El carnaval, esa gran fiesta popular que llena las calles de todo el mundo de color, alegría y música. Sus inicios se remontan a miles de años atrás, sin que exista una única y certera explicación sobre sus orígenes. Algunas versiones afirman que es una celebración en honor a Apis, el dios egipcio de la fertilidad, y que data de 5000 años A.C. Otra teoría dice que se originó en las fiestas que se realizaban en la antigua Roma en honor a Baco, dios del vino, o Dionisio, su equivalente griego.
Con el correr del tiempo, al extenderse y afianzarse el dominio de la religión católica, fue la cuaresma cristiana la que marcó el inicio del carnaval. Se estableció como fecha para los festejos populares la semana previa al período de cuarenta días en el que los practicantes preparan la celebración de la Pascua.
Sin embargo, para los cristianos de la edad media, el carnaval era considerado una fiesta pagana. Era una celebración que marcaba el fin de la siembra de invierno y el principio del equinoccio de primavera, honrando la fertilidad de un nuevo ciclo natural de la vida.
Estas conmemoraciones se caracterizaban por grandes festines callejeros en donde el pueblo comía, bebía y bailaba por largas jornadas. En las calles se ejercía, desde la risa y el sarcasmo, una fuerte crítica popular a la nobleza, el clero y la moral religiosa de la época.
Lo cierto es que, más allá de su origen, la celebración se extendió a todas partes del mundo. Hoy, a pesar de haber sufrido diversos períodos de prohibición a lo largo de la Historia, continúa más vigente que nunca.
Nota Al Pie se suma a los festejos de esta gran fiesta popular, realizando un recorrido para conocer cómo se vive el carnaval en nuestro país y en diferentes partes del mundo.
Carnavales Argentinos
El primer corso oficial en el país fue promovido por Domingo Sarmiento, y se realizó en 1869. Con el correr de los años, influidos por los inmigrantes que llegaban al país, la festividad fue tornándose masiva. Inspirados también por el candombe y el carnaval uruguayo, los desfiles de disfraces dieron pase a las murgas actuales, caracterizadas por incorporar el canto de crítica a su colorido baile.
Los festejos de carnaval, que fueron prohibidos en 1976 por la dictadura, regresaron con la democracia en 1983. En 2011, bajo la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, fueron recuperados los Feriados Nacionales de Carnaval, por medio del decreto 1584/10.
Nota al Pie recorre, de Norte a Sur de nuestro territorio, algunos de los carnavales más emblemáticos.
El Pujllay de la Quebrada
Una semana antes del comienzo del carnaval se realiza un desfile de comparsas por las laderas de los cerros para desenterrar al “Pujllay” (diablo) que representa al sol. Éste es sepultado al finalizar el carnaval del año anterior.
Una vez desenterrado comienza el descenso de los cerros. Una ceremonia de coloridos trajes y alegría, acompañada de tambores, vientos de bronce, laquitas y tarkas, al son de las danzas típicas.
Las comparsas se trasladan a las calles del pueblo y son invitadas a beber en algunas casas. La fiesta continua en los “fortines”, peñas organizadas en determinados lugares del recorrido donde se baila hasta el amanecer.
Durante el domingo de carnaval las comparsas vuelven a los cerros donde entierran al Pujllay con ofrendas de alcohol, cigarrillos y hojas de coca; y con bombas de estruendo se da por finalizado el carnaval hasta el año próximo.
Gualeguaychú
El brillo y la espectacularidad hace gala de su ostentación en los carnavales de Gualeguaychú, reconocidos como un atractivo turístico en todo el mundo.
El Carnaval del fin del mundo
El sur también tiene carnaval. En Ushuaia se realizará el 2 de marzo, y este año se podrá disfrutar online a través de la plataforma “Fiestas Argentinas”, una iniciativa del Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación para promocionar las más de 3 mil fiestas nacionales, regionales y populares del país.
Carnavales latinoamericanos
Latinoamérica también se viste de fiesta para salir a las calles a celebrar el carnaval. Además de los tradicionales carnavales de Río, Bahía y Montevideo, otros países de la región también hacen vibrar el continente.
El carnaval más grande del mundo
El Carnaval de Río de Janeiro comienza con la entrega de las llaves de la ciudad y la coronación del Rey Momo en el Sambódromo Marqués de Sapucaí. A partir de ese momento se desata una fiebre incontrolable de cuerpos danzantes y monumentales desfiles de carrozas, que finalizará luego de cuatro días.
El carnaval de Bahía fue uno de los primeros carnavales en celebrarse a finales del siglo XIX. Sus orígenes no provenían de Europa, sino que llegaban al país de la mano de la samba y el candombe, estilos de baile traídos por los esclavos africanos. Desde allí, comenzaron a popularizarse y crecer esparciendo a su paso alegría y diversión.
Oruro en Bolivia
El carnaval de Oruro en Bolivia fue declarado Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad por la Unesco el 18 de mayo de 2001. En él más de 48 conjuntos folklóricos expresan las diversas danzas de distintas partes de Bolivia, al mismo tiempo que realizan su peregrinación hacia el Santuario del Socavón, en un imponente marco natural.
El Puno de Perú
Puno es la ciudad capital de la provincia de Puno, Perú. Está ubicada al sureste del país. Su población no llega a los 200 mil habitantes, pero su cultura es tan significativa que muchos la han llegado a nombrar como la capital del folklore peruano.
El Sambódromo de Encarnación
La fiesta popular en el Sambódromo de Encarnación, en Paraguay, es también un reconocido espectáculo de luces, color y música para disfrutar.
Resto del mundo
A los tradicionales y mundialmente reconocidos carnavales de Venecia, Niza, Cádiz y Basilea se suman también otros lugares del planeta que festejan sus carnavales de una manera poco convencional. Nota al Pie recorre algunos de estos.
Venecia, Italia
A diferencia del resto de las celebraciones alrededor del mundo, los trajes del Carnaval de Venecia se inspiran en las vestimentas de la nobleza del siglo XVII y las sofisticadas mascaras tras la que ésta se ocultaba para mezclarse con el pueblo. Dura diez días y tiene lugar a principios de año, entre febrero y marzo.
El festejo consiste en realizar paseos por las calles de Venecia ataviados con lujosos trajes barrocos y las más amplias variedades de máscaras, desde las tradicionales bautas pintadas en dorado y decoradas con delicadas plumas hasta “la picuda”, que se usaba en la Edad Media para no contagiarse de la “peste negra” o “peste bubónica”. Esta peste se caracterizaba por nódulos muy dolorosos, localizados en las ingles, el cuello y las axilas. Se trataba de ganglios linfáticos inflamados, que se volvían de color negro después de un tiempo debido a las hemorragias internas que generaban.
Tenerife, España
Los carnavales de Santa Cruz de Tenerife, en España, se caracterizan por la espectacularidad de sus trajes, que pueden llegar a pesar más de 200 kilos, por lo que suelen ayudarse con estructuras de soporte o ruedas. Es común ver cantidades enormes de personas viajar exclusivamente para vivirlo.
El carnaval de hielo
El carnaval de Quebec en Canadá es uno de los más exóticos y diferentes. Una verdadera fiesta en medio de una ciudad de hielo.
Carnaval de Lodo de Monihei
Esta es una tradición de la etnia Wa que cree que el color negro traerá suerte y que mientras más cubierto de barro se esté, mayor prosperidad, suerte y salud se atraerá. Este Carnaval logra reunir unas 25 minorías étnicas del país para formar parte de este baño de barro, en el que se divierten de forma única.
Sin importar el lugar en el que te encuentres, el carnaval es sin lugar a dudas una de las fiestas paganas más lindas del mundo.