Se cumplen 20 años del estallido social que marcó una notoria crisis del modelo económico y político de su época. Lo ocurrido entre el 19 y 20 de diciembre del 2001 es una marca en la identidad de les argentines. Por tal motivo, en un nuevo aniversario, un grupo de artistas busca recolectar la historia de diversas personas a lo largo del país para luego ilustrarlas.
Como forma de estimular la memoria colectiva, la organización Corta la Brocha propone establecer un Club de Trueque. La idea es poder intercambiar los audios y anécdotas que se envíen a la asociación por un recuerdo ilustrado de otra persona.
Se ha de recordar que los clubes de trueques fueron formas de organización en medio de la crisis económica del modelo neoliberal. Consistían en el intercambio de productos y/o mercadería sin dinero, lo que permitía a las personas sobrevivir. En aquella época más de la mitad del país estaba sumido en la pobreza.
Corta la Brocha hace alusión a una forma artística de intercambio relacionada al club del trueque. Así coloca a sus participantes en el juego del recuerdo, la experiencia y la historia.
Antesala de diciembre
El modelo neoliberal que pretendía el progreso trajo la convertibilidad, la desindustrialización, el desempleo, la pobreza, una gran inestabilidad económica, institucional y nuevas formas de organización social. Por tal motivo, con solo nombrar el 2001, todes les argentines piensan en la crisis económica, política y social vivida en el país.
De tal manera, la antesala de diciembre del 2001 tiene entre otras cuestiones los escándalos de corrupción del senado en el 2000, la renuncia del vicepresidente Chacho Álvarez y la derrota electoral de la Alianza. Asimismo el paso de tres ministros de economía en un año, el último Domingo Cavallo.
Él fue el propulsor de la ley de convertibilidad que consistió en una relación cambiaria fija entre la moneda nacional y el dólar. El 1 a 1 tenía como objetivo principal frenar la hiperinflación de principio de los 90.
Pero para el 2001 la medida ya había desestabilizado la economía del país. No solo ayudó al desbaratamiento de la industria nacional provocando una alta tasa de desempleo, sino que también significó una gran fuga de capitales.
Finalmente el entonces ministro de economía, decidió implementar el 3 de diciembre del 2001 el llamado “Corralito”. Esta medida consistió en prohibir el retiro de dinero en efectivo de los bancos.
19 de diciembre del 2001
En el último mes de ese año se produjo el gran estallido. Las medidas tomadas por el gobierno, la aproximación de fechas festivas y las dificultades económicas que enfrentaban muchos hogares argentinos, entre otras cuestiones, generaron un gran descontento social.
La sociedad argentina ya venía experimentando nuevas formas de participación y movilización. Las demandas sociales que no habían sido canalizadas por ninguna institución derivaron en el surgimiento de organizaciones y movimientos sociales. Ellos presentaban un gran trabajo territorial de contención y articulación de redes de solidaridad.
Para diciembre, ante la imposibilidad de acceder a alimentos, la población comenzó a realizar saqueos. Estos hechos se llevaron a cabo en diferentes puntos de Argentina. Finalmente para el día 19 de ese mes, varios intendentes del conurbano bonaerense realizaron una caravana que concluiría en Plaza de Mayo.
El objetivo principal era desviar los focos de tensión de los partidos que integraban la zona. A partir de esto, tratarían que las personas no saquearan los locales de sus vecines y se concentraran para pedir un cambio en las políticas económicas nacionales.
Si bien las caravanas se realizaron, el intento fracasó. Los saqueos continuaron y el descontento era cada vez más generalizado. Ante este panorama, el entonces presidente Fernando De la Rua declaró el estado de sitio. De esta forma se suspendían todas las garantías constitucionales y se le otorgaba a las fuerzas armadas facultades de represión.
Sin embargo, esta medida sólo acrecentó el fervor social. Se produjo así el reclamo de les vecines porteñes a partir del denominado Cacerolazo, con los gritos “que se vayan todos”.
20 de diciembre
Para ese día la tensión social había escalado a un grado inimaginable. Les ciudadanes habían copado las calles, pese al estado de sitio. Los alzamientos populares se llevaron a cabo en diversos puntos de Argentina y la represión no se hizo esperar.
En este contexto se realizó la Masacre de Plaza de Mayo, donde las fuerzas reprimieron y asesinaron a 5 personas e hirieron a 227, aproximadamente. Este hecho no fue aislado, en el interior del país también se produjeron actos similares. Lo que llevó a que los acontecimientos vividos el 19 y 20 de diciembre produjeran 37 muertes. Las víctimas eran ciudadanes que reclamaban por sus derechos, principalmente por el derecho a tener una vida digna.
El país estaba en llamas producto de un gran estallido social, con ciudadanes en las calles como símbolo de descontento ante les representantes polítiques y las instituciones estatales. La salida fue la renuncia de Cavallo en un primer momento y más tarde del Presidente de la Nación Fernando De la Rúa. Este último abandonó la Casa Rosada en helicóptero, ya que el pueblo estaba en las calles, unido y despierto.