El Día Mundial del Sueño se celebra desde 2008. La fecha fue instaurada por la Asociación Mundial de Medicina del Sueño.
El motivo por el que se conmemora siempre el viernes anterior al equinoccio de otoño del hemisferio sur radica en que el equinoccio es el momento del año en el que el día y la noche tienen la misma duración. Se trata de un gesto que simboliza la importancia de la duración de la noche, y la necesidad del buen dormir para disfrutar de una calidad de vida saludable.
El lema para 2022 es «Sueño de calidad, Mente sana, Mundo feliz”. Un desafío que suena a utopía en medio de las crecientes problemáticas económicas y socioculturales del mundo actual, pero que sirve para no minimizar el impacto que tiene el no dormir biensobre la vida.
Nota al Pie celebra este día contribuyendo a informar sobre los diversos trastornos del sueño y las consecuencias qué estos generan en la salud. Un aporte para detenerse a pensar estrategias que nos ayuden a logra un buen dormir, algo que resulta tan indispensable como alimentarse y cuidar la salud.
El mundo insomne
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, el 40% de la población duerme mal. Esto ocurre muchas veces producto del estrés o de los diversos problemas que las personas enfrentan a diario.
Lo cierto es que no dormir la cantidad de horas necesarias, o dormirlas de manera insuficiente, puede ocasionar graves problemas de salud tanto físicos como psíquicos, entre ellos somnolencia, dolor de cabeza o pérdida de la memoria.
El desafío del buen dormir
Dormir bien depende de múltiples factores, pero la realidad es que a los motivos personales, económicos, y socioculturales, en estos últimos años, se sumó la pandemia del Covid 19, que agudizó aún más los problemas de sueño como el insomnio, las pesadillas y varias parasomnias (conductas como movimientos violentos que ocurren en la fase de sueño profundo), que no permiten la relajación y el descanso mientras se duerme.
Según les especialistas, lo recomendable para tener un sueño de calidad sería dormir entre 9 y 11 horas, en el caso de les niñes en edad escolar; 10 horas para adolescentes; y entre 7 y 8 horas diarias para adultes.
Dormir bien no es solo una cuestión de “descanso”. Mientras se duerme el cuerpo también realiza funciones de reparación celular, fijación de la memoria, y producción de hormonas, entre otras, por lo que tener un buen sueño no es algo para minimizar sino todo lo contrario: es vital para gozar de una buena salud.