El 5 de octubre de 2021, Vanesa Salmén, neuquina y Licenciada en Letras, decidió replicar la idea de Nacho Damiano llamada “Pila de Libros”. La idea consiste en generar un “Tinder de libros” y poder intercambiar lecturas. La iniciativa permite que los libros circulen, evitar el consumo innecesario y que las bibliotecas personales se muevan.
Vanesa había querido intercambiar libros a partir de la aplicación creada por Pila de Libros, pero como vio que no era posible, decidió arrancar por su cuenta en Instagram: @quecirculenlibrosnqn. “Era tomar partida y hacer una réplica de la idea. Pero particularizándolo y de una forma mucho más amateur. Directamente me escribían a mí las personas que se iban sumando”.
En principio, Vanesa publicó sus libros y las personas le ofrecían otros. “Fue así durante un gran tiempo. En enero de este año se sumó muchísima gente a partir de la nota que me hicieron para el diario La Mañana de Neuquén”. Y agregó: “ahora estoy logrando ser la mediadora de intercambios de otras personas”.
“Yo subo las fotos de libros de cualquier persona, los comparto y se comunican entre les diferentes lectores”, explicó la entrevistada.
Una propuesta con muchas aristas
Entre algunas de las consignas para esta idea se incluye reciclar, circular, y soltar. “Por un lado pienso en lo económico. En lo que genera para una persona jubilada, estudiante o laburante decir: “que ganas tengo de leer a Leila Guerreiro”. Y no poder hacerlo por el valor que tiene un libro hoy en día, que ronda entre los $1000 y los $2000”.
“También estamos ayudando a la conciencia ambiental. Para qué generar tanto cuándo podemos recapitalizar lo que tenemos por ahí, sin tanto uso”, aseguró Vanesa.
En cuanto a la difusión de este proyecto, la entrevistada contó que después de que salió la nota en el diario, hubo una explosión de usuaries. “En dos días se concretaron por lo menos seis intercambios. Todo el tiempo me están mandando fotos y contándome sobre los encuentros”, contó entusiasmada.
Y agregó: “Si me preguntas a mí, en la primera etapa, quizás debo haber intercambiado unos veinte libros. Que para una sola persona es un montón.
No hay límites de gustos y géneros en esta revolución literaria. Cuántos más usuaries y lectores del sitio haya, van a ser más las posibilidades: ficción, investigación, textos de estudio, filosofía, autoayuda, literatura. De todo. “Cualquier género, puede interesarle a cualquier persona más allá que diga que no. Verlo publicado te da otra inquietud, otra curiosidad y me parece que te va llevando por distintos recorridos”, aseguró la coordinadora de este proyecto.
Y continuó: “Vos no tenías en mira leer a Claudia Piñeiro, pero ves la foto y sabes que está disponible. Le escribís a la dueña del libro y te encontraste de pronto leyendo algo que no pensabas. Me parece muy interesante”.
Primeros pasos
Sobre los inicios de esta idea, Vanesa contó que “los primeros intercambios fueron muy encorsetados”. Ella dejó una lista de sus intereses en historias destacadas. Buscaba a Fabián Casas, a Mariana Enríquez. Las personas que seguían la cuenta en la primera época, fueron muy fieles a eso que ella quería.
“Pero de a poco se fue flexibilizando: mirá no tengo ese, pero tengo este otro. Y empezó el gustito este desenfrenado. Porque al que le gusta leer, lee un poco de todo”, relató.
Y sí, Vanesa se encontró de pronto leyendo a Alessandro Baricco, algo que nunca se hubiese imaginado. “El catálogo inmenso de autores y autoras, a una siempre la seduce. Creo que eso mismo les puede pasar a muchas personas”, contó.
Un camino cerca de los libros
Vanesa es profesora, Licenciada en Letras y especialista en Escritura y Literatura. “En estos días repasando un poco mi historia, me di cuenta que siempre tengo esa curiosidad por saber que anda leyendo el resto de la gente. En cada charla trivial, en el asado, en el súper, con sus vecines. Siempre les pregunta qué leen o si no lo hacen.
Haciendo referencia a su trabajo, también contó: “Siempre fui de llevarles libros a mis estudiantes del colegio, prestarles. Así es que a muchos no los recuperé. Pero siempre fui de soltar, que circulen, que no estén estancos”.
“Creo que no sirve una biblioteca pulcra y perfecta. Más vale una biblioteca que sea flexible, que se pueda desarmar y volver a armar”, aseguró la neuquina.
Es toda una revolución lo que se está generando con esta propuesta. “Cuando te encontrás en una esquina, en una plaza con alguien y notas la ansiedad, la felicidad que tiene”, aseguró.
“Nuevas usuarias que se están sumando. Empiezo a pensar: “wow, ¿para dónde voy, qué vamos a hacer?”, se preguntó entusiasmada.
Por último, la entrevistada comentó que tiene algunas ideas todavía crecientes en el horno, que tienen que madurar. Lo primero que se le ocurre es concretar encuentros masivos. Invitar a les usuaries a que puedan hacer un cara a cara un día específico en algún horario. O por qué no, sentarte a charlar y compartir lecturas y nada más.