Este viernes, se iniciará el primer tramo del traslado de cuatro tigres de bengala abandonados hace 15 años en un vagón de tren en la localidad de Justo Daract, distante a 140 km de la capital de San Luis. En una primera instancia, viajarán hasta Buenos Aires para luego completar la travesía (de 50 horas) hasta su destino final en Sudáfrica. Vivirán en “Lions Rock”, un santuario de grandes felinos en la ciudad de Johannesburgo, administrado por la organización austríaca “Four Paws”.
En relación a este tema, Nota al Pie dialogó con Alejandra Juárez, la directora y fundadora del centro argentino de rescate, rehabilitación y conservación de primates Proyecto Carayá.
La historia salió a la luz en 2021
La historia trascendió a los medios promediando el año 2021, cuando tres fundaciones internacionales se enteraron de la situación: Planet Tiger de Francia, Ubuntu Wildlife Sanctuary de Sudáfrica y la Wildlife Advocates Foundation de Holanda.
Según consignaron en diversas publicaciones: en el año 2007 el dueño de un circo ambulante se acercó a la estancia “Santa Romana”, en San Luis, pidiendo refugio para sus tigres con la promesa de volver a los seis meses. La fecha coincide con los primeros proyectos de ley presentados en nuestro país con intenciones de prohibir el uso de animales en este tipo de espectáculos.
El resto del cuento es bastante triste. Esos pocos meses, se volvieron 15 años y nadie volvió por los tigres. Quedaron hacinados en un vagón de tren, convertido en una jaula de 75 m² a merced del intenso calor e inclemencias del tiempo. En la actualidad, hay 4 felinos en la jaula, dos de ellos nacidos en ese vagón. Esta es la “versión oficial” de los hechos según la narrativa del primer santuario de vida salvaje interesado en rescatarlos.
Diversos medios locales consultaron a la Secretaría de Ambientes y Parques (Nota Al Pie Incluido) pero nadie obtuvo respuestas, ni comunicados de prensa. Tampoco hay novedades oficiales a nivel nacional.
“Venimos peleando para que no salgan más los animales del país”
Alejandra Juarez, la rescatista que conversó con nuestro medio, cuando se conoció la noticia del traslado el año pasado dijo: “La recaudación inicial para estos tigres la inició Natasja de Winter para una fundación holandesa Ubuntu. De hecho, consiguieron llevar a su pseudo-santuario a leones y tigres de un ex zoológico en Santiago del Estero y, desde ahí, le hicimos la vida imposible”, contó la conservacionista.
Según un informe publicado en sus redes sociales, Juárez denunció que el negocio del empresario norteamericano Jurg Olsen (el propietario del Ubuntu) es crear falsos santuarios para “emprendimientos privados turísticos y comerciales”.
En su investigación, explicó que el lugar está dentro de un hotel de lujo y que incluso los animales son eventualmente usados en cotos de caza. “Mucha gente cree que los felinos van al paraíso y en realidad no es tán así, se trata de un nuevo estilo de tráfico de animales encubierto”, concluye el informe.
“Se ve que esta vez no les alcanzó el dinero y llamaron para que les ayude a esta ‘Four Paws’ que es una organización seria, esta si”, continúa su relato la ambientalista. “Lamentablemente ya tuvimos varios casos de organizaciones bastante chantas operando en Argentina, que hicieron estragos. Geraldine Vidal, con su productora audiovisual Enfoque Animal, se llevó un montón de felinos y osos a EEUU. Después, está Franz Weber que es terrible y quiere llevarse los elefantes a Brasil y la de Natasja de Winter que mencioné antes”, especificó la entrevistada.
“Es la primera vez en nuestro país que el rescate se hace con una asociación seria”
Luego del interés inicial por Ubuntu Wildlife Sanctuary, fue la propia organización quien comunicó, en febrero de este año, que el rescate tomaba el impulso definitivo. Que por fin podía concretarse con el ingreso del llamado “veterinario de guerra”, el egipcio Amir Khalil, responsable de la organización de bienestar animal Four Paws. A partir de ese momento, todas las novedades y actualizaciones se hacen desde este nuevo espacio y prácticamente se desliga la fundación Ubuntu, duramente cuestionada.
“Como conservacionista y defensora desde hace muchos años de animales silvestres venimos bregando para que los animales no sean exportados al exterior”, manifestó Alejandra Juarez. Según dijo, en nuestro país hemos vivido en los últimos años un traslado masivo de animales a medida que se incrementó el cierre compulsivo de zoológicos. También agregó que “lamentablemente” los zoológicos, santuarios y centros de rescate son imprescindibles para poder hacer frente a la situación global de extinción de especies y de ambientes.
“Nosotros luchamos porque a los animales se les den soluciones en el país, te puedo asegurar que ninguno de los que se fue, hasta ahora, está en un lugar mejor. Sino por el contrario, fueron a grandes circos en donde entra mucho público y viven estresados”, explicó la conservacionista.
También contó a este medio, que se contactó personalmente con el responsable de Four Paws y que lo “más importante” es que la organización también quiere trabajar dentro de Argentina. “Yo creo que si algún Gobierno le da posibilidades, van a hacer mucho trabajo dentro de nuestro país”, concluyó la responsable del Proyecto Carayá.