La semana pasada, en el marco de los festejos del centenario del Teatro Nacional Cervante, se estrenó «La comedia es peligrosa«. Se trata de una obra ambientada en la época de la colonia. Cuenta la historia de una compañía de teatro callejero que se las ingenia para conquistar la confianza del virrey de turno, logrando que le ceda un terreno para un teatro. Pero nada es fácil, al igual que en la actualidad: la corrupción, la política y la Iglesia luchan por obtener también su parte de quienes gobiernan. Las funciones son en la bellísima sala María Guerrero del Teatro Nacional Cervantes, ubicada en Libertad 815, de miércoles a domingos a las 20hs.
La obra cuenta con un equipo de lujo en todo sentido. En primer lugar, Gonzalo Demaría, un gran dramaturgo que viene armando obras increíbles con su sello distintivo de escribir en verso, aunque esta vez se da ciertos permitidos en diálogos. Ciro Zorzoli se suma en una acertada dirección, coordinando de manera increíble un numeroso elenco, sagaz en impecables y sorprendentes transiciones. La dinámica no decae en ningún momento y utiliza todo el escenario en un juego de arme y desarme de la enorme escenografía.
Labor en equipo junto al escenógrafo, Diego Siliano y la asesora artística, Victoria Beheran. Logrando una impactante puesta por donde les actores transitan, entran y salen en completa coordinación.
Entre les estupendes actores se encuentran: Paola Barrientos, Milva Leonardi, Roberto Castro, Iván Moschner, Gaby Ferrero, Pablo Palavecino, Horacio Acosta, Mariano Mazzei, entre otres. Se lucen en una comedia de total enredo, con personajes ricos y en abanico de géneros, un guiño al presente. Donde casi todos tienen su momento para lucirse y mantienen la diversión a tope por más de una hora y media.
Teatro Nacional Cervantes (TNC) y su historia
La inauguración del Cervantes tuvo lugar el 5 de septiembre de 1921. La propuesta se dio a raíz de la llegada de María Guerrero, productora de teatro, a la Argentina en 1897. Recién llegada desde España, Guerrero y su compañía popularizaron la actuación como profesión en el país. Ella, en conjunto con su esposo, comenzaron a perfilar la idea de crear un teatro desde 1918. Recibieron ayuda de personalidades de la alta sociedad como, por ejemplo, del rey de España, Alfonso XIII.
Para su construcción se eligió el estilo barroco español y se lo nombró en honor al novelista y dramaturgo Miguel de Cervantes. Los arquitectos fueron Fernando Aranda Arias y Emilio Repetto.
Para 1926, frente al auge de la radio y la apertura de otros teatros en la ciudad, la convocatoria del teatro se erosionó. La pareja decidió subastarlo, quedando así en manos del presidente Marcelo Torcuato de Alvear. Alvear lo rebautizó bajo el nombre de Teatro Nacional de Comedia, en 1933.
Un voraz incendio destruyó parte del teatro en 1961, y comenzó su proceso de restauración por parte de la Dirección General de Arquitectura y Trabajos Públicos. El teatro cuenta con tres salas. La principal, en homenaje, se llama «María Guerrero». Cuenta con una capacidad para 860 personas, entre platea, balcones y palco.
La restauración solo fue hecha en los espacios dañados, esto hace que gran parte del edificio conserva aún características originales. Si hay cambios de utilería, como alfombras, muebles y sillas pero respetando el estilo del mismo. Además, como parte de la restauración se sumaron en un solo bloque, tres subsuelos, planta baja y trece pisos altos. Se agrandó el escenario, y todo en conjunto suma una superficie actual de 11.500 m².