Este viernes, en el Congreso de la Nación, la oposición negó la aprobación del presupuesto 2022 presentado por el Gobierno Nacional. Esto sucedió luego de una extensa sesión donde el oficialismo no logró conseguir los votos necesarios para hacer frente a les 132 diputades que rechazaron la propuesta.
Para Ernesto Mattos, economista e integrante del Departamento de Economía Política del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, la decisión de la oposición representa “una bofetada al pueblo argentino”. Según Mattos, “no es el fin del mundo” porque se puede gobernar sin esa herramienta. Sin embargo, la negativa opositora busca “restarle institucionalidad al gobierno en un contexto sumamente difícil”.
Por medio de su cuenta de Twitter, el Ministro de Economía Martin Guzman adelantó que “el presidente hará uso de la Ley 24.156 para prorrogar el presupuesto vigente y administrar los recursos de modo que el 2022 sea otro año de recuperación, con más capital público, educación, salud y conocimiento”.
El impacto en las negociaciones con el FMI
Mattos afirmó, en diálogo con Nota al Pie, que parte del rechazo de Juntos por el Cambio al presupuesto del 2022 se explica en que “la posición no quiere que se discuta el acuerdo vigente con el Fondo Monetario Internacional firmado durante su gobierno”. Para el año entrante, ese el cronograma de pagos establece una suma de US$ 19.100 millones a pagar al organismo financiero.
El economista, a su vez, sostuvo que la discusión presupuestaria establece un plan de gobierno para el 2022. Por lo que, en ese sentido, adquiere especial relevancia en unas negociaciones donde se discuten los plazos e incluso las sobretasas con el FMI. “No tener el acompañamiento de un sector que fue responsable de la deuda contraída es una señal de que buscan poner palos en la rueda sin importarle el país ni su pueblo” indicó.
Martin Guzman, en declaraciones en sus redes sociales, afirmó que la no aprobación del presupuesto significa rechazar la programación macroeconómica que viene siendo la base de las negociaciones con el FMI para refinanciar la deuda absurda y dañina de USD 44.000 millones que tomó el mismo espacio político que hoy ‘volteó’ el presupuesto”.
El organismo internacional había pedido al gobierno argentino un amplio consenso del programa macroeconómico. Por lo tanto, la jugada política de la oposición legitima la posición del FMI de cara a las negociaciones. Según Mattos, si no se discute el acuerdo vigente firmado por JxC, este implica para el 2022 “recortes en jubilaciones, obra pública, transferencia a las provincias, AUH, progresar, etc”.
Las herramientas del Gobierno
El economista explicó que “es necesario que el presupuesto contenga el respaldo de los representantes del pueblo”. Pero que, sin embargo, “todos los gobiernos tienen discrecionalidad para asignar recursos”. En este sentido, en línea con quienes sostienen que el rechazo es un problema político más que administrativo, Mattos agregó que “están todos los mecanismos dados para que esto se resuelva para que se pueda gobernar”.
“Todos los gobiernos pueden reasignar partidas. O en algún momento, por alguna emergencia como pasó en el 2020, pueden cambiar parte del presupuesto”, dijo el integrante del Departamento de Economía política del CCC Floreal Glorini. En consecuencia desarrolló que “en sí es más lo que representa a nivel simbólico que a fines prácticos, donde está todo instrumentado”.
Para finalizar, Ernesto Mattos explicó que “lo que uno hubiera deseado, teniendo en cuenta que la discusión de fondo es la negociación con el FMI, es tener mejores señales, positivas hacia afuera. En un contexto donde el gobierno nacional está haciendo todo lo posible para resolver el problema que dejó el macrismo”.