiscal a cargo pidió elevar a juicio oral el caso. El juez ratificó la investigación de la fiscalía, rechazó todos los planteos de la defensa del futbolista y elevó el expediente para debatirlo en dicha instancia. García enfrenta una pena de cumplimiento efectivo en una cárcel de entre 6 y 15 años.