Sejmet tiene un origen tanto intenso como brutal, estas características son las que Constanza Oroza buscó expresar en su obra. La autora, procedente de Rio Negro descubrió a la Diosa de “La Gran Diosa Madre” en una visita al Museo Británico, y esto la llevó a contar su historia.
En 2019 surge “Sejmet” como parte de la Colección Génesis de Barro Editora que buscaba dar a conocer talentos emergentes. La autora logra plasmar en solo 44 páginas el nacimiento de Egipto, y la turbulenta historia de la primera hija del Dios Ra.
Representada con cuerpo humano, y cabeza de leona, aunque con melena, Sejmet es una deidad que llegó a ser venerada y temida por igual. Ha recibido muchos apodos “La Más Poderosa”, “La Terrible”, “La Invencible”, lo que habla de su temperamento.
La historia de Sejmet
Como buen génesis, Sejmet comienza con la creación del mundo desde la vista de la mitología egipcia. Ra, el dios primigenio llegará de la nada, y creará a sus hijos para que lo ayuden a reinar sobre el mundo que realizó según su voluntad.
Su primogénita es Sejmet, descripta como “la hija de la expansión”, a su vez, creó a Bastet “la hija de la armonía”. Las descendientes de Ra, llevarán los pechos al descubierto, en señal de poder, y Sejmet tiene como objetivo original ayudar a extender el territorio de Egipto hasta donde puedan.
Sejmet es creada para la batalla, y es todo lo que entiende y conoce, cuando Ra queda satisfecho con la expansión de Egipto prohíbe a su hija seguir bajando al mundo humano a batallar.
En el momento en que Ra se siente debilitado, investiga qué sucede en su reino, y descubre que un grupo lo ha traicionado. Hay un culto a una deidad inventada, lo que despierta la furia del creador. El patriarca del panteón llama a Sejmet, la transforma en una leona y le ordena bajar al plano humano y no dejar con vida a ningún infiel.
Al descender al pueblo Sejmet pierde el control y está a punto de matar a todos los humanos en un frenesí de sed de Sangre. Solo cuando los dioses envían vasijas con cerveza teñida de rojo para calmar la sed de su hija y poder traerla de nuevo al éter.
El castigo de Sejmet será volver a tener cuerpo humano, pero conservar la cabeza de leona tal como se la representa.
El significado detrás de la mitología
Si bien una lectura al desnudo puede llegar a mostrar una historia con algunos espacios en blanco, se narra la totalidad del reinado de Ra. Sin embargo, la autora ha elegido momentos claves para narrar la esencia del personaje.
Sejmet es creada en un sistema patriarcal que le otorga un rol específico. En el momento en que pierde su utilidad, despoja a su hija de todo propósito. La represión ejercida sobre la diosa hace que pierda el control de sí misma en cuanto le encomiendan una tarea para la que no fue creada.
La sed de sangre de Sejmet no refleja locura, es consecuencia de las acciones deliberadas de su padre. Una vez que Sejmet recapacita sobre esto, evoluciona a un plano más alto. Inclusive a ojos de los humanos, ella termina por ser adorada más que su padre, y al mismo tiempo temida.
La diferencia entre Ra y Sejmet es que solo ella tuvo contacto real con los humanos. Su sed de sangre se volvió temida, pero su asistencia en batallas fue necesaria para que el pueblo disfrutara de la victoria.
Una de las características más interesantes, es que la diosa se representa con los pechos al descubierto, en señal de poder. Constanza Oroza utiliza esto en su obra, tanto para Sejmet como para Bastet. La única problemática de esto es que requiere que el lector aborde la obra con algo de bagaje de conocimiento sobre esta cultura.
Oroza logra mediante sus trazos, comunicar los sentimientos de los personajes, inclusive cuando Sejmet tiene forma de leona. Su paleta de colores, plagada de amarillos, marrones y rojo, se irá oscureciendo mediante la narrativa avance. Estas herramientas refuerzan el relato y permiten que el lector experimente lo que la protagonista vive.
Una crítica social atemporal
Con esta obra, Oroza critica la opresión de la mujer en la sociedad patriarcal, y evidencia la necesidad de surgir y luchar. El poder de la mujer, es exactamente el mismo que el del hombre, siempre y cuando se midan de igual a igual.
Ra creó el mundo, a los humanos, y a su panteón, pero solo se sentó a ver cómo lo adoraban. Sejmet convivió con los humanos, los ayudó y castigó, pero no por voluntad propia. Cuando ella finalmente tomó el control de su destino, es cuando el mundo dejó de lado a Ra para adorarla a ella.