El viernes pasado ocurrió una creciente imprevista en el vado de Villalba donde de casualidad se encontraba Miguel Trapeyas. “Fuimos a hacer una compra hasta Cosquín y les propuse volver a mi esposa y a mis amigos. Por algo y para algo Dios quiso que volvamos”, relató a Nota al Pie.
En ese momento en el río Cosquín, en medio de la crecida, se encontraba una mujer de 31 años y su hija de 17. Miguel contó que “se empezó a escuchar un ruido y ahí empezó la creciente”. Sintió que estaba ahí para un propósito: rescatar a esas dos mujeres a las que, si no hacía algo en ese mismo momento, se las llevaba la corriente.
Por suerte, había mucha gente ubicada a la orilla del río y tanto la policía como les bomberos llegaron muy rápido. También se encontraban un padre con su hijo en el río, pero ellos pudieron salir rápido y ayudaron a Miguel haciendo un pasamanos humano para, primero, sacar a la chica de 17 años del río Cosquín. Él agarró la pierna de la joven y así pudo pasársela a un policía, que se había tirado al agua, para que pudiera llevarla a la orilla.
Respecto a la madre, quien trabaja de policía, Miguel afirmó que “ya estaba ahogada, inconsciente cuando yo llegué donde ella. Por suerte la pude agarrar porque nos llevaba la corriente”. Apenas llegaron a la orilla, les policías presentes en el lugar le practicaron RCP a la mujer y pudieron salvarla.
Al salir de la creciente, las personas fueron atendidas por personal de policía, bomberes voluntaries y Defensa Civil. Al rato llegaron les médicos y tanto la madre como la hija fueron trasladadas al Hospital Regional Domingo Funes. Según informaron fuentes policiales, ambas están fuera de peligro.
«Fue una fea escena, pero con un final feliz” nos dijo Miguel quien afirmó que “hubo un milagro” y reafirmó que “sin lugar a dudas lo volvería a hacer, me volvería a tirar. Dios tiene propósitos para cada uno, estoy seguro de eso y el mío fue rescatar a estas dos personas”.
Actuar sin miedo
Miguel Trapeyas tiene 52 años, es oriundo de San Fernando y vive en la localidad de El Talar, en el partido de Tigre. Trabajó más de quince años en Volkswagen, pero hace cuatro años que trabaja por su cuenta. Ahora realiza tareas de impermeabilizaciones, electricidad industrial y domiciliaria. Vivió en su infancia en Córdoba, donde vuelve de vacaciones durante el año. Al momento del hecho que ocurrió el viernes pasado, se encontraba con su mujer y amigues.
Miguel se reconoce como alguien que conoce muy bien los ríos de Cosquín y de lugares cercanos. Va a entrenar y a pasear a esos lugares. Vivía de chico con sus abueles y tiene una casa en Santa María de Punilla. El viernes pasado, sin pensarlo, se convirtió en héroe al salvarle la vida a dos mujeres que estaban atrapadas por la creciente del río Cosquín en el vado de Villalba.