El Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, Juan Cabandié, presentó una denuncia penal por infringirse “la ley nacional de Protección Animal que establece que los ciudadanos deben proteger no solo a la fauna sino a sus crías”.
En relación a los hechos, el pasado domingo 5 de diciembre sin ningún tipo de autorización, un hombre ingresó a la Reserva Provincial de Punta Tombo, en la provincia de Chubut, y con una topadora arrasó 140 nidos de pingüinos. Junto con esto, casi un centenar de ejemplares murieron electrocutados al intentar cruzar una cerca electrificada.
En este sentido, Juan Cabandié notificó que su equipo a cargo presentará una denuncia penal para indagar lo sucedido en Punta Tombo. También aseguró: “Estamos comprometidos con el bienestar animal y es por eso que vamos a buscar todas las herramientas normativas y de gestión para que estos hechos de maltrato se castiguen y no se vuelvan a repetir”.
La Brigada de Control Ambiental de @AmbienteNacion logró entrar al campo donde se produjo la matanza de pingüinos. Constatamos que se actuó con total impunidad, sin importar la vida de los pingüinos ni la flora autóctona.
— Juan Cabandié (@juancabandie) December 2, 2021
No vamos a permitir que no se castigue a los responsables. pic.twitter.com/iGG1Zs3odq
En la Argentina residen cuatro tipos de pingüinos, pero la especie de Magallanes, también conocidos como patagónicos, es en la se hace mayor hincapié, ya que el país cuenta con un total del 80% de esta especie. Alejado de Puerto Madryn, Chubut, se encuentra Punta Tombo con sus costas desérticas. Allí, estos pingüinos eligen cada año tener crías donde viven en parejas de más de 17 años.
En la Reserva Provincial de Punta Tombo existe una de las más grandes colonias de esta especie, pero su población ha descendido en el último tiempo. En este sentido, la bióloga e investigadora Annick Morgenthaler, de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral, aclaró que allí mismo, estos animales están siendo sujetos a un decrecimiento poblacional por factores oceanográficos. Los motivos que pueden alterar el éxito reproductivo son fundamentalmente la no posibilidad de obtener alimento de mar, la depredación y las condiciones climáticas.
Resultado de lo sucedido
La bióloga Annick Morgenthaler relató a Télam que “se destruyó parte del hábitat reproductivo de los pingüinos, incluyendo a sus cuevas y territorios y las matas que le proveen de resguardo y sombra; sin permiso y sin estudio de impacto ambiental” por el desastre que dejaron las máquinas.
La cartera de Turismo provincial informó que el camino creado de forma no autorizada llega a la costa; y, “en este caso el dueño del campo, es el más afectado. No se sabe cuál era el propósito del muchacho que ingresó”.
Agregaron también que este hombre, ya identificado, tendría unos 30 o 35 años y parece ser familiar del dueño de la reserva.
Este martes 7 de diciembre por la mañana, la policía se acercó a Punta Tombo y realizó allanamientos en la zona y alrededores.
Tales desmanes fueron encontrados a fines de noviembre por guardafaunas de la reserva que ejercían una supervisión ocular. La máquina de gran porte, ocasionó también roturas en alambrados. Por este motivo no se puede descartar que no haya más pingüinos muertos, ya que esta colonia se esparce sobre una cavidad de varios kilómetros.
La fiscal de la causa, Florencia Gómez, estableció medidas en la causa abierta, que en un primer momento llevó la carátula de “maltrato animal”. No se suprime que en el expediente del acusado se incorporen otras acusaciones una vez que se acabe de sustituir el lugar y se ejecutan pericias.
Gómez aseguró a la prensa que los daños ocasionados son “irremediables”; y manifestó: “A raíz de esta investigación se irá examinando si se le agrega otro delito. Elaboramos una investigación preliminar para entender la magnitud del impacto”.
Proceso de apareamiento, incubación y nacimiento
Después de dos años de escasas visitas por el desenlace de la pandemia, la reserva natural de Punta Tombo, ubicada cerca de Rawson, capital de Chubut, abrió al público en septiembre, a raíz de la llegada de las mangas de pingüinos de Magallanes de la temporada.
Llegaban por manadas los pingüinos a dicha reserva, situándose para comenzar el desarrollo, apareamiento, incubación y enseñanza a las nuevas generaciones.
Los que se arriman al área primero son los machos, siendo quienes rearman los nidos para que luego lleguen las hembras y semanas después comiencen a poner los huevos. Después de 40 días comparten la incubación hembra y macho, para vigilar el nacimiento de los pichones.
Ambos para preservar el nido, les proveen el alimento a las crías brindándoles anchoas y calamares que consiguen en el mar cerca de la costa. Estos pichones salen del cascarón con un pelaje gris oscuro, tal que en febrero cambian su plumaje a uno juvenil, que les proporciona el poder cumplir con sus primeras incursiones para adquirir sus alimentos esperando obtener su plumaje adulto.