Hoy se cumple un nuevo aniversario del fallecimiento de una figura inolvidable en la cultura argentina, Leonardo Favio. Un autor increíble que triunfó tanto como cantante y cineasta, dentro y fuera del ambiente nacional. También fue una persona que se abrazó con la política, militante de Juan Domingo Perón, a quien citaba en entrevistas y resultó figura venerada en algunas de sus producciones.
Falleció a los 74 años de edad al agravarse una neumonía, tras una serie de afecciones crónicas que padecía desde hacía más de una década. Y ese lunes de noviembre del 2012, el gobierno argentino lo homenajeó determinando 3 días de duelo nacional. Sus restos fueron velados en el Congreso Nacional, donde se dieron cita cientos de actores, cantantes y seguidores del multifacético artista.
Favio, quien en realidad se llamaba Fuad Jorge Jury, nació el 28 de mayo de 1938 en la provincia de Mendoza. Comenzó su carrera artística casi por casualidad, tras una infancia problemática sin su padre. Creció entre internados e internaciones, y al acompañar a su madre a trabajar en una radio, se despertó su veta artística. Se adentró así en la pasión del teatro y se trasladó a Buenos Aires, a fines de los 50’s, donde comenzó sus primeros pasos en breves papeles.
Luego, comenzó su carrera en el cine, al escribir y dirigir su primer largometraje, Crónicas de un niño solo (1965), apadrinado por Leopoldo Torre Nilsson. Desde allí, su trabajo en cine no se detuvo, tanto como creador como actor de reconocidas películas nacionales. Y hacia fines de los 60’s incursionó en la música, con fines de obtener dinero y producir más películas. Con un debut musical sorprendente en la Botica del Ángel de Bergara Leumann. Así, inició un camino musical creciente de oportunidades, donde cosechó fama y popularidad. Algo que tomó otra dimensión con sus giras por el resto de América durante su exilio en Colombia.
Como cineasta
Dirigió 11 películas, consideradas como las mejores de la historia del cine argentino en varias encuestas entre especialistas. Entre ellas «Crónica de un niño solo» (1964), considerada en 2000 la mejor película argentina de todos los tiempos, según una encuesta del Museo del Cine Argentino. El film «El Romance del Aniceto y la Francisca» (1966) obtuvo la misma distinción en 1998 en una encuesta de la revista Tres Puntos a 100 personalidades del séptimo arte. Además de participar como actor en una decena de películas. Captó la mirada en cines con films comerciales como “Juan Moreira, Nazareno y el lobo”, “El octavo infierno, cárcel de mujeres”, entre otras. Al regreso de su exilio, retomó su carrera con “Gatica, El Mono”, estrenada en 1993. Su última película, “Aniceto”, estrenada en 2008, dedicada a su madre. Es una nueva versión de su film “El romance del Aniceto y la Francisca”. En el año 2010 fue declarado Embajador de la Cultura de Argentina por Cristina Fernández de Kirchner.
Su carrera como cantante
Desde pequeño tocaba la guitarra, algo que se convirtió en oficio cuando comenzó a dar clases, para ganar un poco de dinero. Luego su veta como músico, quedaría postergada por varios años, al triunfar en su pasión: el cine. A su regreso, se consagró como uno de los precursores de la balada romántica latinoamericana en las décadas de los 60 y 70, alcanzando el éxito en toda América Latina. Editó 19 discos, entre ellos el exitoso «Fuiste mía un verano» (1968), que contenían canciones consagradas como “Ella ya me olvidó” y “Para saber cómo es la soledad”, las cuales han sido versionadas en más de 14 idiomas. Participó en varios festivales de música, como en el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, en Chile. Su pasión por la música, se vio algo opacada por su ingreso al ambiente mediático. Con la llegada de su segundo disco, Leonardo Favio (1969), y en pleno apogeo de su éxito como cantante, dejó los escenarios para dedicarse de lleno a su profesión en el séptimo arte.
Su pasar por la política
Algo destacable de su vida, fue su vocación por la política. Una reconocida militancia peronista, que le costó el exilio en la última dictadura cívico-militar (1976-1983), sin regresar al país hasta 1987. Dio nacimiento a un extenso documental «Perón, sinfonía del sentimiento» realizada entre 1996 y 1999. Donde se narra la historia del peronismo, dividida en dos bloques. Inicia con el primer gobierno democrático, la elección de Hipólito Yrigoyen en la Argentina. Luego pasa por un repaso de la carrera de Juan D. Perón, sus gobiernos y cierra con la muerte de Evita. En la segunda parte, se repasa los últimos momentos del segundo gobierno de Perón, su derrocamiento y exilio. El regreso a Argentina, el último y corto gobierno, y termina con la muerte del general en 1974.
Favio y sus últimos pasos
Leonardo Favio en sus últimos años, comenzó a usar unos pañuelos en la cabeza, un detalle distintivo e icónico para el público. No solo era moda, sino que disimulaban su calvicie. Algo que popularmente se convirtió en símbolo de una enfermedad. Primero se lo relaciono con cáncer, pero realmente lo que le sucedía al ídolo, era paciente crónico de hepatitis C.
En agosto del 2012, se sometió a una intervención, y desde allí redujo sus apariciones públicas. Tiempo después sufrió una neumonía, en septiembre, que lo llevó a estar hospitalizado dos semanas. Al permanecer débil, se le aconsejó permanecer internado en el sanatorio privado de Buenos Aires, donde falleció el 5 de noviembre.