El 30 de diciembre, en medio del cierre del año, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación aprobó la exploración sísmica en busca de petróleo y gas en el mar argentino. Esta vez, se trata de una iniciativa del gobierno nacional y no de un privado, aunque la empresa que estará a cargo es Equinor, de origen noruego.
El Ministro Juan Cabandié firmó la Resolución 436/2021 para explorar las áreas CAN (Costa Argentina Norte) 108, CAN 100 y CAN 114. En esta primera etapa, se realizarán tareas sísmicas para determinar si existe la posibilidad de extraer hidrocarburos frente a la costa de Mar del Plata.
Los sectores ambientalistas, que protagonizaron una fuerte lucha en el #chubutazo para frenar la megaminería, ahora van por el #atlanticazo. Con manifestaciones en distintos puntos del país, y principalmente en la costa bonaerense, les ambientalistas salieron a las calles a exigir que esta exploración marítima no se realice.
Por otro lado, desde sectores ligados a la industria petrolera, funcionarios nacionales y economistas apuestan a esta nueva fuente de hidrocarburos.
Impactos negativos de la actividad sísmica en el mar
Las organizaciones argentinas del Foro para la Conservación del Mar Patagónico y Áreas de Influencia manifestaron su rechazo a la Resolución 436/2021 mediante un comunicado. Aclararon que durante la Audiencia Pública N°1/21, realizada el pasado mes de julio, más del 90% de las voces que se presentaron en los tres días de audiencia se manifestaron en contra del proyecto. Así, científiques, investigadores, técnicos de diversas instituciones, organizaciones no gubernamentales y representantes del sector pesquero señalaron los impactos negativos que la actividad puede generar sobre la vida marina, sobre otras actividades socioeconómicas como el turismo y la pesca, no solo en Argentina sino a nivel regional.
Según explicaron, los bloques con permiso para exploración se localizan en el talud, un área clave para la estructura ecológica y funcional del mar argentino y de la región. Posee gran influencia de la corriente de Malvinas y es donde se genera el mayor y más productivo frente marino a nivel regional.
“La prospección sísmica genera intensas explosiones acústicas bajo el agua que pueden ser registradas a miles de kilómetros de distancia”, especificaron. Por eso, la introducción de ruido en el mar puede afectar las funciones biológicas esenciales de mamíferos marinos, tortugas, peces y aves. Agregaron, también, que los efectos potenciales sobre la fauna marina son diversos. “Incluyen desde lesiones graves hasta la muerte, efectos físicos y/o fisiológicos, deterioro de la audición, enmascaramiento, y cambios del comportamiento”, indicaron.
Sumado a este impacto, la posterior explotación de recursos hidrocarburíferos se asocia a amenazas potenciales para la vida marina y sus hábitats. Entre estos riesgos, se encuentran “los derrames de petróleo y las emisiones de gases por la quema de combustibles fósiles que empeoran los efectos del cambio climático”.
Interferencias en la fauna marina
El Instituto de Conservación de Ballenas lleva más de 50 años estudiando ballenas francas australes en el Mar Argentino y el Atlántico Sudoccidental. Al expresar su rechazo frente a la explotación petrolera en el mar, explicaron sus argumentos científicos. “Las áreas donde se realizan las prospecciones sísmicas se superponen con un área muy relevante para las ballenas francas durante su época de alimentación en primavera”, comenzaron aclarando. Asimismo, se solapan con hábitats que albergan una gran biodiversidad y son escenario de importantes procesos ecológicos. Entre ellos, el desove de especies de importancia ecológica y comercial, la migración del calamar, y la alimentación de aves, tortugas y mamíferos marinos, como la ballena franca austral.
Consideran, además, que esta decisión se contradice con que esas mismas áreas fueron identificadas como potenciales Áreas Marinas Protegidas por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación.
“Los cetáceos dependen de la producción y percepción del sonido para la mayoría de sus funciones vitales. El sonido emitido por los cañones en las prospecciones sísmicas puede alcanzar una distancia de 4000 km. Este ruido de alta intensidad puede afectar sus funciones biológicas esenciales y generar daños fisiológicos y físicos que los pueden llevar a la muerte”, resaltaron con preocupación.
Indicaron que existe evidencia científica de los efectos negativos que ocasionan estas actividades sobre la fauna marina, desde cambios en el comportamiento hasta la interferencia en funciones vitales, pudiendo incluso producir la muerte.
En contra del compromiso ambiental
Desde la Fundación Ambiente y Recursos Naturales, en la Argentina, la extracción offshore no puede contradecir la normativa ambiental del país. Entre ellas, la Ley General del Ambiente, la Ley de Acceso a la Información Pública Ambiental (Ley 25.381). También las disposiciones establecidas en el Acuerdo de Escazú (Ley 27.566), que garantiza la participación ciudadana en asuntos ambientales. Además, señalan que, en el proceso de consulta vinculado a este proyecto, muchas de estas cuestiones fueron ignoradas.
Por otro lado, informaron que la Agencia Internacional de la Energía estableció que a partir de 2021 no se deben aprobar nuevos proyectos de extracción de gas, petróleo o carbón para no superar el aumento de 1,5 ºC. “Sin embargo, esta medida va más en línea con las recomendaciones realizadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) a nuestro país de fomentar el crecimiento a través de la exportación de fósiles”, reclamaron mediante un comunicado.
Agregaron, además, que el avance de esta actividad costas afuera se aleja de la línea planteada por el presidente de la Nación, Alberto Fernández. En la Cumbre Climática convocada por su par de Estados Unidos en el Día de la Tierra, se planteó la posibilidad de implementar un canje de deuda por acción climática.
Consideran que la aprobación de esta actividad también pondrá en riesgo otras actividades económicas que se realizan en la región. Tanto la pesca y el turismo en diversas ciudades de la costa atlántica, “de aquí en más tendrán que convivir con un elevadísimo riesgo ambiental sobre sus costas”.
Por último, señalaron que, durante 2020, el puerto de Mar del Plata capturó el 49% de las especies consumidas a nivel nacional. Esto indica que este es el puerto de mayor importancia para el país en materia pesquera. Y, al menos, el 8% del empleo de esta ciudad depende de la pesca.
Las energías renovables no alcanzan
Así lo considera el Instituto Argentino del Petróleo y del Gas, quien a través de sus redes realizó varias aclaraciones.
“La Argentina busca hidrocarburos en su mar desde hace más de 90 años. Desde entonces, se han perforado 187 pozos en el lecho marino y se han producido algunos hallazgos de interés, sin incidentes ambientales significativos”, comenzó señalando. Agregaron que el 17% del gas que se produce en el país proviene de 36 pozos operativos en el mar. Además, de los pozos que se han perforado en la costa bonaerense desde 1960, resaltan que no hubo un desastre ecológico.
En relación al sector pesquero, que se opone, aclararon que países que son potencias pesqueras, como Noruega, tienen desarrollos intensivos de gas y petróleo en el mar.
Ante el deseo creciente de la sociedad de comenzar a utilizar energías renovables, consideran que en el corto plazo no pueden ser reemplazadas. Según indican, hoy no existe casi ningún país cuya matriz energética no tenga un mínimo de 70% de combustibles fósiles. “La creencia de que las llamadas “energías limpias” son la solución al problema es un mito, divulgado en forma irresponsable. Estas fuentes son valiosos complementos, pero con serias limitantes técnicas e impactos ambientales de los que no se habla”, sostienen.
También explicaron que para la fabricación de paneles solares y aerogeneradores se requiere de actividades extractivistas, como la minería. Además, el uso de esta energía implicaría la electrificación de todos los servicios, como el transporte, la calefacción, incluso la cocina, lo que demandaría un alto costo económico. ¿Tiene sentido en Argentina, que emite apenas el 0?6% de los gases de efecto invernadero y más de la mitad de su población hoy se encuentra bajo la línea de pobreza?, se preguntaron.
Falta de información
Para Ignacio Sabbatella, Doctor en Ciencias Sociales, investigador del CONICET y especialista en energía, lo que sucede con este tema es que hay una falta de información de parte del gobierno. Así lo expresó a El grito del sur, al decir que “hay mucha desinformación tanto del Gobierno como de las empresas y de algunas organizaciones ambientalistas que están generando un miedo desproporcionado”.
Además, aclaró que la actividad offshore se desarrolla en todo el mundo y en Argentina se realiza frente a las costas de Tierra del Fuego. “Tiene sus riesgos y eso se tiene que comunicar adecuadamente, pero no estamos hablando de una catástrofe inminente ni nada por el estilo”, señaló.
En relación a los impactos negativos, comentó que “la probabilidad de accidentes existe y está claro, pero como existe en cualquier tipo de industria”. Agregó que la actividad petrolera en tierra (onshore) tiene numerosos accidentes a lo largo del año. “Hace poco hubo uno en la zona de Vaca Muerta, que debe ser remediado y se deben pagar las multas. Pero esto es parte de la actividad y la empresa Equinor tiene una gran reputación a nivel mundial”, indicó.
Aumentar la producción local de energía
Francisco Barberis Bosch es economista, docente e investigador de la Universidad Nacional de Mar del Plata. En comunicación con Urbana 93.3, aseguró que no se realizaron explosiones, sino que se utilizaron ondas de sonido a 200 decibeles, de manera progresiva para no afectar a la fauna marina. Aclaró que en nuestro país ya se realizaron 180 exploraciones y “no fue nada apocalíptico”. Si se llegan a encontrar resultados positivos, “permitiría aumentar mucho la producción de energía, de petróleo y gas”.
Respecto al gas, resaltó que ya hay explotación marina en las costas de Tierra del Fuego de forma offshore desde hace más de 30 años. “No ha habido inconvenientes y de allí viene el 15-20% del gas que utilizamos”, acotó.
Barberis Bosch considera que esto podría solucionar el déficit energético de Argentina, “ya que, de hecho, estamos volviendo con los cortes de luz”. Agregó que este es un país importador de energía, en vez de exportador. El gas que se compra a Bolivia implica la salida de dólares por algo que podría producirse localmente. “La falta de dólares hace que tengamos una tendencia a la inflación, recesión y aumento de pobreza”, resaltó.
Para él, no hay ninguna actividad humana que no tenga impacto ambiental. Señaló que incluso la transición energética, que ya se está haciendo y que lleva mucho tiempo, también requiere de un impacto ambiental. Por ejemplo, necesita de litio, un producto de la minería y lo que sucede es que quienes se oponen al petróleo también se oponen a la minería.
“En Europa se acaba de declarar al gas como energía verde hasta 2045, y es un hidrocarburo que emite muchos menos dióxido de carbono que el petróleo y mucho menos todavía que el carbón mineral”. Es por esto por lo que considera que el gas va a jugar un papel importante en la transición energética.