Desde el 2014 en la provincia de Salta y a partir de 2016 a nivel nacional, cada 17 de junio se conmemora el “Paso a la Inmortalidad del General Don Martín Miguel de Güemes”. De esta forma, se recuerda a quien ha sido un personaje central en la historia argentina, pero durante décadas no ha sido reconocido como debía. Con escasos recursos, Güemes llevó a cabo una “guerra de guerrilla” conocida como “Guerra Gaucha”.
Su participación, conteniendo a las fuerzas realistas en el Alto Perú, hizo posible la campaña militar de San Martín, que luego llegó a Lima. Asimismo, gracias a él Belgrano triunfó en Tucumán, ganando así la batalla más importante de la independencia Argentina.
Güemes fue ocultado por la historia argentina y silenciado, principalmente, por la oligarquía salteña de ese entonces. Durante 6 años, en los que había cerrado el comercio con el Alto Perú y condenaba a quienes hacían pactos con los realistas, fue gobernador de Salta. Esto generó el malestar de la alta sociedad, a tal punto que lo entregaron a los españoles, quienes terminaron asesinándolo.
Nota al Pie, junto al historiador Alejando Fensore, realiza un perfil de quien estuvo detrás de la figura de héroe gaucho. Además, repasa sus principales acciones para lograr la independencia.
Un gran estratega
El ejército de Güemes estaba integrado por fuerzas voluntarias, desde simples gauchos hasta baqueanos. Estos hombres aprendieron el manejo de las boleadoras, de los sables, las lanzas y machetes. Conocidos como “Los infernales”“, vestían un poncho rojo y eran muy hábiles para andar a caballo. “Hay documentos históricos que cuentan que los gauchos se subían a los árboles y de ahí saltaban para montar rápidamente”, relata Fensore.
La estrategia de Güemes fue bastante particular, se trataba de una “guerra de recursos”. El historiador comenta que la estrategia “consistía en hacerle imposible la vida a los realistas para que llegaran desgastados al combate. Les hacía una guerra fatigosa, por ejemplo, le secuestraban los caballos, les sacaban alimentos o les robaban armamentos”.
La tarea de Güemes, que hasta hace poco no era reconocida a nivel nacional, era la de molestar constantemente al enemigo. “No los dejaban dormir, les sacaban todo para que lleguen en inferioridad de condiciones a combatir, por ejemplo, contra las fuerzas de Belgrano”, agrega. Luego, resalta que actualmente esta guerra de recursos se estudia en todos los institutos militares del mundo.
Güemes versus la élite salteña
Durante su gobierno, Güemes tuvo una gran oposición, como así también cuando fue Jefe del ejército de “Los Infernales”. Al referirse a esto, Fensore comenta: “Su gran oposición fue la oligarquía salteña, porque él había cortado el comercio con el Alto Perú para que los españoles no pudieran abastecerse. Esto dificultaba a los comerciantes salteños, que en su mayoría eran monopolistas, y comenzaron a dejar de ganar dinero”.
La élite de Salta solía hablar con los propios españoles y los propios realistas, traicionando a Güemes. Como gobernador “puso fuertes impuestos y castigaba a quienes estaban a favor de los realistas, por ejemplo sacándole sus propiedades. Era absolutamente antipático para la oligarquía salteña”. Según Fensore fue esa oligarquía salteña la responsable de la muerte de Güemes. Lo entregaron al enemigo para quitarlo del medio.
Hitos importantes de su vida
Se pueden señalar al menos tres hitos importantes en la vida de Güemes. El primero fue su participación en las invasiones inglesas a Buenos Aires como edecán de Liniers, convirtiéndose en protagonista de un hecho único en la historia. “Un buque inglés llamado “Justine”, que bombardeaba constantemente las costas de Buenos Aires, encalló por una gran bajada del Río de la Plata. Güemes se acercó con una partida de jinetes y abordaron a caballo ese barco. A fuerza de boleadoras, lazos y sables capturaron a toda la tripulación inglesa”, explica Fensore.
“Como segundo hito podemos destacar que Güemes fue el verdadero artífice del triunfo de la Batalla de Suipacha”, señala. Ese fue el primer triunfo de las fuerzas patriotas en la Guerra de la Independencia. “La historia oficial se guía por el parte que emitió Juan José Castelli adjudicándose su victoria, junto con Antonio González Balcarce, pero Güemes ha reclamado que la victoria como suya”, relata el historiador.
El último galope del héroe gaucho
Una noche, mientras escribía una carta en la casa de su hermana Macacha, Martín empezó a escuchar tiros y el inconfundible sonido del galope de caballos. Inmediatamente puesto en alerta, salió corriendo para montar a su caballo y un tiro de fusil le dio de lleno en la espalda, cayendo gravemente herido. Al referirse a este suceso, Fensore dice que “Güemes quedó en la historia como que él, junto con sus Infernales, resistió nueve invasiones realistas a Salta, pero la oligarquía salteña lo traicionó”.
El valiente gaucho fue trasladado a su campamento de Chamical y murió el 17 de junio de 1821. Los realistas enviaron emisarios para sobornarlo, ofreciéndole remedios o el traslado a Buenos Aires para curarlo a cambio de que abandone la guerra contra ellos y se pase al ejército español. Pero no solo Güemes no aceptó esta oferta, sino que “dejó instrucciones a sus gauchos para que resistan la novena invasión, que lograron vencer”, señala Fensore. Por lo tanto, después de muerto siguió resistiendo aún en la última invasión, y finalmente venció a sus enemigos.
Sus restos descansan junto a los de su esposa en el Panteón de las Glorias del Norte de la República, en la Catedral Basílica de Salta.