El grupo Eramet, empresa multinacional francesa minero-metalúrgica, anunció este lunes la inversión de US $400 millones para retomar la construcción de una planta de producción de Litio en el salar Centenario – Ratones ubicado en la Provincia de Salta.
Daniel Chavez Diaz, CEO de la filial local del grupo, confirmó el anuncio realizado por Eramet en una reunión con el Presidente Fernandez llevada a cabo en el despacho del mandatario en Casa Rosada. Se estima que esto va a generar la creación de más de 2000 puestos de trabajos directos e indirectos mientras que, asimismo, permitiría cubrir el 15% de las necesidades europeas en materia de litio.
Según las autoridades de la empresa, se prevé que la construcción de la planta empiece en el primer trimestre del 2022 con el objetivo de estar operativa a comienzos del año 2024. El grupo chino Tsingshan, a su vez, va a contar con una participación controlante del 49,9% como consecuencia de contribuir con US$350 millones a la financiación de su edificación.
Este anuncio es parte de la estrategia del Gobierno Nacional para desarrollar la explotación e industrialización del mineral. El pasado 5 de octubre se reunió la Mesa del Litio, con el objetivo de crear la Región Minera de dicho mineral conformada por las provincias de Catamarca, Salta y Jujuy. No obstante, más allá de los beneficios en términos económicos, la noticia vuelve a poner en el centro del debate la cuestión socio-ambiental.
El litio en disputa
El agotamiento de los combustibles fósiles, que si se mantiene este nivel de consumo se estima que será dentro de 50 años, hacen que el litio adquiera especial relevancia en términos geopolíticos. Fundamental para la elaboración de baterías de celulares, computadoras e, incluso, automóviles a electricidad, este mineral aparece como un elemento esencial a la hora de pensar un nuevo paradigma energético donde las energías renovables sean su eje transversal.
En este marco, nuestra región agrega un elemento más para ser territorio de disputa en el complejo mundo de la política internacional: los salares ubicados en Argentina, Bolivia y Chile concentran casi el 85% de las reservas mundiales de litio. Durante los últimos años, tanto las naciones consideradas “potencias” como así también diversas empresas transnacionales, han puesto los ojos en el sur de nuestro continente.
¿Verde es sinónimo de sustentable?
El desarrollo de la industria del litio, si bien se presenta como estratégicamente clave para la transición hacia un modelo energético “verde”, no está exento de cuestionamientos debido a los daños socio-ambientales que puede producir. Tanto en la Provincia de Jujuy como en la Provincia de Catamarca se han registrado como consecuencia de su explotación diversos perjuicios en sus ecosistemas.
La resistencia, producto de la organización colectiva de las comunidades locales, es una constante allí donde el extractivismo transnacional aparece. Esto es una consecuencia lógica de lo que sucede con la megaminería en la actualidad.
Según el Licenciado en Gestión Ambiental, Emilio Spataro, “no se caracteriza por respetar el derecho de las comunidades, el consentimiento previo, libre, e informado sobre el territorio que ocupan ancestralmente ni existe participación genuina en la toma de decisiones”
“La megaminería de litio, en la provincia de Salta, está configurada como una actividad extensiva e intensiva en el territorio, en ambientes sumamente frágiles, que presentan una importante biodiversidad”, sostiene Spataro. Al mismo tiempo que explica “que son ambientes en donde el agua escasea”. Es justamente ese recurso el que es extraído en grandes cantidades con el método convencional de explotación del litio.
Según el profesional quienes llevan adelante estos la megaminería de litio intentan ocultar sus aspectos negativos a través de lo que se conoce como maquillaje verde o greenwashing: “Las etiquetas de minería sustentable o minería verde son estrategias de marketing que apuntan a mostrar procesos técnicos que garantizarían el cuidado del ambiente pero que, metodológicamente, no obedecen a la sustentabilidad ambiental, el desarrollo local, el respeto a los derechos de las comunidades locales o el mantenimiento de los ecosistemas”.