Este 14 de abril se cumplen 36 años de la muerte de Simone De Beauvoir, quien falleció en París, Francia en 1986. Además de filósofa, escritora y profesora, Simone luchó por los derechos de las mujeres en una época en que lo femenino estaba relegado al hogar y a las tareas de cuidado.
Simone nació en París el 9 de enero de 1908. Sus padres, Georges Bertrand de Beauvoir y Françoise Brasseur, se empeñaron por educarla en colegios católicos burgueses, pero desde pequeña ella se declaró atea y en contra de las religiones. Cuando llegó a la adolescencia supo que quería ser escritora, esto la llevó a licenciarse en letras con especialización en filosofía. En los primeros años de su carrera se dedicó a la docencia en los liceos de Marsella, Ruan y París.
Además de su aporte, casi fundamental, al feminismo, Simone fue disruptiva en cuanto a las relaciones de pareja, siendo una de las primeras en advocar por el amor libre. Durante toda su vida mantuvo una relación con el filósofo Jean Paul Sartre, sin embargo, eso no les impidió a ambos tener otros amores. Entre las relaciones de Simone se le conocieron amoríos con sus alumnas del liceo, este fue el motivo por cual la removieron de su cargo como profesora.
Militancia teórica
Su primera obra fue la novela La invitada (1943), luego le siguió La sangre de los otros (1944) y el ensayo “Pyrrhus y Cineas” (1944). A su vez, junto a Sartre y Maurice Merleau-Ponty, fundó la revista “Les Temps Modernes”. Esta publicación difundió la corriente existencialista a través de la literatura contemporánea.
En los años posteriores, sus tesis existencialistas aparecen también en sus obras autobiográficas, entre las que destacan: Memorias de una joven de buena familia (también conocida como Memorias de una joven formal) publicada en 1958 y Final de cuentas (1972).
Además de las ya mencionadas, dentro de sus trabajos se encuentran las novelas: Todos los hombres son mortales (1946), Los mandarines (1954, Premio Goncourt), Las bellas imágenes (1966), La mujer rota (1968) y Cuando predomina lo espiritual (1979).
Simone realizó múltiples ensayos, firmados bajo su autoría podemos encontrar: Para qué la acción (1944), Para una moral de la ambigüedad (1947), El existencialismo y la sabiduría de los pueblos (1948), América al día (1948), El pensamiento político de la derecha (1955), La larga marcha (Ensayo sobre China) de 1957 y La vejez (1970).
“No se nace mujer, se llega a serlo”
En 1949, la filósofa francesa publicó El segundo sexo, esta obra significó un escándalo para la sociedad francesa del momento. Lejos de apoyarla, diferentes intelectuales se opusieron a las nuevas ideas respecto al sexo, el género y la sexualidad.
“El Ser no existe y no debe de confundirse con llegar a ser, el ser, según la filosofía existencialista, es siempre un sujeto tal como se manifiesta. Para los seres humanos, para los hombres como para las mujeres, el ser no es algo, ninguna esencia definitiva”, dice uno de los pasajes del controvertido texto.
Una de las propuestas del ensayo, el cual fue adoptado por el feminismo de los años posteriores, sostiene que “no se nace mujer; se llega a serlo”. El segundo sexo abrió la puerta para pensar que el ser mujer era, y es, el resultado de un hecho accidental, histórico, que podía transformarse.
En el libro se mostraría también el modo en que la sociedad contemporánea ubica a la mujer; las posibilidades que se les ofrecen y los límites que se les imponen. El título visibiliza el lugar de inferioridad del género femenino dentro de una sociedad patriarcal.
A su vez, la filósofa propone la categoría de “otro” para entender el rol asignado a las mujeres en un sistema confeccionado para los hombres. La autora propone que es necesario que cada mujer reconquiste su propia identidad, desde sus ideas y criterios.
La vigencia de su lucha
Además de sus escritos, Simone fue fundamental en la lucha por los derechos de las mujeres, su figura fue clave en, por ejemplo, la legalización del aborto en Francia. Allí, junto a la abogada Gisèle Halimi, fundó el movimiento Choisir la Cause des femmes (“Elegir la causa de las mujeres”) y fue una de las redactoras del Manifiesto de las 343. El documento fue publicado en abril de 1971 por la revista Le Nouvel Observateur y cuenta la historia de mujeres de la política y la cultura que reconocían haber abortadoGran parte del movimiento feminista, que hoy sale a las calles, se ha nutrido de los aportes teóricos desarrollados a lo largo de más de un siglo. Sus consignas, respecto a las desigualdades de género y las imposiciones para las mujeres, continúan siendo debatidas y resignificadas en la actualidad.