25 de noviembre del 2020. Aquel mediodía de miércoles, lo que era un secreto a voces en las redacciones, empezaba a circular con la voracidad que requiere semejante noticia. Diego Armando Maradona había sufrido una descomposición cardíaca, anticiparon los medios de comunicación. Sin embargo, nadie quería anunciar, sin chequear fehacientemente, un hecho mucho más grave.
Finalmente, entre las 13:17 y 13:20 horas de esa jornada, se confirmó la pesada noticia que nadie quería anunciar: Maradona había muerto. La leyenda del fútbol mundial dejaba este mundo, y empezaba a planificarse contrarreloj un entierro que no estaba en los planes de absolutamente nadie. El Gobierno nacional decidió organizar apresuradamente un sepelio en la Casa Rosada (CABA), con consecuencias adversas.
26 de noviembre de 2020. Desde las 6.17 hasta las 17:46 horas, con incidentes previos a la salida del cortejo fúnebre (invasión a la Casa de Gobierno mediante), unas 100 mil personas (se estiman cifras superiores) se acercaron para despedir al ídolo máximo del fútbol argentino. Aproximadamente 50 cuadras de cola, colmadas de gente, se privaron de darle un último adiós a Maradona.
Antes de las 18 horas, el vehículo con los restos mortales del 10, custodiado por más de treinta vehículos motorizados de la Policía Federal, abordó la explanada de Paseo Colón. A partir de allí el recorrido por la Autopista 25 de Mayo, rumbo al Cementerio Privado Bella Vista (Partido de San Miguel) estuvo poblado de fanáticos que, colgados de los puentes o en los anexos a la autopista, despidieron a su ídolo por última vez.
Crónica de una jornada atípica e inolvidable
Conocido, erróneamente, como Lomas de Marilo, este pequeño barrio ubicado en la localidad de Bella Vista perteneciente al Partido de San Miguel resultaba ignoto ante los ojos del mundo, inclusive para los habitantes argentinos. Ahora, ocupa el beneplácito orgullo de ser una de esas barriadas en donde alguna vez, Maradona logró eternizarse (Villa Fiorito, La Paternal, La Boca, Rosario, Villa Devoto, ahora Marilo) además de ser el último reposo del 10.
A las 19 horas del 26 de noviembre, el cortejo fúnebre llegó al cementerio, rodeado por aproximadamente 5000 personas plenamente conmocionadas. Sin embargo, de la misa final participaron sus parientes más íntimos: Claudia Villafañe (ex esposa), sus hijas Dalma y Giannina, sus hermanas y unos pocos amigos, como Guillermo Coppola. Fueron 40 las personas privilegiadas de esta despedida que duró 30 minutos.
El cuerpo mortal de Diego descansa junto a su madre Doña Tota (2011) y su padre Don Diego (2015), también enterrados allí. Nota Al Pie reconstruyó los matices de esa jornada, en la voz de les vecines, quienes compartieron sus experiencias. Ese día, la Avenida Mayor Irusta al 5600/5700, comentó un comerciante lindante a la zona, “fue un caos de gente. Casi una semana estuvo cortada la calle y eso dificultó a los vecinos transitar libremente (se les solicitaba documento)”.
Otros efectos negativos, afirmaron las voces entrevistadas, fueron que “los comercios no pudieron trabajar con normalidad, afectando a los locales frentistas al cementerio”. La normalidad de un barrio tranquilo y de casas bajas se vio afectado por “la custodia realizada por Gendarmería y Policía Federal al lugar”. Otros comentarios relacionados a esa jornada estuvo referido a las “personas que quisieron verlo y no pudieron. Al día siguiente también hubo manifestaciones y las calles permanecían cortadas. Muchos creyeron que podían ingresar -al cementerio- y no se les permitía”.
El post entierro
Rodeado por un frondoso verde, lejos de las grandes cámaras, de los medios y en la más absoluta tranquilidad se encuentran actualmente los restos mortales del Diego. El mismo se halla rodeado por un halo de misterio, generado en gran medida por su círculo más íntimo. Muchas preguntas surgen: ¿Por qué no puede ser visitado?, ¿Qué trabas existen, si es que las hay? Con el correr de nuestra visita, estas dudas se fueron deshilachando y, otras, manifestándose por los propios vecines.
La primera mención importante fue realizada por un guardia de seguridad (anónimo) del Cementerio Privado. Nos comentó que “la tumba de Maradona no puede ser visitada a menos que recibamos una autorización de la familia y allegados”. Es decir, la única forma de visitar la tumba de Diego es ser familiar directo o amigo del entorno familiar. Lo que aleja la posibilidad de muchas personas de despedir a su ídolo.
Según afirmaron los contactos entrevistados, “a los familiares, los ves pocos. A veces viene una de las hijas, a veces la otra. Nunca vienen todos juntos”. Otre vecine, al consultarle sobre la decisión familiar de privar el acceso de personas ajenas ,manifestó tajante, “prefiero no hablar de ese tema. Por mi trabajo más que nada”. Ricardo Baez, quien posee su local frente al cementerio Bella Vista, nos brindó la mayor información frente a la privación del acceso a la tumba de Maradona.
“No se puede entrar al cementerio, no te dejan. Antes podías entrar libremente y visitar cualquier tumba de un vecino (hay muchos de ellos acá). Ahora ya tienes que entrar con documento. Dónde está la tumba de Diego no te podes acercar. Ahora quitaron, después de casi un año la custodia. Había un coche a metros de la tumba de Maradona, vos te acercabas y no te permitían ni ver, ahora menos”.
Los meses en silencio, crónica de una realidad
Post entierro, Paez comentó que “el cementerio quedó vallado después de la muerte de Diego , cercado por un mes. Las dos cuadras estuvieron cerradas al tránsito. Luego fueron liberando de a poco para el tránsito de autos, aunque la vereda permanecía vallada con guardia constante de los servicios de seguridad como la gendarmería. Después pasó como que nada, ya ahora no hay tanto movimiento con el Diego”, expresó sorprendido ante la ausencia de personas visitando el sitio.
Pese a ser “el barrio donde está Maradona” les vecines continúan con su rutina normal. El tiempo ha transcurrido y haciéndole frente al dolor inicial, las visitas de personas ajenas a Marilo han escaseado. Las excepciones ocurrieron en determinadas fechas particulares, como el día de su cumpleaños (30 de octubre). Según afirman les entrevistados, “el primer mes venía todo el mundo a visitar. Ahora ya vienen -cada muerte de obispo-, ya se lo han olvidado un poco”.
Otro contacto afirmó que “está tranquilo todo, a lo sumo habrán aparecido dos o tres periodistas. No es el furor del principio, de los primeros días. Solo se acercan en fechas puntuales. Por ejemplo, para su cumpleaños vino gente de La 12 (barra brava de Boca Juniors). Al comienzo venían de otros países, con fines turísticos”. Lo más común resulta “el paso de vehículos tocando bocina frente a las puertas del cementerio, saludando a Maradona. Al ídolo máximo”.
Lo comercial fue, quizás, el cambio más significativo para los negocios más próximos al cementerio: “cambio más que nada por el tema comercial, algunos quieren hacer propaganda sobre Diego para empezar a vender algo. El 25 se piensa hacer en la esquina del cementerio, rifas y sorteos” expresó un entrevistade. Sin embargo, enfatizó que, “a lo que se suponía que iba a ser, yo creo que hubo menos explosión. A mí no me modificó mucho, quizás a otras personas sí, que quieren sacar algún provecho”.
“Maradona merece algo mejor”
Para Ricardo Paez, promover alguna gestión municipal ayudaría a potenciar comercialmente al barrio y generar el homenaje correspondiente a Maradona: “hay gente que viene y está al borde del cementerio, sabiendo que no pueden ingresar, pero se quedan a estar un rato con Maradona. Vienen a hacer un punto de encuentro. Fuera de ese leve movimiento, esto se podría mejorar con una gestión de parte del cementerio. Puede ser del municipio, de cultura, de deportes”.
“Maradona merece algo mejor. Ya que no tuvo la suerte de morir dignamente, yo creo que el pueblo se debe una cuestión de respeto, de llevarlo al lugar que se merece. Tenemos que colaborar todos: el barrio y la parte gubernamental. Al menos que dejen entrar algún tiempo – a la gente- en el cementerio. En todos lados del mundo, uno va y observa un monumento o un homenaje a él. Estamos en deuda con Maradona. Sin ser fanático, creo que se merece algo mejor” expresó deseoso.
De a poco, Páez comenzó a gestionar con les vecines actividades para el desarrollo del turismo local. “Nosotros con dos o tres comerciantes, frente al cementerio, el día de su cumpleaños hicimos una donación (chorizos, carbón, asados, panchos) y lo hemos regalado sin cargo para que la gente se reúna y crear el mito de venir a verlo a Diego y rendirle homenaje. Incentivar al barrio y que venga a homenajearlo, que mejore su frente con un graffiti con una imagen de Maradona”.
Rememorando, Páez manifestó “nos dio tantas alegrías sin pedir nada a cambio. Los grandes lo vivimos en el Mundial de México 86. El gol con la mano (a Inglaterra) lo vivimos como una victoria, luego de perder la Guerra de Malvinas. Quedamos arruinados, perdimos parientes y muchos soldados quedaron trastornados, sin recibir el homenaje que correspondía. Después, Diego nos dio esta alegría inmensa, fue como ganarles una guerra. Para todos fue igual, al que le gusta el fútbol y al que no también”.
Por último, dejó en manifiesto su opinión personal al separar a Maradona de Diego: “Diego se merece que se lo recuerde bien. Y no maltratarlo, todo el mundo es humano y tiene errores. No estamos juzgando a la persona porque sino estaremos poniéndonos en el lugar de Dios. Tenemos que ver la parte futbolística. Yo creo que todos tenemos que hacer algo para llevar al ídolo a lo máximo”.
Marilo para todo el mundo
El auge comercial aún espera paciente, indicó Páez, “frente al cementerio, se fueron mejorando los frentes de las casas. Y uno quiere mostrar lo mejor frente a ese auge, que se esperaba pero no ocurrió. Necesitamos más ayuda porque el pueblo, el barrio en sí solo no puede porque no tiene los medios. Los comerciantes que más se manejan con alguna idea ya mandan a pintar una pared con Maradona, una leyenda o una foto (los negocios, de Diego, tienen alguna imagen).
Finalmente, se expresó frente a su deseo de trascender y realizar un homenaje anualmente: «Ahora con Maradona acá, nos conoce el mundo, al barrio Marilo de Bella Vista. Antes no existía. Me parece que dentro del partido de San Miguel, es lo único referente a nivel mundial que tenemos. El municipio debería darle más importancia a lo de Diego».
«Necesitamos que el barrio le de más repercusión. Este 25 la municipalidad debería convocar artistas, armar un escenario, que quieran expresarse y homenajear. Necesitamos un movimiento cultural para crear una fiesta de Maradona, así todos los años poder recordarlo”, manifestó el comerciante con la misma pasión que Diego entraba a las canchas.