La empresa de comercialización de electrodomésticos Garbarino se encuentra en concurso de acreedores, y aún no abonó los importes indemnizatorios que fija la ley laboral. Se trata de una obligación que al día de hoy no ha sido cumplida y preocupa a sus ex trabajadores, quienes exigen que se les paguen sus indemnizaciones.
Las dificultades del personal comenzaron en el año 2020 cuando experimentaron retrasos en los pagos de los sueldos y en el acceso a las prestaciones de salud. La falta de cobertura médica era producto de que la empresa no cumplía con sus compromisos.
La problemática se fue agravando en un contexto desfavorable. Tanto el Sindicato de Empleados de Comercio como las autoridades estatales competentes decepcionaron a les trabajadores.
Nota al Pie diálogo con Vanesa Matrella, quien se desempeñó durante 14 años como vendedora en la sucursal de Lanús. En una breve entrevista describe la situación que afecta a miles de ex empleades.
¿Cómo y cuándo se origina el problema de les trabajadores de Garbarino?
El conflicto se origina en el 2020 cuando comenzamos a cobrar el sueldo en cuotas. Al comienzo nos decían en qué fecha nos iban a pagar y luego nos iban abonando a lo largo del mes sin aviso. En el mes de marzo del 2021 ya quedaron debiéndonos parte del sueldo y de ahí en adelante ya no nos pagaron más. A todo esto, la empresa no estaba haciendo los aportes jubilatorios, ni de obra social.
Tampoco teníamos ART. No nos informaban de nada. Nos enterábamos cuando nos íbamos a atender a una clínica y nos decían que no teníamos cobertura. A partir del mes de junio empezaron a cerrar sucursales en todo el país. Suspendían a los empleados sin saber si iban a ser reubicados o si iban a conservar su fuente de trabajo.
Finalmente en el mes de noviembre nos despidieron, ofreciéndonos el 50% de la indemnización. Esto aconteció cuando estaba vigente lo de la doble indemnización e incluso estaban prohibidos los despidos por un DNU presidencial. Nunca nos pagaron la indemnización ni los sueldos adeudados.
¿Cual es la situación actual de les trabajadores?
Algunos de los compañeros actualmente tuvieron la fortuna de conseguir trabajo. Otros seguimos buscando y la realidad es que se hace muy difícil conseguir. Hay muchos que por la edad ya se encuentran fuera del mercado laboral. Sin una indemnización y con la falta de pagos anteriores se hace muy difícil hacer algo por cuenta propia.
¿Qué es lo que dificulta el cumplimiento de las indemnizaciones?
Actualmente la empresa se encuentra en Concurso de Acreedores. Los ex empleados dependemos del 3% de la facturación actual para cobrar algo. Un ejemplo, desde diciembre hasta ahora, hay algo de 8 millones de pesos que se reparten entre casi 3000 personas. Si hacemos un cálculo, vamos a estar 48 años en cobrar lo que determinaron dentro del concurso los síndicos y el juez.
En este momento solo funcionan 3 sucursales. El dueño de la empresa es Carlos Rosales y es el actual responsable de que casi 4000 personas hayamos quedado en la calle.
¿Cuál fue la postura del sindicato frente a esta situación? ¿Realizaron gestiones ante los entes gubernamentales?
El Sindicato de Empleados de Comercio de Armando Cavalieri también es otro de los responsables de que hayamos llegado a esto. Fueron cómplices y nunca nos defendieron.
Le pedimos en su momento al gobierno que interceda en nuestra situación y sólo nos mintieron. Nos recibió Alberto Fernández y nos prometió que no nos íbamos a quedar sin fuente de trabajo y que iba a hacer todo lo posible para ayudarnos.
Obviamente eso nunca sucedió ya que cuando nos recibía Kulfas en el mes de noviembre, nos estaban enviando telegramas de despido a más de 2000 empleados.
Desde el Ministerio de Trabajo nos dijeron en varias reuniones que ellos ya hicieron lo que les correspondía que era tener las audiencias con la empresa. Nos dijeron que a partir de eso tenemos que seguir por la vía legal.
El sábado pasado, ustedes realizaron una manifestación, frente a la sucursal de Garbarino ubicada en Cabildo al 2000 de Capital Federal. ¿Cuáles son los pasos a seguir?
El sábado más que nada fue un recordatorio para la empresa. Aunque cada vez nos cuesta más hacer una movilización, vamos a seguir. La idea es continuar recordándoles que no vamos a parar hasta que nos paguen lo que nos ganamos durante tantos años que trabajamos en la empresa.