El canciller ruso Serguéi Lavrov y el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, realizaron este martes una rueda de prensa conjunta. En ella, el ministro de Asuntos Exteriores del país euroasiático mencionó que “ha llegado la hora de la verdad”; y que la humanidad deberá definirse entre los designios estadounidenses o los de la Carta de las Naciones Unidas”.
Además, aseguró que uno de los principales objetivos de Moscú es “proteger a la población civil”; y que Ucrania fue utilizada por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) como recurso para contener a Rusia. A su vez, planteó que la reforma del Consejo de Seguridad de la ONU debe resolver un defecto: la “dominación” de los países occidentales.
Defensa de la seguridad nacional y la integridad territorial
El 24 de febrero del corriente año el presidente ruso, Vladimir Putin, declaró el inicio de la Operación Militar Especial. Esta consistió en una invasión militar a Ucrania con el objetivo de destruir sus capacidades militares y defender la integridad territorial de las repúblicas separatistas de Lugansk y Donetsk. Sin embargo, el despliegue militar -que fue conceptualizado como “inicio de guerra”- es expresión de una cadena de sucesos que se venían desarrollando hace meses.
Rusia venía denunciando hacía tiempo que la intención ucraniana de incorporarse a la OTAN significaba una amenaza para su seguridad nacional. La estrategia de Putin se basó en la acumulación militar sobre la frontera con la región del Donbáss.
Allí, el ejército ucraniano asesinó a más de 14.000 civiles desde 2014, cuando se desató el conflicto político. Dicha acumulación se fundamentó en el desconocimiento, por parte de la OTAN, de los Acuerdos de Minsk firmados en 2015. Estos tenían como objetivo la pacificación en la región del Donbáss.
La OTAN y Ucrania señalaron con preocupación el despliegue ruso y aceleraron negociaciones para una pronta integración, como táctica para acorralar a Putin. En consecuencia, el presidente ruso realizó un movimiento que desencajó a ambos: el reconocimiento de Lugansk y Donetsk como repúblicas autónomas. Tres días después, asumiendo que Rusia no podía soportar más semejante riesgo, movilizó a sus tropas al interior de Ucrania desde el norte, el este y el sur, en dirección a Kiev.
OTAN vs OCS
El enfrentamiento militar entre Rusia y Ucrania es parte de una disputa global por la construcción de un orden multipolar. El conflicto tiene su punto de partida más concreto en 2013-2014 a partir del desembarco de la OTAN en Ucrania. A partir del Golpe de Estado al presidente pro-ruso, Viktor Yanukóvich, la OTAN alertó a los países de la Organización de Cooperación de Shangai (OCS).
Resulta que el desarrollo de la OCS -que integran Rusia y China, pero también India, Irán y Pakistán– como expresión del despliegue mundial del orden multipolar como lógica geopolítica, representó un límite para el unipolarismo financiero encabezado por Estados Unidos y Gran Bretaña.
Un segundo momento estuvo determinado por la resistencia de la región del Donbáss frente a la ofensiva de la OTAN en esas provincias. A partir de allí se generan los Acuerdos de Minsk donde también colaboraron Francia y Alemania. El objetivo del unipolarismo, en definitiva, era detener el acoplamiento de la Unión Europea a las iniciativas multipolares, en este caso económicas. Por eso mismo la presencia de la OTAN en Ucrania significó siempre un riesgo estratégico para el multipolarismo.
El papel de Rusia
El estado de alerta ruso en relación al avance de la OTAN se remonta a la década de 1990. Con la desintegración de la Unión Soviética la OTAN ya había cumplido su objetivo inicial de neutralizar la iniciativa estratégica de la URSS durante la Guerra Fría. Aún así, actualizó objetivos y comenzó a integrar a las antiguas repúblicas soviéticas, particularmente las de Europa oriental, cercanas a Rusia. La guerra en Yugoslavia en la que la ONU fue cómplice provocó temor en Rusia, que tomó conciencia de su posición frágil.
Desde aquel momento, Ucrania pasó a representar una línea roja. Sin embargo, con el Golpe de Estado de 2014, la OTAN volvió a mostrarse dispuesta a quebrar cualquier acuerdo con tal de detener el desarrollo multipolar; lo cual marca que desde el conflicto se viene desplegando desde aquella decisión, solo que ahora tomó otra escala.
En ese marco, el objetivo de Moscú es desmilitarizar Ucrania, eliminando los laboratorios de desarrollo de armas nucleares, biológicas y bacteriológicas; y desarticular a los grupos paramilitares ultranacionalistas pro-OTAN que combaten a la población rusoparlante. El enfrentamiento es de carácter estratégico y tan solo tomó dominio público a partir de la invasión luego de un período de “enfriamiento”.
Zelenski ignora la paz y favorece la extensión de la invasión armada
Es en ese marco de disputas que Lavrov se reunió con Guterres. En primer lugar, el canciller ruso dijo que si Ucrania hubiera cumplido los Acuerdos de Minsk, jamás se habría desatado el conflicto armado. Moscú advirtió un desconocimiento a la preservación de la integridad territorial, una agresión indirecta.
En segundo lugar, declaró que “es poco probable que las negociaciones tengan algún resultado” si la OTAN sigue suministrando armas a Ucrania. Aún así, ratificó el compromiso ruso por una solución pacífica. En ese sentido destacó la iniciativa de corredores humanitarios que son sistemáticamente saboteados; sobre todo por los combatientes del batallón Azov, a quienes Putin calificó de “neonazis”.
En tercer lugar, el canciller confesó que Zelenski y el gobierno ucraniano ignoran el documento ruso que insta a una solución pacífica en la cual se incorporaron las observaciones ucranianas previas. Lavrov fue determinante al plantear que esa actitud demuestra la decisión ucraniana y de la OTAN de ignorar la paz y prolongar el estado de guerra.
“Nos encontramos en una fase de las relaciones internacionales en que ha llegado la hora de la verdad. O todos aceptamos que alguien solo con un grupo de sus satélites decida cómo va a vivir la humanidad; o la humanidad vivirá sobre la base de la Carta de la ONU”, sentenció Lavrov. A su vez, agregó que el estado actual de la situación en Ucrania es resultado de la expansión ilimitada de la OTAN.
La reunión entre el canciller y Guterres expresó el primer acercamiento de las Naciones Unidas a Moscú. De hecho, el secretario general de la ONU propuso crear un grupo de contacto en el formato ONU-Rusia-Ucrania para abordar las cuestiones humanitarias en Ucrania. Esto fue saludado con optimismo por parte de Lavrov.