Les jóvenes de la sociedad actual hacen un uso intensivo de pantallas. Desde sus celulares, computadoras u otros dispositivos están permanentemente conectados al espacio virtual. Acceden a páginas web, consumen contenidos realizados por youtubers e interactúan en redes sociales.
Quienes han nacido después de comenzado el milenio, han transcurrido sus infancias y adolescencias con esos dispositivos ya incorporados en su vida cotidiana. Esa circunstancia ha sido estudiada por especialistas en nuevas tecnologías. Sebastián Bortnik es uno de ellos. El experto estudió en profundidad la temática en su libro Guía para la Crianza en un Mundo Digital y elaboró algunas sugerencias para padres. Su frase central es “somos adultos analógicos criando hijos digitales”.
En diálogo con el programa El Algoritmo Escondido, de la emisora Radio con Vos, el analista destacó que “estamos ante una complejidad nueva”. Enfatizó que eso se debe a que “la existencia de niños que acceden a pantallas a la edad de dos años es algo que no sucedía hace diez años”.
Pandemia
Respecto a la incidencia del Covid y el consecuente aislamiento social con aumento de uso de tecnologías señaló que “hizo más visible el tema que ya estaba”. Considero que permitió visualizar el tema “pero no aumentó el problema” con el argumento de que “las problemáticas tales como dependencia de la tecnologías ya estaban desde antes”. Y agregó que con la pandemia la pantalla pasó a ser la forma de conectar con el mundo.
Pantallas pensadas para atraer
El analista consideró que las pantallas presentan una problemática y ello radica en la esencia del negocio a lo que denominó “la economía de la atención”. Explicó que “se trata del modo en que están desarrolladas las aplicaciones, redes sociales etc., que son gratuitas porque el negocio consiste en que estemos mucho tiempo conectadas a ellas”.
Al respecto advirtió que “las diseñan de un modo muy atractivo porque necesitan retenernos el mayor tiempo posible”. Inclusive considero que los dispositivos estimulan zonas del cerebro que correlacionan con las adicciones, de allí que requieren ser consumidos con conciencia y con límites de tiempo.
Además, observó la existencia de una brecha entre el mundo real y el virtual. “Las aplicaciones tienen una dinámica que está alejada de lo cotidiano, puesto que la vida real no todo se resuelve con clicks. Las aplicaciones son instantáneas pero la vida no es instantánea” señaló.
Popularidad
El experto en nuevas tecnologías también advirtió sobre la comunicación de vidas impostadas que acontecen en las redes sociales. Al respecto señaló que “allí vemos cuerpos mejores pero se logra con usos de filtros, se observa personas que viajan a mejores lugares que yo, que comen cosas mejores que las que como yo, o que son más alegres que yo”.
Por lo cual considero que ese bombardeo permanente de imágenes de esas características podrían llegar a impactar en la salud mental. “Es difícil pensar que la tecnología no tiene nada que ver con el incremento de los casos de ansiedad y depresión en población juvenil. Creo que sería muy naif pensar que no tiene nada que ver”, subrayó.
Asimismo, recomendó que niños de hasta 24 meses no deben ser expuestos a pantallas, salvo para teleconferencias con familiares para ir introduciéndolos en las conversaciones virtuales. Respecto de la franja etaria de 2 a 5 años, propuso una hora diaria, acompañado por un adulto. Y desde los 6 años, sugirió “un incremento paulatino, evaluando el tipo de contenido que se consume”.