La lucha por la separación de la Iglesia y el Estado data de hace mucho tiempo. Sin embargo, en este último tiempo empezaron a surgir varias coaliciones centradas en esta misión. Una de ellas Organizaciones Laicistas Argentinas (OLA), la cual fue fundada este año, y contiene en su interior agrupaciones como Campaña Federal por la Separación del Estado y la Iglesia, Apostasía Colectiva, entre otras. Nota al Pie conversó con el representante de la Campaña Federal por la Separación del Estado y la Iglesia, Leonardo Loto, sobre el marco histórico en el que se plantea esta lucha.
En la historia argentina existieron numerosos avances hacia la efectiva separación entre la Iglesia y el Estado. Son ejemplos de ello la aparición del Registro Civil; la Ley 1420 de Educación General y la Reforma Universitaria.
A pesar de esto, también hubo reformas que significaron un retroceso en hacia este objetivo; como los seis decretos firmados durante la última dictadura que señalan el sostenimiento económico de la Iglesia en el país. Esto, sumado a la reformulación del artículo 2 de la Constitución Nacional que establece que el Gobierno sostiene el culto católico apostólico romano, son los cuestionamientos principales de entidades como OLA.
¿Por qué debería haber separación entre la Iglesia y el Estado?
“Hay que aclarar que Argentina es Estado laico, pero no completamente. No es que queremos que no existan las religiones, cada persona puede tener su propia manera de buscar la espiritualidad, pero nos parece muy injusto que toda la sociedad tenga que bancar la existencia de esta vinculación”, explicó a Nota al Pie el representante de Campaña Federal por la Separación del Estado y la Iglesia, Leonardo Loto.
“No tenemos porque sostener ni financiera, ni cultural, ni socialmente a las iglesias en su intento de seguir vinculada con el Estado. Creemos que la Argentina tiene que ser completamente laica, y que estén separados estos ámbitos”, agregó.
¿De qué manera se expresa esta unión?
A la hora de comprender mejor la relación entre la Iglesia y el Estado es importante retrotraerse en la historia para comprender cómo fue alterándose esta vinculación. “Desde nuestra Constitución de 1853 hay dos entidades que se retroalimentaron por necesidad. El Estado necesitaba afirmarse y por eso los constitucionales de aquel entonces encontraron en la Iglesia el mejor aliado para tener presencia en los territorios”. De ahí nació el resistido artículo 2.
Los buenos términos entre ambas entidades duraron hasta 1880, cuando se empezaron a sancionar las denominadas “leyes laicas”. Finalmente, esta tendencia se acabó con la llegada al poder de la dictadura encabezada por José Félix Uriburu, en el año 1930, y se reflotó la alianza. Otro momento histórico donde floreció esta relación fue en los años de la dictadura de Jorge Rafael Videla, cuando se sancionaron los seis decretos para subvencionar a la Iglesia, los cuales hasta la fecha continúan vigentes.
Entre ellos se encuentra la Ley 21.950, que establece que miembros de la Iglesia gozarán de una asignación mensual equivalente al 80% de la remuneración fijada para el cargo de Juez Nacional de Primera Instancia, hasta que cesen en dichos cargos.
En la actualidad, para Loto, “más allá del logro de la Ley IVE (Interrupción Voluntaria del Embarazo), la Iglesia mueve sus hilos. No solamente la Iglesia Católica, sino las Evangélicas, han unido sus fuerzas en esta batalla histórica, y nos parece que habría que estudiar esa naturaleza no solamente en el Estado nacional, sino también en las provincias e incluso las municipalidades”.
“Los políticos por temas de agenda se siguen centrando en demandas de los obispos y pastores. Siempre tratan de hacer determinados guiño”, explicó.
¿Hubo avances en el último tiempo?
Según el miembro de OLA, la consciencia social despertó a partir del reclamo de la Ley IVE. “El impacto fue visual, estético, y ahora el tema del pañuelo naranja ha quedado establecido. También hubo otro paso que tiene que ver con los trámites de renuncia civil a la Iglesia Católica, que se aceleraron por la pandemia, ya que ahora el contacto se hace por la virtualidad y de forma más simple”.
“Se avanzó también en diversos estudios, como los que guardan relación con la iconografía vinculada a las imágenes de la iglesia en los diferentes espacios públicos, con sus diferentes características”, agregó.
Movimiento evangélico en crecimiento
Uno de los grandes fenómenos alrededor del mundo es el desarrollo a gran escala de la Iglesia Evangélica. Este podría ser un impedimento para generar modificaciones profundas en el interior del país, en relación a la separación de la Iglesia y el Estado.
“Este movimiento está creciendo desde los años 80. Algunos referentes de las iglesias evangélicas suelen tener ideas ajustadas a otros tiempos o más violentas que los propios católicos, y eso hay que seguir analizándolo”, manifestó Leonardo Loto.
“Vemos con cierta preocupación, pero estamos expectantes con lo que puede llegar a pasar”, agregó.
Experiencia internacional
Según Loto, hay varias expresiones de otros países que se están solidarizando entre sí; e impulsan la separación de la Iglesia y el Estado en otras naciones. “Pero en cada uno de ellos la relación esta es distinta y más compleja por razones históricas. En algunos lugares la Iglesia tiene más injerencia, y se vuelve más difícil combatirla”.
El integrante de OLA explicó que “en Europa hay países como España donde hay una relación muy fuerte desde la época del franquismo”. En este sentido, “cuando volvió la democracia, uno de los desafíos mayores fue justamente lograr una mayor apertura laica en sus sociedades”.
“En el inicio del siglo 21 tenemos sociedades muy movilizadas. A través de las redes sociales están creándose nuevas lógicas, y dentro de ese marco, la campaña está creciendo y sigue bastante vital”, concluyó.