El Día Mundial del Teatro se celebra el 27 de marzo de cada año con el fin de dar a conocer la importancia de esta disciplina artística en la cultura a nivel mundial.
La fecha fue instaurada en Helsinki, en 1961, cuando el Instituto Internacional del Teatro de la UNESCO organizó una jornada mundial para celebrar la dramaturgia.
La elección de la fecha se debe a que desde 1954, todos los 27 de marzo, se daba inicio a la temporada en el Teatro de las Naciones de París, evento con el que se pretendía lograr una comunión entre países luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial.
El teatro en el mundo
El teatro es el arte de componer obras para ser representadas e interpretadas ante un auditorio, se encuentra entre las artes escénicas más antiguas, importantes y mágicas de todos los tiempos. Según diversos historiadores, su origen proviene de las primeras danzas realizadas por el hombre primitivo alrededor del fuego.
Los primeros teatros nacieron en Atenas, Grecia, entre los siglos V y VI A.C. Se caracterizaron por tener un espacio circular donde se alzaba la estatua de Dionisio, dios del vino y de la vegetación al que los atenienses rendían honores; y un hemiciclo, un espacio arquitectónico público de forma cóncava con gradas en forma de semicírculo donde se ubicaba los espectadores.
Al teatro griego le siguió el romano y a partir de allí las artes escénicas no pararon de crecer y popularizarse, adquiriendo diferentes maneras y estilos en diversos lugares del mundo a lo largo de toda la historia.
Cómo nació el teatro en Argentina
En Argentina, el teatro nació en la época colonial, vinculada a lo religioso o lo político, replicando las corrientes europeas del romanticismo y el iluminismo. Era una actividad elitista a la que solo tenían acceso las clases acomodadas de la época.
El primer teatro que funcionó en el país fue el Teatro de Óperas y Comedias (1757-1761) dirigido por Pedro Aguiar y Domingo Sacomano.
El 30 de noviembre de 1783, se inauguró el Teatro de la Ranchería considerado la primera Casa de Comedias. Allí en 1786 se estrenó Siripo de Manuel José de Lavarden, la primera obra criolla de autor local. En 1792 un incendió terminó con La Ranchería. Es en honor al día de su inauguración que en Argentina se celebra el 30 de noviembre de cada año el Día Nacional del Teatro.
El Teatro fue cambiando a medida que se modificaban las condiciones sociales, políticas y culturales del país. Así, luego de la Revolución de Mayo, comenzaron a surgir textos dramáticos con contenidos de fuerte rechazo hacia las figuras españolas y de gran exaltación de personajes revolucionarios.
La época conocida como la generación del ´80 introdujo en el teatro el drama gauchesco en obras como Juan Moreira. Muchos autores consideran a la generación del ’80, como el origen del teatro nacional.
Teatro independiente
En 1930 Leónidas Barletta fundó el Teatro del Pueblo, un teatro que buscaba una nueva forma de hacer arte. Barletta sostenía que el teatro era para educar y desde allí la práctica se convirtió en vocacional, pedagógica y social. Surgieron también multiplicidad de lenguajes y novedades y un fuerte sentido del goce grupal.
El Teatro del Pueblo es considerado el primer teatro independiente en la Argentina. En este se estrenaron obras como “300 millones” de Roberto Arlt, “El Descosido” de Raúl González Tuñón, y “Los Cínicos” de Álvaro Yunque, entre otras.
La segunda etapa del teatro independiente surgió a comienzos de los años cincuenta con la creación de instituciones como la Organización Latinoamericana de Teatro (OLAT) y el Instituto de Arte Moderno (IAM). En esta etapa algunos de los elencos que se destacaron fueron los del Teatro Popular Fray Mocho, dirigido por Oscar Ferrigno y el Nuevo Teatro, dirigido por Alejandra Boero y Pedro Asquini.
Al igual que en todas las artes, el movimiento cultural teatral era una forma de expresión que respondía a los sucesos sociales del país y adquiere formas de cuestionamiento éticas y estéticas a los acontecimientos de la época.
El teatro independiente con el paso de los años
En los años ‘70 comenzó lo que se considera teatro del realismo social encarnado en autores como Griselda Gambaro, Jorge Petraglia y Eduardo Pavlovsky.
Con obras de fuerte contenido crítico como preludio de la peor dictadura que conocería la historia del país y por la que muchos de ellos debieron exiliarse. Durante los años de mayor terror dictatorial el teatro siguió funcionando, pero la crítica debió ser sutilmente encubierta bajo representaciones metafóricas. Cabe destacarse allí la irrupción de Teatro Abierto, movimiento organizado por un grupo de gente vinculada al género como Osvaldo Dragún, Gonzalo Nuñez, Jorge Rivera López, Luis Brandoni, Oscar Viale y Pepe Soriano, apoyados por el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y el escritor Ernesto Sabato. TA comenzó en el Teatro del Picadero ubicado en la cortada Rauch (Hoy Pje. Santos Discépolo) de la ciudad de Buenos Aires, lugar que fue incendiado por gente vinculada al terrorismo estatal.
Una vez retornada la democracia comenzaron a surgir nuevas experiencias teatrales, así nació el Parakultural, un movimiento artístico de experimentación escénica cuyos máximos exponentes fueron Batato Barea, Verónica Llinás, Alejandro Urdapilleta, Alejandra Flechner y Humberto Tortonese, entre otres.
El teatro independiente fue creciendo de la mano de grandes dramaturgos y maestros de actuación como Mauricio Kartún, Eduardo Rovner, Alejandro Tantanián, Javier Daulte, Rafael Spregelburd, Nora Moseinco, Claudio Tolcachir, Mariana Chaud y Rubén Szuchmacher. Es hoy uno de los espacios de permanente búsqueda de experimentación de lo sensible que reúne a grandes artistas.
En la actualidad cuenta con un gran circuito de salas que sobreviven gracias al esfuerzo del trabajo autogestivo que la comunidad de artistas lleva adelante para mantener viva la formación de actores, dramaturgos y directores y con ellos la pasión por compartir con el público el fuego de las artes teatrales escénicas.