El 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer Trabajadora debido a que en 1908, 129 mujeres murieron en un incendio en la fábrica Cotton, de Nueva York, Estados Unidos. Las trabajadoras reclamaban la reducción de jornada laboral, un salario igual al que percibían los hombres y mejores condiciones laborales.
Hasta hace algunos años, debido en parte al machismo y también al capitalismo, en nuestro país era común celebrar el día de la mujer con flores, bombones y publicidades engañosas. Sin embargo, con el avance de los movimientos feministas, en la actualidad se reivindica la fecha como un día de lucha de las mujeres y disidencias.
Nuestros derechos
A lo largo de la historia las mujeres pelearon para ocupar los mismos espacios que los hombres. Con la creación de la educación superior, solo los varones asistían a las universidades, a pesar de que las leyes no prohibían el ingreso de las mujeres. Sin embargo, hubo precursoras que sentaron precedentes como Cecilia Grierson, Elvira Rawson y Alicia Moreau. Las primeras tres mujeres en recibirse de médicas en nuestro país.
Para 1869, según el Código Civil, la mujer casada tenía el mismo status legal que una persona considerada incapaz o un niño: todas las decisiones quedaban en manos de su marido. Recién en 1968, 100 años después, la paridad llegó mediante el reconocimiento de la “plena capacidad civil de la mujer mayor de edad”.
A principios del siglo XX se formaron diversas organizaciones de mujeres en nuestro país, resultado de la exclusión que todas sufrían de la política formal, definida como masculina. Tras una lucha de años, el 11 de noviembre de 1951 las mujeres votaron por primera vez en Argentina.
Un precedente anterior fue que con la sanción de la Ley Sáenz Peña, que consideraba sufragantes a quienes cumplieran con el servicio militar, Julieta Lanteri solicitó ser incluida en el padrón militar para realizar la conscripción. Sin embargo, recién el 9 de septiembre de 1947 se sancionó la Ley 13.010 que establece el voto femenino obligatorio en todo el país.
Años más tarde, ya con la posibilidad de ejercer como ciudadanas, la violencia machista y el derecho sobre nuestros cuerpos continuaba restringido. En este sentido, la Ley 26.485 hace hincapié en la prevención, sanción y erradicación de la violencia contra las mujeres.
Promulgada en abril de 2009, aspira a eliminar la discriminación entre mujeres y varones en todos los órdenes de la vida, afirmando en particular el derecho de las mujeres a una vida sin violencia.
En la misma línea, en los últimos años la militancia feminista luchó para que las personas gestantes puedan acceder a decidir sobre sus cuerpos. En ese sentido, tras la negación en 2018, en 2020 se sancionó la ley Nº 27.610 que permite el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo (IVE).
La ley entró en vigencia el 24 de enero de 2021 y establece que “el Sistema Nacional del Seguro de Salud, debe garantizar la prestación incorporando la cobertura integral y gratuita de la interrupción voluntaria del embarazo prevista en esta ley, en todas las formas que la Organización Mundial de la Salud recomienda”.
La lucha continúa
Más allá de los logros, las mujeres aún padecen la desigualdad. En el mercado laboral, continúan teniendo menores salarios y los peores trabajos. La brecha salarial existe y oscila entre el 25% y el 30% en favor de los varones, y apenas el 3,8% de las mujeres alcanza cargos directivos.
Además, el porcentaje de las mujeres que trabajan dentro de la economía informal casi duplica al de los varones. En promedio, las mujeres trabajan más horas semanales entre empleo formal y tareas de cuidado no remuneradas, pero no alcanza para lograr una verdadera autonomía económica.
Por otro lado, la violencia de género no cesa. Todos los días se vuelve noticia un hecho de violencia, un femicidio o, como días atrás, una violación en grupo. Según un relevamiento del Observatorio Lucía Pérez, durante el 2021 se cometieron 323 femicidios. A su vez, desde el primero de enero de 2022 hasta este 8 de marzo 64 mujeres fueron asesinadas, 57 niñes quedaron huerfanes y se realizaron más de 50 marchas pidiendo justicia.
Además, los datos de los distintos observatorios coinciden en señalar que el mayor peligro para las mujeres está en su entorno dado que suelen ser asesinadas por personas que conocen (sus parejas o exparejas) y los femicidios ocurren en sus hogares o las viviendas que comparten con los agresores.
Actividades
Este año, bajo el lema «La deuda es con nosotres y nosotras. ¡Que la paguen los que la fugaron!», el colectivo Ni Una Menos convocó a concentrar a partir de las 16 en Avenida 9 de Julio, para marchar hasta el Congreso. La invitación se abre a todas las provincias y ciudades del país donde grupos feministas o mujeres autoconvocadas saldrán a las calles.
Por otro lado, durante este fin de semana se desplegaron más de 100 actividades en el CCK, Tecnópolis y la sede del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad.
Además, durante todo marzo y abril, el Centro Cultural Recoleta presenta «8M», una «nueva agenda de actividades que invitan a repensar cómo nos vinculamos con les otres, con el planeta y con nosotres mismes, desde las enseñanzas de los ecofeminismos». Incluye charlas, talleres, conversaciones, recitales y visitas guiadas.