La encuesta surgió del trabajo entre el Observatorio Del Derecho a la Ciudad (ODC), la Cátedra de Ingeniería Comunitaria de la Facultad de Ingeniería de la UBA y la Defensoría de Laburantes. El informe comprende 45 hogares de 19 de los 26 edificios.
En el mismo, les vecines evidencian filtraciones de agua en techos, problemas eléctricos y sanitarios, entre otros. Estas viviendas fueron construidas con paredes de durlock.
Ante estas quejas, se elaboró el informe que da cuenta de los problemas de las personas involucradas. En este sentido, el Fundador del ODC, Jonatan Baldiviezo, habló con este medio.
“Las deficiencias constructivas y sus problemas estructurales forman parte del plan del GCBA (Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires)”, comentó. Ello lo atribuye a un plan para “facilitar a la presión inmobiliaria de hacerse con estos suelos públicos a futuro”.
En este sentido, Baldiviezo considera que el gobierno “hace lo posible para no consolidar el barrio y no otorgar las soluciones habitacionales definitivas que necesitan las familias”.
A su vez, aseguró que muchas de ellas no recibieron las habitaciones suficientes para les integrantes del hogar.
Finalmente, concluyó: “Hay rasgos de un proceso de gentrificación lento a largo plazo, para que el barrio desaparezca y estos suelos sean destinados a emprendimientos inmobiliarios”.
Qué dicen los datos
De las aproximadamente mil familias relocalizadas, participaron de la encuesta 45 hogares de 19 de los 26 nuevos edificios construidos.
La Coordinadora de la Cátedra de Ingeniería Comunitaria, María Eva Koutsovitis brindó detalles que consideró “preocupantes”.
En relación a los techos, el 73,8% de las familias encuestadas documenta filtraciones de agua. Y el 69% de las familias lo hace a través de las paredes.
La entrevistada consideró: “Los daños estructurales, tanto en losas como en techos debilitan o incluso pueden llevar a la destrucción de la estructura”.
En torno a la aislación termoacústica, el 81,4% de los hogares consideran que es muy deficiente. Mientras que sobre la instalación eléctrica, el 68,2% afirma que no puede enchufar varios artefactos a la vez y en el 76% de los casos, luces y enchufes, funcionan mal.
“Los desperfectos en el sistema eléctrico constituyen problemas de seguridad eléctrica y además elevan el riesgo de incendio”, alertó la Coordinadora de la Cátedra.
Sobre las instalaciones sanitarias, “el 81,4% de los encuestados comunica que tanto la provisión de agua fría como la provisión de agua caliente es insuficiente”.
También hay quejas sobre los espacios comunes tales como pasillos y escaleras. En el 56% de los casos afirman que las luces funcionan mal, además de mencionar deficiencias en matafuegos o faltante de los mismos.
“La falta de luces de emergencia y de elementos de seguridad básicos adecuados, potencia el riesgo de accidentes, y de pérdidas de vidas”, alertó Koutsovitis.
Aparición de los problemas
Las deficiencias aparecieron de inmediato. Así lo corrobora Zoe Durruty de la Defensoría de Laburantes y del ODC. “Desde que se instalaron en las viviendas nuevas se fueron observando los desperfectos, señalando los problemas y denunciando a la secretaría”, precisó.
Pero aseguró que “no había respuesta o se demoraban mucho en dar una solución y para cuando lo hacían los problemas ya habían evolucionado”.
“Según nuestro relevamiento, el 93,3% de los vecinos ha realizado reclamos ante los responsables, de los cuales, el 95,6% no tuvo solución a los reclamos presentados”, aseguró Durruty.
Por último, destacó: “Les vecines tienen que pagar una deuda a 30 años por estas viviendas que no les están brindando la seguridad que corresponde”.