Australia decidió sumarse al boicot diplomático a los Juegos Olímpicos 2022 de invierno de Beijing, organizado por los Estados Unidos. Ambos países permitirán competir a sus atletas, pero no enviarán a representantes diplomáticos a China.
El boicot surge como reacción a la grave violación a los Derechos Humanos cometida en Xinjiang, al noroeste de China. Denuncian que en esa región más de un millón de musulmanes uigures se encuentran encerrades en centros de reeducación y sometides a torturas.
Esta medida de fuerza se da en el marco de una relación de disputa política entre Australia y el gigante asiático. China declara que la pérdida de las relaciones comerciales y diplomáticas se debe a la discriminación ideológica que ejerce el gobierno australiano.
Siguiendo la línea de Estados Unidos
El enfrentamiento geopolítico, comercial y tecnológico entre los Estados Unidos y China es histórico; e incluso continúa hasta la actualidad. Ahora, a este enfrentamiento se le agrega la decisión de EEUU de no enviar diplomáticos como forma de denuncia de la represión a les uigures.
Como respuesta, el gobierno chino amenazó al país occidental de tomar contramedidas. Al conocer la decisión de Australia, China declaró que ‘’a nadie le importa saber si vienen o no. Sus maniobras políticas y sus pequeños trucos no cambiarán nada el éxito de los Juegos Olímpicos. Muestran ante los ojos de todos que el Gobierno australiano sigue ciegamente la línea de un país (refiriéndose a EEUU)’’.
Es que Australia pretende mantener una línea de afinidad con las decisiones tomadas en Washington como parte de una relación estratégica. Recientemente, el gobierno australiano firmó una alianza militar con EEUU y el Reino Unido para abastecerse de submarinos de propulsión nuclear.
La relación entre China y Australia
Esta no es la primera vez que estos países se muestran en desacuerdo. En mayo de este año, China rompió el mecanismo de Diálogo Económico con Australia, un programa para potenciar las relaciones económicas, en respuesta a lo que llamaron discriminación ideológica.
En ese entonces, desde Canberra se sumaron al pedido internacional por una investigación independiente sobre el origen de la pandemia por el Covid-19, a pesar de mantener una buen diálogo comercial con Pekín.
Además, decidieron vetar a la empresa china Huawei de los contratos para desplegar la red tecnológica 5G. Estas decisiones molestaron al gobierno chino, a lo que respondieron con sanciones y aumento de aranceles a la importación de bienes australianos. Las relaciones entre ambos países se encuentran en el peor momento de los últimos años.