Durante las últimas horas, la Justicia del Reino Unido emitió una orden de extradición contra Julian Assange. Todo quedó en manos de la ministra del Interior británica, Priti Patel, quien tomará la decisión final sobre su destino. Además, Australia, país de origen del implicado, no impugnará el fallo y esto ubica al periodista cada vez más cerca de ser deportado.
Esto se debe a que Assange enfrentaría 175 años de prisión por las filtraciones que realizó a través de WikiLeaks. Los cables informativos dieron cuenta de crímenes del ejército de Estados Unidos en las guerras de Irak y Afganistán. De este modo, ingresó en la cárcel en 2019 y enfrenta un juicio por “amenazar la seguridad nacional”.
Así fue como protagonizó una de las investigaciones más resonantes de la historia contra el ejército de Estados Unidos y comienza a agotar sus vías legales. Por esta razón, un juez británico lo acusó de actuar de forma ilegal en la obtención de información y publicación de documentos clasificados.
Como consecuencia, Patel decidirá el futuro de Assange, pero no hay muchas esperanzas de evitar la extradición porque las vías de apelación son pocas. “No estamos derrotados, tenemos que seguir, pero sabemos que el tiempo se agota”, reconoció Carlos Poveda, miembro del equipo de abogados, a la Agencia EFE.
Por este motivo, el panorama es cada vez más complejo. De hecho, el ministro de Finanzas de Australia, Simon Birmingham, aseguró ante la emisora pública ABC que “confía en la independencia y la integridad del sistema judicial británico”. Además, el funcionario certificó que “la expectativa es que opere de forma correcta, transparente e independiente”. De esta forma, no impugnarán el fallo de Patel.
El impacto dentro del periodismo
La decisión de la ministra del Interior marcará, no solo el futuro de Assange, sino el del periodismo. La Alianza de Medios, Entretenimiento y Artes de Australia solicitó al Gobierno federal que intervenga para evitar la extradición y retirar los cargos en su contra. No obstante, les autoridades del país no parecen dispuestas a apelar.
Como consecuencia, el sindicato sostiene que, si el periodista es deportado a suelo norteamericano, se podrá afectar a la profesión. De acuerdo a la entidad, esto se debe a que cualquier investigación iniciada contra el Gobierno de Estados Unidos impactará en la labor periodística de le investigadore.
Las organizaciones de defensa de derechos humanos demandan que un fallo de este tipo implica un ataque a la libertad de prensa. Asimismo, Juan Passarelli, director del documental Guerra contra el periodismo. El caso de Julian Assange, argumentó que “al criminalizar a quien reciba y publique información clasificada, Estados Unidos atenta contra todo el periodismo de investigación”.
Estas declaraciones se dieron hace algunos años, en el marco de la presentación del material fílmico. Passarelli también certificó: “Assange es perseguido por un Estado enojado por revelar crímenes”. No obstante, la lucha de él continúa.
Así, el cuerpo de legales trabaja para presentar los argumentos jurídicos frente a Patel con el 18 de mayo como fecha límite. Ahora bien, según el ministro Birmingham, aún existe la posibilidad de apelar al máximo tribunal británico, y Australia le brindará asistencia consular.Por otra parte, Poveda destacó en la entrevista con la Agencia EFE, que podrán apelar ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos como última instancia. Además, el implicado cuenta con el apoyo del Relator Especial de las Naciones Unidas, Nils Melzer, desde hace años. El funcionario sostiene que Assange vive una “persecución política” por parte de Estados Unidos.