Con 155 votos afirmativos, 56 negativos, 19 abstenciones y 25 ausencias, la Cámara de Diputados convirtió en ley el proyecto de Cannabis Medicinal y el Cáñamo Industrial el pasado jueves. La norma había recibido media sanción del Senado en julio del año pasado. En noviembre tuvo dictamen de comisiones en Diputados, pero no llegó a tratarse.
En el debate, la diputada del Frente de Todos, Mara Brawer, destacó las propiedades del cannabis medicinal y dijo: “Se usa toda la planta: más de 25 mil productos están reconocidos en el mundo. Por eso es tan importante esta ley”.
Además, explicó que este es un proyecto «federal que generará muchos puestos de trabajo” y que «se trata de una industria sustentable con el ambiente».
Luego, mencionó el rol de la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal (Ariccame) que se creará con la ley. “La Agencia va a regular, administrar y fiscalizar toda la cadena productiva y articular con otros organismos del Estado”, aseguró.
Por su parte, Carolina Gaillard sostuvo que esta ley no puede esperar, “porque garantiza que las familias puedan acceder a un producto seguro y de calidad”.
En ese sentido, el radical Ricardo Buryaile dijo: “El objetivo específico es el marco regulatorio comprendiendo todas las etapas de la producción”. Además, remarcó: “De ninguna manera estamos contemplando el uso recreativo”.
Sobre el proyecto
Esta normativa promueve mecanismos de autorizaciones para les productores y comercializadores, y estrategias de seguridad, fiscalización y trazabilidad en la cadena.
Con esta ley se podrá producir y comercializar, a nivel nacional, sus semillas y productos derivados del uso medicinal. Además, se incluye la investigación científica y el uso industrial. De esta forma se promueve el desarrollo de la cadena productiva sectorial.
“En el caso del cáñamo industrial, apunta a legalizar los eslabones productivos, los de comercialización y sus subproductos”, explicó Télam. Además, incorpora cerca de 200 productos y servicios asociados en su cadena de valor.
Por otra parte, este proyecto permite la creación de una agencia reguladora, un acto público que cumplirá la función de órgano rector y articulador de la cadena productiva del cannabis. “Tendrá a su cargo las múltiples instancias de regulación involucradas: la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal (Ariccame)”, confirmaron desde este mismo portal.
Según se informó y dio a conocer el portal ámbito.com, en relación al desarrollo de esta actividad para el año 2025, se proyectan 10.000 nuevos empleos y 500 millones de dólares en ventas al mercado interno anuales. Además, se esperan unos 50 millones de dólares de exportación anuales.
Cannabis Medicinal: en contra y por la negativa
Al momento de dar su opinión, la diputada Graciela Camaño (Identidad bonaerense), confirmó su rechazo y advirtió: “El Estado no tiene políticas de combate de la droga ni de las adicciones”.
A su vez, comentó: «En ese marco, venimos a poner un nuevo commodity bajo el ropaje del cannabis medicinal. Queda claro que lo que viene después es la legalización de la marihuana».
La diputada del PRO, Laura Rodríguez Machado, también rechazó la iniciativa y sostuvo: “Las provincias argentinas son quienes autorizan el establecimiento de industrias lícitas en su territorio, no una agencia supranacional como la que determina esta ley”.
Quién también se pronunció en contra, fue el jefe del interbloque Provincias Unidas, Luis Di Giacomo (Juntos Somos Río Negro). En su torno, dijo: “Lo que estamos haciendo es abriendo la puerta a la legalización de la marihuana y a un negocio extraordinario”. Y aseguró que “detrás de esta marea legalizadora, hay poderosísimos intereses internacionales”.