Luciano Arruga tenía 16 años y vivía en el barrio 12 de octubre, Lomas del Mirador (La Matanza), cuando la policía lo torturó, asesinó y lo dio por “desaparecido”. Para recordarlo, sus familiares y amigues realizaron varias actividades, denunciaron la impunidad y exigieron verdad y justicia. Al día de hoy, hay un solo policía detenido y la causa sigue en estado de instrucción.
En comunicación con Nota al Pie, Natacha Bianchi, del círculo familiares y amigues de Luciano Arruga, explicó: “La actividad del 30 de enero la organizamos con muy poco tiempo de anticipación, a diferencia de otros años. Todos pudieron convocarse en Avenida General Paz y Mosconi, que fue el lugar donde ocurrió el accidente que se llevó la vida de Luciano, cuando venía escapando de la policía bonaerense”.
Desde ese lugar, se marchó hacia la Plaza Luciano Arruga en el barrio 12 de octubre, donde el joven solía pasar el rato con sus amigues. Además, Luciano vivía en este mismo barrio junto a su familia, quienes aún habitan el lugar. Más de 20 organizaciones sociales asistieron a la movilización, entre 3.000 y 4.000 personas.
Corrupción e impunidad en el caso de Luciano Arruga
Natacha destacó que “son varias las problemáticas sociales que hay detrás de la desaparición y el asesinato de Luciano. En principio, lo que hizo que Luciano tenga ese final fue que era un chico pobre de una villa, y esto sucede con pibes y pibas que lamentablemente pertenecen a la clase social más baja. Lo cual no sucede con otras clases sociales”.
A su vez, aseguró que “existen otros factores que tienen que ver con lo habitacional, la calidad de vida, la falta de oportunidad, de escolaridad, culturales, deportivas. Al haber una falta de contención, los pibes terminan en las esquinas relacionándose con adicciones”.
“En el caso de Luciano, le ofrecieron robar para la policía como mano de obra del delito. Tiene que ver con que las fuerzas de seguridad terminan administrando el delito, y no previniéndolo”, denunció Bianchi. Y al respecto, reflexionó: “Esto pasó porque Luciano se negó a robar para la policía bonaerense, pero si él lo hubiera hecho, esto hubiera terminado de la misma manera. Estaríamos en el mismo lugar de exigencia de justicia y de lucha”.
“Justamente, en lo legal y administrativo, la policía no está para matar a personas; en todo caso, aprehenderlas y llevarlas a la justicia. De ninguna manera la primera opción puede ser sacar el arma y matarlos”, aseveró Natacha Bianchi.
El cierre del destacamento policial
“Uno de los logros que tuvimos con familiares y amigues de Luciano Arruga fue cerrar un destacamento policial, donde estuvo detenido ilegalmente Luciano previo a la desaparición. Hoy en día, es el Espacio para la Memoria Luciano Arruga. Allí hacemos talleres de diferentes temáticas: radio, música guitarra, un espacio lúdico para niñes”, explicó la entrevistada.
El objetivo del Espacio es “activar todos los talleres posibles para brindarles contención y que puedan formarse en diferentes ámbitos, dejando atrás la falta de recursos”.
El destacamento se logró cerrar gracias a la lucha, marchas, denuncias y de un acampe que duró más de dos meses en el lugar. Esto porque todavía no había sido peritado por el equipo de antropología forense. La familia exigía que se hicieran los peritajes que podían dar algún indicio de cuando Luciano todavía estaba desaparecido. Afortunadamente, se lograron también los peritajes.
En cuanto a los resultados, mencionó que “se logró enjuiciar y condenar al policía Julio Diego Torales, que era quien estaba a cargo del destacamento cuando sucedió esa detención ilegal a Luciano. Hoy en día, está cumpliendo la condena de diez años de detención”.
El rol del Estado
“El Estado debería garantizar los derechos básicos a les jóvenes. Que puedan recrearse y desarrollar intereses, inquietudes, tener oportunidades, y que no los arrojen a la calle y a que estén vulnerados”, remarcó Bianchi. Y agregó: “Sin embargo, gran parte de la sociedad cree que la inseguridad se termina con más policía en la calle. Cuando vemos que piden más patrulleros, creemos que eso no es garantía de que se termine la inseguridad, sino más bien de que se siga proyectando”.
Por otra parte, explicó que “cada 17 horas se asesina a un pibe en manos de las fuerzas policiales de nuestro país, por lo que es una problemática que sigue existiendo y está más vigente que nunca. Hay muchos casos de desaparición forzada y gatillo fácil en todo el país. Lo único que hace es debilitar la democracia que tenemos”.Respecto al estado actual de la causa, Natacha afirmó que, si bien la causa de Luciano está en el Juzgado Federal de Morón caratulada como “desaparición forzada persona” y se sigue investigando, nunca termina de avanzar del todo. Por el momento, no hay muchos avances a 13 años de su desaparición y muerte.