María Paz Domínguez unió su pasión por la moda con la idea de generar conciencia sobre los productos que se consumen cotidianamente y así nació su emprendimiento: una tienda de moda sustentable. “Cuando empecé mi idea no era solo vender un producto sino también tratar de educar sobre esto porque no se habla mucho del daño que las industrias textiles producen en el ambiente”, comentó para Nota al Pie.
La diseñadora, quien está a punto de cumplir 26 años, asegura que desde siempre le dio mucha importancia a las formas de vestir. Vive en Corrientes capital y su emprendimiento ya revolucionó las redes sociales. Además, sueña con expandir su marca más allá de las fronteras de la provincia.
“Si me pongo de pensar, desde chiquita me interesó la moda. No sé si tanto eso de hacer ropa a las muñecas, pero sí me importaba qué me ponía yo. Y no desde la soberbia, sino porque me ponía cosas que expresen algo, y creo que de ahí nace”, dijo.
Crear una marca con conciencia
María Paz: Vestir consientes es la marca que la diseñadora creó en octubre del 2020. Asegura que su emprendimiento es único “porque no tuve referencia en nada. Un día se me ocurrió, lo armé como pude y empecé. La diferencia es que los materiales que utilizo son totalmente diferentes a las producciones convencionales”.
La materia prima con la que Domínguez trabaja en su taller son el resultado de donaciones, retazos de tela o ropas en desuso. De esta forma le da una segunda oportunidad a las prendas que pueden ser reutilizables. Además, se asegura plasmar sus ideas y sus diseños para dejar su impronta en cada puntada.
Su lanzamiento se vio impulsado por el pedido de una de sus amigas “que es influencer muy conocida y me pidió que le vista para un evento. Eso fue lo que me llevó a apurarme a hacer la cuenta en Instagram así empecé”, relató al medio.
Si bien el nacimiento del emprendimiento se produjo durante la cuarentena, “ya venía con la idea de dedicarme a la moda y crear una marca”, dijo. Entonces, juntó la idea de productos sustentables con la moda y así se convirtió en una de las pocas diseñadoras con esta impronta.
“Las primeras prendas que hice con todo este concepto fueron antes del lanzamiento de la marca. Pero son los arreglos que más me gustaron. Si bien son modelos únicos, quedé el diseño y son los que más salen”, dijo la diseñadora.
Además, dijo no reconocer “otra marca que haga esto como un trabajo, entonces ideé un sistema para no quedarme sin textiles y seguir trabajando”. Actualmente Domínguez recibe donaciones de prendas “y esas personas que donan después tienen descuentos en los diseños”, indicó.
Buscar hasta encontrar
María Paz Domínguez estudió moldería, corte y confección. Sin embargo, antes pasó por varias carreras indagando lo que le gustaba. Lo primero que hizo al finalizar el secundario fue la carrera de abogacía, “que me metí porque no sabía qué estudiar nomas”, dijo.
Reconoció que pasó por varias etapas, de idas y vueltas con la carrera durante cuatro o cinco años. Además, cursó algunos meses diseño gráfico hasta que se replanteó estudiar lo que verdaderamente le apasionaba. “Encontré un curso de corte y confección y ahí me di cuenta que estaba en el lugar correcto. Así me di cuenta para qué estaba hecha”, aseguró la diseñadora.
Cuando ya adquirió algunos conocimientos técnicos, su primera máquina de coser y con su potencial creativo decidió lanzarse con este emprendimiento innovador. Se dio cuenta que “ya tenía casi todo” y que “era cuestión de animarse”. Desde entonces se propuso “centrar todo el interés en lo que me gusta, me voy a seguir formando y a dedicarme a esto”.
En este sentido, después de pasar por varias carreras y no encontrar su lugar, aseguró que no concibe como errores el paso por ellas, ya que, en mayor o en menor medida, todas aportaron mucho más que aprendizajes.
“Siempre me pasa que cuando estoy en el lugar donde tengo que estar y haciendo lo que tengo que hacer, todas las oportunidades se abren. Hay caminos”, dijo Domínguez.
Además, agregó “cuando haces algo que enserio va con vos, algo que es totalmente distinto y nuevo, es increíble. Formé algo que me representa totalmente, por eso siempre digo la marca y yo somos uno. Si yo estoy bien o mal la marca también”.
Una máquina que borda sueños
Actualmente la diseñadora cuenta con un pequeño taller en su casa y dedica entre ocho y diez horas por día a la producción de sus diseños. Sin embargo, sueña con que en un futuro no muy lejano contar con un taller propio “y dar trabajo a mujeres que fueron víctimas de violencia de género o a personas del colectivo trans que muchas veces son las que más dificultades tienen para acceder a un puesto laboral”, señaló.
La diseñadora trabaja de dos maneras: en la producción de prendas a pedidos –lo que llama consultorio textil- y en el diseño de prendas para su stock. También se permite aconsejar sobre qué tipo de cosas se pueden realizar con tal o cual tela, pero “por lo general para empezar es descoser todas las prendas y después veo qué hago, qué alcanza o qué se puede hacer”, comentó.
Consultada sobre qué balance hace hasta acá, dijo que “no me doy cuenta de que estoy creando algo nuevo y que alguien se lo pone. La gente me dice: ‘mira vos convertiste esto’, y ahí es como que caigo, pero si no, no me doy cuenta. O sino me pasa que cuando veo que alguien tiene alguna prenda que hice y ahí sí, es re emocionante”.
Diseños para todes
Cuando la diseñadora tiene que confeccionar deja volar su creatividad. A veces se toma el tiempo para bocetar sus proyectos y otras –casi siempre, aclaró- las dibuja una vez que termina de costurar. Pero lo que tiene claro es que “la ropa no tiene género”.
“Cuando empiezo a hacer una prenda no la pienso como para hombre o mujer. Hay ciertas diferencias en la confección a veces, pero trato de hacer de tal modo, que las ‘curvas’ que pueden diferenciar un cuerpo de otros, no se noten”, dijo. Por eso cuando la emprendedora diseña piensa “en prendas para quien se las quiera poner. No para hombres o mujeres”, concluyó.
Vestir bien … vestir conscientes
De acuerdo con la conferencia de la ONU sobre comercio y desarrollo la industria de la moda es la segunda más contaminante del mundo. El organismo señaló que esta industria utiliza agua en un volumen suficiente para satisfacer las necesidades de cinco millones de personas, además de las toneladas de microfibras que son descartados en el mar.
En este sentido, Domínguez señaló que “el vestir es algo tan cotidiano que no nos damos cuenta de muchas cosas. Nunca nos preguntamos qué pasa con nuestra ropa. Ese pensamiento no está instalado y hay que tratar de ponerlo en práctica”, dijo.
Señaló, además, que algunas de las formas para cuidar el medio ambiente es “domar prendas, utilizar ropa de segunda mano, apoyar a marcas sustentables, o marcas que sean más amables con el medio ambiente”.
Bajo este aspecto también dijo que son muy pocas las marcas que tienen este tipo de producción. “En Argentina conozco dos marcas que comenzaron con lo sustentable, pero también ofrecen prendas industriales. En su mayoría, en Europa hay mayor cantidad de marcas sustentables”, dijo la emprendedora.
Por otra parte, según el mismo informe de la ONU, la industria de la moda produce más emisiones de carbono que todos los vuelos y envíos marítimos internacionales juntos, con las consecuencias que ello tiene en el cambio climático y el calentamiento global.
Así mismo, el organismo promueve la Alianza de las Naciones Unidas para la Moda Sostenible, que es una iniciativa para contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible a través de acción coordinada en el sector de la moda. Busca promover proyectos y políticas que aseguren la cadena de valor de la moda contribuyendo en aspectos sociales, laborales y ecológicos.
“Las oportunidades siempre aparecen”
Para finalizar, Domínguez dijo que “cuando empecé no tenía claro que quería dedicarme a esto. Hoy ya puedo decir que me veo viviendo de esto, dedicándome a esto y siempre en base a mi marca. El crecimiento que noto es más interno, porque ahora tengo en claro que esto es mi trabajo”, dijo.
Además, “cuando uno va por el lado de lo que enserio te gusta, de lo que te apasiona, todos los caminos se te abren, las oportunidades y las ideas aparecen, te conectas con gente que comparte tu esencia. No es un camino fácil para llegar a algo, pero todo sirve para seguir”, concluyó.