“Si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla” expresó eufóricamente en el balcón de la Casa Rosada, el ex presidente de facto Leopoldo Fortunato Galtieri, frente a una multitud en Plaza de Mayo. Esto ocurrió a ocho días del desembarco argentino en las Islas Malvinas. Este fue el comienzo de un anecdotario de angustias y marcas que difícilmente puedan borrarse con el tiempo.
La historia argentina está más que presente cada 2 de abril. Hace 40 años, comenzaba la batalla contra Inglaterra (Reino Unido) con el fin de poder recuperar definitivamente la soberanía sobre las Islas Malvinas. Cabe destacar que, la guerra comenzó formalmente el 2 de abril de 1982, aunque anteriormente se realizó la Operación Rosario, el 28 de marzo. Allí, se izó por primera vez en más de un siglo la bandera argentina en el territorio isleño.
Las tropas del Ejército Argentino y de la Armada tomaron rumbo a las islas con órdenes del Comandante de la operación, el General Osvaldo García. El objetivo de la misión fue desembarcar y recuperar las Islas Malvinas que se encontraban de la mano de la corona británica desde 1833. Pese a las malas condiciones climáticas, se determinó que el 2 de abril sea el día del desembarco para llevar a cabo la operación. Allí, las tropas argentinas llegaron a la Isla Soledad y tomaron la capital denominándose “Puerto Argentino”.
Las embarcaciones que salieron hacia al archipiélago fueron el destructor ARA “Santísima trinidad”, el rompehielos “Almirante Irizar” y el transporte “Cabo San Antonio”. Finalmente, el conflicto bélico entre Argentina y el Reino Unido por la soberanía de las Islas Malvinas, dejó hacia el 14 de junio de ese año un saldo de 649 argentinos y 255 británicos muertos.
Para mantener vigente y presente aquellos hechos acontecidos en aquel año Nota al pie dialogó con Roberto Gerpe, veterano de Malvinas, quien estuvo embarcado 74 días en el Portaviones 25 de mayo. Y quien, además, es Presidente de la Asociación de Veteranos de Guerra de Malvinas en Pilar. En esta entrevista rememoró aquel día y compartió unas palabras a 40 años del desembarco.
¿Cómo fue el proceso de ser parte de la Guerra de Malvinas?
Estuve en el portaaviones 25 de mayo que zarpó de la base naval de Puerto Belgrano (Punta Alta, Buenos Aires), el 28 de marzo aproximadamente a las 19 hs. No sabíamos a dónde íbamos y nos enteramos en alta mar que íbamos a recuperar las Malvinas. Éramos en total, con la tripulación del buque, 1500 personas en navegación, porque también estaban los pilotos de los aviones y otros.
Yo creo que Argentina no está preparada para la guerra, porque no somos un país que vive en guerra. Hay muchos relatos y versiones, pero una es que se cumplían los 150 años y si no se hacía nada se perdía la soberanía de la isla. En ese momento teníamos un gobierno de facto que no tuvo mejor idea que una guerra. Yo creo que no perdimos una guerra, perdimos una batalla. La guerra la vamos a ganar a través de la paz.
¿Cómo ex combatiente, que siente cada 2 de abril?
Nosotros estamos acostumbrados a que la gente nos diga “gracias”, “gracias por lo que hicieron”. Pero yo creo que debemos retribuir a la gente y a los chicos y a la comunidad educativa esas gracias. Lo que vos sentís es mucha tristeza porque de tener tu bandera flameando durante 74 días y un día te dicen que nos rendimos y otra vez izan la bandera pirata es mucho dolor y mucha tristeza.
No éramos chicos, nosotros en ese momento estábamos haciendo el servicio militar obligatorio y ya nos considerábamos hombres. En ese momento, nosotros perdimos nuestra juventud, perdimos todo aquello que hoy por hoy disfruta un pibe de 18 años, eso fue lo que nos pasó.
Perdimos la juventud o niñez de estar jugando a la pelota o estar en una esquina tomando una Coca Cola. Siempre le digo a los jóvenes que tienen que alejarse de las porquerías y mirar para adelante porque tienen un futuro.
¿Cómo fue la etapa de ir a Malvinas y la vuelta a casa?
Primero fue una sorpresa al enterarnos que íbamos a ir a las Malvinas, cuando zarpamos nosotros no sabíamos nada. Después, cuando vos pisas ese suelo- que siempre en la escuela te dicen que las Malvinas fueron, son y serán argentinas- en ese momento para nosotros fue algo inolvidable.
También, a su vez, saber que íbamos a defenderlas a través de una guerra, fue muy difícil. Los propios soldados ingleses dijeron que “los soldados argentinos lucharon como leones”. Ellos mismos reconocieron que estuvieron a punto de perder con nosotros.
Es muy complicado saber que te vas y no volves, que tu familia no sabe nada durante la guerra. La guerra duró 74 días y en ese tiempo, los que recibían cartas las recibían censuradas. Yo estuve embarcado y me llegaban cartas censuradas, yo leía lo que el ejército quería, las fuerzas armadas en ese momento y fue difícil. Vos tampoco podías mandar nada, vos tenías que decir que estaba todo bien.
Cuando volvimos en la posguerra, vinimos escondidos, mal alimentados porque estábamos flacos. Cuando nos metieron en campo de mayo, en la base naval de puerto Belgrano, nos dieron de comer como si fuéramos pollitos. La guerra fue triste y la posguerra fue más triste todavía.
Cuando vos decías que eras veterano de guerra, no conseguías trabajo. Nos pasó muchísimo tiempo de estar a la deriva. Después, entre los mismos veteranos nos hemos ido ayudando y pudimos salir adelante.
Yo cuando hablo de la causa Malvinas, a veces los sentimientos te afloran y te acongojas un poco. Pero siempre, en donde sea que lo hable, siempre tengo la cabeza en alto. Nos quisieron culpar de haber perdido la guerra, porque en su momento cuando volvimos teníamos un gobierno de facto y éramos los responsables de haber perdido la guerra.
Nunca bajó la cabeza con respecto a este tema, somos una parte fundamental de haber recuperado la democracia. Eso también la ciudadanía lo tiene que saber. Si hubiéramos ganado la guerra, capaz que todavía estarían los militares. Tuvimos la desgracia de perder una batalla, la guerra la vamos a ganar en los escritorios y a través de la paz.
¿Cómo fue el reencuentro con la familia?
Cuando regresamos de Malvinas, yo tardé tres meses en llegar a casa. Estábamos en la base naval y no nos podíamos mover. Cuando llegué, fue emocionante. Todos los vecinos te recibían, mis padres, fue una cosa maravillosa. Si lo tengo que volver a repetir y me decís” ¿volverías a Malvinas?”, te digo “Si, volvería y pelearía como muchos”. Unos lo dimos todo y otros lo dieron más, 632 almas quedaron en Malvinas custodiando nuestras islas. No es fácil; Malvinas es una causa nacional que une.