En el día de hoy, con más de 21 millones de personas habilitadas para emitir su voto, se llevarán adelante las elecciones regionales en Venezuela. En ellas se renovarán los mandatos de 23 gobernadores, 335 alcaldes, 253 legisladores e, incluso, 2471 concejales. Como pocas veces en los últimos años, la previa al día electoral transcurre en un clima de relativa calma con bajos niveles de confrontación política.
Las largas negociaciones del oficialismo con la oposición, realizadas en México y con la mediación de Noruega, dieron sus resultados: por primera vez desde el año 2017, las fuerzas opositoras van a ser parte de los comicios como una opción política a elegir. Luego de lo sucedido tanto en las elecciones del 2018 como en las del 2020; gran parte de los partidos opositores optaron por abandonar la estrategia del boicot electoral. De hecho, el pasado jueves, tanto el gobierno como sus contrincantes cerraron sus respectivas campañas políticas llamando al pueblo venezolano a votar.
Según informó el Consejo Nacional Electoral, máximo órgano electoral del país que desde principios de este año cuenta con dos miembros de la oposición en su junta directiva, estas elecciones contaron con la participación de 8 misiones de observadores internacionales, entre las que se encuentran la ONU y la Unión Europea.
Una oposición fragmentada
El gobierno, que busca una victoria que le permita seguir consolidando su dominio en la política venezolana, se presentará a las elecciones a través de su habitual coalición electoral denominada Gran Polo Patriotico Simon Bolivar, una alianza electoral que nuclea al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) junto a otros partidos chavistas de menor envergadura.
La oposición, por otro lado, busca recuperar el capital político perdido en los últimos años. Para ello deberá mantener el poder territorial existente, un objetivo fundamental para seguir en carrera de cara a las elecciones presidenciales del 2024. Sin embargo, a pesar de los intentos por construir la “unidad antichavista”, se presenta a los comicios del domingo en un estado de evidente fragmentación.
Por un lado, lo que queda de la Mesa de Unidad Democrática (MUD); con sus 4 partidos mayoritarios: Acción Democrática (AD), Un Nuevo Tiempo (UNT), Primero Justicia (PJ) y Voluntad Popular (VP). Por otro lado la Alianza Democrática, una coalición electoral integrada por casi 20 partidos opositores, que sostiene desde hace dos años la necesidad de una victoria política a través de los mecanismos democráticos.
Finalmente, el chavismo disidente participará de las elecciones regionales a través de la Alternativa Popular Revolucionaria (APR). Se trata de un frente electoral de partidos como el Partido Comunista de Venezuela (PCV) y el Movimiento Bolivariano Revolucionario (MBR – 200); que adhieren al proceso político que inició el ex presidente Hugo Chavez Frias, pero que se oponen a la figura de Nicolas Maduro.
La participación electoral, una clave para la elección
Desde las 6 de la mañana más de 14.000 centros de votación estarán abiertos para que el pueblo venezolano pueda ejercer su sufragio. Un dato importante, al cual todas las fuerzas políticas prestarán especial atención, será el de la participación electoral. Debido a que el voto no es de carácter obligatorio, sumado a que en las elecciones regionales suele haber menos participación, se espera que un 45% de la población acuda a votar.
En este sentido, un nivel de participación como el que se estima favorece al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV); debido al nivel de movilización en instancias electorales que caracteriza a su base social. Les detractores del gobierno, por otro lado, ponen sus esperanzas en un porcentaje de votación más alto para poder captar un voto espontáneo, que le permita obtener triunfos en lugares que, hasta ahora, no se producirían.
Si bien los resultados no estarán hasta pasada la medianoche, las encuestas indican que gran parte de los 23 estados en disputa quedarían en manos del Gran Polo Patriótico Simón Bolívar. La oposición, por su parte, aspira a dar pelea en regiones como Zulia, Mérida y Lara; como, a su vez, ganar en otros estados como Miranda, Nueva Esparta y Táchira.