La representación cultural de las mujeres ha creado un estereotipo que sugiere que deben cumplir ciertos objetivos antes de los 35 años, porque después ya son “viejas”. En este marco, Mujeres que no fueron tapa lanzó la campaña “Hermana soltá el reloj” para deconstruir estos mandatos y mostrar que son imposiciones de la cultura machista.
En diálogo con Nota al Pie, la fundadora de Mujeres que no fueron tapa, Lala Pasquinelli, contó que la campaña comenzó “con la idea de abrir conversaciones sobre la vida de las mujeres en relación al paso del tiempo y a hackear esta idea de que el tiempo nos corre en contra”. Además, expresó que pretende “hacer visibles relatos que dan cuenta que para muchas de nosotras el tiempo ha corrido muy a nuestro favor”.
Dentro de los objetivos también busca hackear la representación de la vida de las mujeres. “Si nosotras miramos la cultura masiva nos vamos a encontrar con narrativas, cuerpos e imágenes de mujeres que no superan los 30 años”, criticó Pasquinelli.
Belleza y juventud como bienes supremos
La campaña cuestiona cómo “entre los 18 y los 20 años comenzamos a ser viejas desde las perspectivas de la belleza”. En ese sentido, Lala reflexionó: “Parece que todo lo que hay que hacer en la vida de las mujeres hay que hacerlo antes de los 35 años”. A su vez, explicó que el sistema exige “tener una profesión, ser buena hija, buena madre, buena esposa, hacerlo pronto y rápido; y si no, llegaste tarde y sos una fracasada”.
“Hermana soltá el reloj” también busca mostrar “esas historias de todas las mujeres que ponen a jugar sus deseos y energías” y que “no son contadas”. Para la activista “desaparecemos de la representación y nos desaparecemos a nosotras mismas”.
A su vez, Lala explicó que, según los mandatos sociales, “encajar en el ideal de belleza es el pasaporte que nos va a permitir llegar a estos lugares en que nos vamos a realizar y ser felices”. En este sentido, agregó: “Esta idea de que haber perdido la apariencia de juventud nos hace despreciarnos y hace que no nos retratemos, que no aparezcamos”.
La campaña “Hermana soltá el reloj” también va a ir hacia otros lugares, otras presiones y mandatos que van a surgir a partir de los testimonios de las mujeres en redes sociales. La creadora explicó que “esta presión por vivir y hacer todo antes de los 35 para no ser unas fracasadas hace que muchas veces tomemos decisiones en contra nuestra”.
Valiosa juventud
Pasquinelli criticó que “vivimos en una sociedad donde la juventud es un valor en sí mismo”. Al respecto, contó que los testimonios que más se repiten son de mujeres de 22 o 24 años que “se sentían viejas que sentían que estaban llegando tarde a todo”. Al respecto, reflexionó: “Esta sensación de llegar tarde, ser viejas, como que la vida se te termina y tenés 25 años, eso a mí me hizo explotar la cabeza”.
Para ella los mandatos no solo están atravesados por el machismo sino también por el edadismo, es decir por la discriminación en relación con la edad. “Esta idea de que las personas que no son jóvenes pueden menos, es el estereotipo de la madurez como algo que no sirve para nada”, expresó.
A su vez, Lala afirma que esto “es diferente para los varones que para las mujeres, porque lo que sucede es que el rol social que tienen que cumplir las mujeres es diferente al de los varones”.
Soltar el reloj, la panza y cuestionarlo todo
Mujeres que no fueron tapa es un proyecto artivista y feminista de transformación social. “Nuestros objetivos son mostrar la forma en la que la cultura masiva reproduce y construye estereotipos de género y mandatos; desnaturalizarlo y hackearlo”, aseguró Pasquinelli.
Esta no es la primera vez que la agrupación lanza una campaña en contra de mandatos y estereotipos. Meses previos al comienzo del calor, mientras el mercado promocionaba productos para “llegar al verano”, como respuesta desde Mujeres que no fueron tapa lanzaron la iniciativa #HermanaSoltáLaPanza para impulsar la ruptura de los cánones de belleza.