A un año del evento futbolístico más importante del mundo, organismos de Derechos Humanos como Amnistía Internacional y selecciones como Suecia y Noruega denuncian las condiciones extremas de explotación que viven les trabajadores inmigrantes en Qatar. Para comprender la magnitud del fenómeno, Nota al Pie dialogó con Belén Torchiaro, Licenciada en Ciencia Política con especialización en Relaciones Internacionales y Estudios Islámicos.
Qatar
En primer lugar, la especialista en Estudios Islámicos señaló que es importante diferenciar entre el mundo árabe y el mundo islámico. En el primer caso, se refiere a la península arábiga y en el segundo, es más amplio y abarca contextos como el Sudeste asiático, Asia Central o África. Tanto Qatar como Emiratos Árabes, Arabia Saudita, Baréin, Omán y Yemen son países árabes que funcionan como monarquías absolutistas y están ubicados en la región del Golfo.
Dentro de las particularidades de estos últimos países, se destaca el superávit fiscal. “Son países donde, por ejemplo, sus ciudadanos no tienen que pagar impuestos”, explicó Belén Torchiaro; y en muchos de estos lugares, como en Qatar incluso “reciben hasta rentas por tener la ciudadanía”.
El Estado de Qatar posee la tercera mayor reserva mundial de gas y tiene la mayor renta per cápita del planeta. Entonces, ¿cuál es el problema que denuncian los organismos internacionales? Nada más y nada menos que las condiciones extremadamente abusivas de les trabajadores inmigrantes.
El Sistema Kafala
De las dos millones y medio de personas que viven actualmente en Qatar, sólo 250.000 son cuidadanes qataríes. “El 95% de la fuerza de trabajo es inmigrante”, explicó la politóloga; y agregó: “Los ciudadanos qataríes no trabajan, o tienen trabajos altamente calificados”. Es aquí donde aparece el Sistema Kafala y el reclamo de entidades como Amnistía Internacional.
Kafala es un sistema de patrocinio o de auspicio donde empresas monitorean a sus trabajadores migrantes. El nombre de esta estructura es una palabra árabe; sobre la cual Belén Torchiaro explicó que su etimología tiene el sentido de “tutelaje” y que originariamente, se utilizaba con personas huérfanas. Hoy, este sistema deja en manos de empresas privadas a las personas de países pobres como India, Bangladesh, Pakistán o Irán que emigran en busca de trabajo.
Entonces, ¿cuál sería el problema del “patrocinio” de estas empresas a sus trabajadores? Que no existe regulación efectiva a las condiciones de trabajo que establecen estos empresarios; “el empleado queda a la merced del empleador” explicó la especialista en relaciones internacionales. Los abusos suceden en diferentes niveles, “desde malas condiciones de vivienda, de comida hasta cargas horarias de 18 horas”, señaló la politóloga; e incluso el propio visado de les trabajadores depende de estas empresas, que tienen un control casi total sobre estas personas.
El mundial 2022 y la denuncias de organismos internacionales
Con la designación del país como sede del próximo mundial se han contratado diferentes empresas para el desarrollo de grandes estadios que se realizan contra reloj. En estas construcciones “ya se murieron 6.500 personas por las condiciones laborales”, denunció Torchiaro.
La especialista explicó que “en todo Asia no hay una regulación laboral en el sentido de Derechos Humanos como lo entendemos en los países con historia de lucha por los derechos laborales y humanos”.
Cabe destacar que “la mayoría de estas empresas no son ni árabes ni qataríes: son occidentales”, aseguró la politóloga. Se trata de capitales que “se aprovechan de estas condiciones de absoluta libertad para la explotación laboral que en sus países de orígenes no podrían hacer”, explicó Belén Tochiaro.
Al respecto, reflexionó: “Es así como te das cuenta que estas empresas si pudiesen mantener este sistema esclavista en todos los países del mundo, lo harían”.
La espectacularización de este evento futbolístico hizo visible que tanto las personas que construyen los estadios, como las que atenderán a les jugadores, turistas y empresaries, en hoteles o en el transporte, se encuentran bajo este sistema laboral de explotación.
En este sentido, tanto ONGs (es el caso de Amnistía Internacional), como países (Suecia y Noruega), han denunciado públicamente la situación de explotación en la que se encuentran la mayoría de les trabajadores en Qatar. Sin embargo, hasta el momento no ha habido mejoras significativas de sus condiciones laborales.