En Colombia, el candidato a presidente por la coalición Pacto Histórico, Gustavo Petro, se consolidó como la opción favorita entre el pueblo colombiano de cara a las elecciones que se celebraran el 29 de este mes. Por primera vez en la historia del país, según marcan las encuestas, la izquierda colombiana podría alcanzar la conducción del Estado.
Mientras el binomio Petro – Márquez busca alcanzar la victoria en la Primera Vuelta, el candidato del uribismo, Federico “Fico” Gutierrez, intenta recortar la distancia para acceder a un eventual ballotage. Si ninguna de las fuerzas políticas logra superar la barrera del 50% de los votos, la Segunda Vuelta se realizará el próximo 29 de junio entre las dos opciones más votadas.
Sin embargo, a pesar del optimismo por los sondeos, desde la coalición de izquierda denunciaron amenazas contra la vida tanto de Petro como de Francia Márquez. La posibilidad de un magnicidio, en un país que durante el Siglo XX sufrió cinco, no es algo alejado de la realidad.
Petro, el favorito para presidente de Colombia
El pasado martes, la compañía YanHass S.A publicó los resultados de la “Gran Encuesta 2022”, según la cual Gustavo Petro es la opción preferida por la sociedad colombiana con un 40% de intención de voto. El candidato de la izquierda, respaldado de manera contundente en las elecciones interpartidarias, supera con comodidad a su par del uribismo, “Fico” Gutierrez, quien se encuentra detrás con tan sólo el 21% de votos.
El sondeo, a su vez, reveló que el tercer lugar es para, ni más ni menos, que el voto en blanco. Un 13% de las personas encuestadas harían uso de esta opción al no mostrarse conforme con ninguna de las fuerzas políticas disponibles para esta elección. Por otro lado, el candidato Rodolfo Hernández cuenta con un 12% de intención de votos, seguido por Sergio Fajardo (7%) e Ingrid Betancourt (1%).
El informe, al mismo tiempo, indicó que en un escenario de balotaje, Gustavo Petro obtendría un 47% frente al 34% que elegiría al candidato patrocinado por Uribe. Un 19% de las personas encuestadas, sin embargo, afirmó que no votaría a ninguno de los dos candidatos en una Segunda Vuelta.
En este marco, la posibilidad del primer gobierno de izquierda en la historia de Colombia es cada día más concreta. La importancia de la próxima elección presidencial colombiana trasciende sus propias fronteras, con un impacto sumamente relevante para toda Latinoamérica. Un Estado colombiano que mire hacia el Sur más que hacia el Norte es lo que está en disputa.
Preocupación por la seguridad de Petro
El pasado viernes, más de 50 dirigentes del Pacto Histórico enviaron una carta a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), con el fin de pedir garantías para la seguridad del binomio Petro – Márquez. La solicitud tiene motivo en las sucesivas amenazas que respectivamente recibieron en el medio de la pelea electoral.
Hace dos semanas, Petro denunció un plan para atentar contra su vida que puso en alerta a toda Colombia. Según el equipo de seguridad de su campaña, la banda criminal La Cordillera, que opera en la región cafetera del país, estuvo detrás de la planificación que, con sicarios de por medios, buscaba poner fin a la vida del candidato presidencial. Como consecuencia, Petro decidió suspender su gira electoral por el eje cafetero.
El fantasma del magnicidio sobrevuela Colombia, un país que cuenta en su historial la triste marca de cinco asesinatos de candidatos presidenciales durante el siglo XX. En 1948, el liberal Eliecer Gaitan, fue baleado en medio de una avenida céntrica; en 1987 el comunista Jaime Pardo Leal; dos años después el también liberal Luis Carlos Galán; y en 1990 los candidatos de izquierda Bernardo Jaramillo y Carlos Pizarro.
La violencia política en el país latinoamericano es una lamentable realidad. Según cifras de Indepaz, en los últimos dos años se registraron 179 masacres, es decir, en promedio, una cada cuatro días. Desde el Acuerdo de Paz entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en el año 2016, 319 firmantes han sido asesinados.