La polinización, el método por el cual se reproducen las plantas con flor, está disminuyendo debido a la acción del hombre sobre el ambiente. La presencia cada vez mayor de monocultivos, sumado a los desmontes, impacta negativamente sobre las especies polinizadoras. Sin alimentación, refugio y lugares de anidamiento, sobrevivir es una misión imposible.
Los Doctores en Ciencias Biológicas, Leonardo Galetto, del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV, CONICET-UNC) y Lucas Garibaldi, del Instituto de Investigaciones en Recursos Naturales, Agroecología y Desarrollo Rural (IRNAD, CONICET-UNRN), son investigadores del CONICET. Participaron de un estudio internacional, publicado en la revista Nature Ecology & Evolution, que evalúa la importancia de factores y riesgos asociados a la disminución global de la polinización. En una comunicación con Nota al Pie, abordaron este asunto.
Proceso de polinización
La polinización es el proceso biológico mediante el cual se reproducen las plantas con flores. Para entenderlo mejor, vale hacer un repaso por la anatomía de las mismas. Las zonas masculinas de las flores se denominan anteras y producen el polen, que porta las gametas masculinas. Las áreas femeninas son llamadas estigmas, ubicadas generalmente por encima del ovario donde están los óvulos.
Las anteras y los estigmas pueden estar presentes en la misma planta o en plantas diferentes. En ambos casos, el polen tiene que trasladarse de un sector al otro, mediante la polinización. Luego ocurre el proceso de la fertilización, donde se unen el polen y el óvulo. Se da lugar así al cigoto, que será la futura semilla que dará una nueva planta.
Puede llevarse a cabo por ejemplo, por el viento o por el agua, por los denominados agentes abióticos. También están implicados los factores bióticos, en los cuales los animales polinizadores se encargan de esta función. En la reproducción de la gran mayoría de las plantas con flores están involucrados los animales polinizadores. Transportan el polen desde las anteras de las flores masculinas hasta el estigma de las flores femeninas.
Animales polinizadores
El Dr. Galetto explicó que la gran mayoría de los polinizadores son insectos. En el caso de las abejas, por ejemplo, hay más de 20.000 especies en el mundo. También están involucradas las mariposas, tanto diurnas (con actividad durante el día) y nocturnas. Animales pequeños como los escarabajos hasta distintos tipos de moscas se suman al listado.
En el caso de las aves, se puede mencionar a los ágiles y movedizos colibríes, también llamados picaflores. Entre los mamíferos están los murciélagos, encargados de la polinización de flores nocturnas, principalmente en regiones tropicales y subtropicales.
La gran mayoría de las plantas con flores que es polinizada por animales, abarcan unas 260.000 especies en todo el mundo. En Argentina se encuentran unas 10.000 especies diferentes. Según explicó el Dr. Galetto, si esto no sucede, las plantas no se reproducen, o se reproducen en menor medida, de ahí la importancia de este proceso.
Por su parte, el Dr. Garibaldi comentó que “si hay diversidad y abundancia de polinizadores, muchos de nuestros cultivos, que dependen de ellos, aumentarían su producción. De esta manera se cosecharía más alimento, habría más semillas y más frutos”. Agregó que “muchas plantas medicinales, más de 28.000, también dependen de polinizadores”.
Polinización y cultivos
El Dr. Galetto detalló que el 75% de las plantas cultivadas que consumimos los humanos, necesitan de los polinizadores. “Algunos cultivos dependen totalmente de estos agentes porque si no están no producen ningún fruto o semilla. Es el caso por ejemplo de los zapallos, pepinos, sandias, kiwi y el melón”. En el caso de los frutos secos, las almendras dependen por completo de polinizadores. Desde ahí hasta una menor dependencia, es todo un gradiente.
Hay otras especies, como el maní, las arvejas, frutillas y la soja que dependen parcialmente. Esto quiere decir que si no están los polinizadores igualmente se producen frutos y semillas, pero en menor cantidad. Los cereales son unos de los cultivos que no dependen de los animales porque los poliniza el viento.
Polinización y biodiversidad
La pérdida de biodiversidad en general, y de polinizadores en particular, obedece a múltiples factores. Se trata de un problema complejo en donde la principal causa es el cambio de uso del suelo. “Hay un modo de agricultura que predomina en el mundo, denominada agricultura industrial”, añadió el Dr. Galetto. Se basa en la siembra de monocultivos como, por ejemplo en nuestro país, soja y maíz en verano y trigo en invierno.
“Grandes extensiones de territorio se usan para producir un solo tipo de cultivo. Esas grandes extensiones anteriormente eran pasturas naturales donde se hacía ganadería. Por ejemplo, en la zona pampeana, gran diversidad de plantas fueron reemplazadas por monocultivos. En regiones donde había bosques, como es el caso de Chaco, fueron reemplazados por estos cultivos de una sola especie”, indicó el Dr. Galetto.
Con esa pérdida de biodiversidad, ya sea suplantando pasturas naturales o deforestando bosques, cambia ese uso del suelo. Se altera la dinámica de las poblaciones de los polinizadores que ya no tienen donde alimentarse ni tampoco donde anidar. “Hay pérdida de diversidad y también en la cantidad, en el abundancia que hay en el paisaje. Todas esas plantas que necesitan polinizadores, ya sean nativas o cultivos, empiezan a tener problemas de reproducción. El principal factor es el cambio de uso del suelo, cuanto más se extiende el monocultivo, menos posibilidades hay de mantener los polinizadores en el paisaje”.
El Dr. Garibaldi también concordó con esto. “La principal causa es el cambio de uso del suelo, la manera que tenemos de utilizar la ganadería, agricultura o deforestaciones. La mayor parte del planeta está ocupado por el sector agropecuario en un sentido amplio, incluyendo las forestaciones también. Las actividades agropecuarias basadas en monocultivo, como las grandes extensiones de soja, o de un pinar, o palma como cultivo industrial, destruye la biodiversidad de plantas y de animales”.
Pesticidas y polinización
“Otro problema es que esa agricultura industrial depende mucho de químicos como pesticidas que ocupan un rol central”, informó el Dr. Galetto. A muchos cultivos se les suele aplicar insecticidas para combatir las plagas. “Al ser monocultivos de gran extensión aparecen algunos insectos que aprovechan ese recurso en grandes cantidades”, añadió. En Argentina se tiran 500 millones de toneladas anualmente. No sólo afectan a la biodiversidad, sino que también a las personas, ya que hay relación con algunas enfermedades. Estas sustancias químicas se terminan incorporando al agua y también los ingerimos porque quedan restos en los alimentos que consumimos.
El problema es que esos insecticidas que se esparcen en grandes extensiones para combatir las plagas de cultivo, en paralelo también afectan a los polinizadores. “No solo la perdida de hábitat natural disminuye la población de polinizadores, sino también el uso de pesticidas. Entre ellos, uno que es muy vinculado a la disminución de la población de polinizadores es el clorpirifós, que está prohibido en Europa pero acá se sigue usando”, sentenció el Dr. Galetto.
El Dr. Garibaldi agregó que “los pesticidas, diseñados para matar insectos dañinos para los cultivos, naturalmente matan a los insectos benéficos para los mismos también. De alguna manera se debe reducir el uso de pesticidas. En caso de usarlo, que sea teniendo en cuenta una forma de proteger a los polinizadores es clave”.
Mucho por hacer
Para contrarrestar esta situación que se agravaba día a día, el Dr. Garibaldi opinó que hay que tomar medidas urgentes. “Lo principal es recuperar el hábitat de los polinizadores en los campos, en el sector agropecuario en general. Así habrá mayor diversidad de polinizadores, potenciando la productividad de los cultivos. También se debe utilizar menos pesticidas. Además se debe promover la diversidad en general de los cultivos. De esta manera los polinizadores pueden tener diversidad de flores en todo su ciclo reproductivo”.
“Si buena parte del problema es que hemos perdido diversidad, lo que tenemos que hacer es traerla de vuelta a los campos y utilizar menos pesticidas”, concluyó el Dr. Garibaldi. Para el Dr. Galetto se pueden hacer muchas cosas, siendo la más importante cambiar nuestra percepción sobre cómo nos relacionamos con los ambientes naturales.
“Hay una conceptualización que es eurocéntrica, que si se quiere es patriarcal y liberal. Es que el ambiente natural esta para que los humanos lo usemos, son recursos para el bienestar de los humanos”, explicó. Agregó que “esa conceptualización de los humanos separados de la naturaleza lleva a justificar poner grandes cantidades de un solo cultivo talando bosques, porque eso nos da bienestar”. “Sabemos que esa agricultura industrial no solo hace perder biodiversidad, sino que también genera pobreza. La gente de los ambientes rurales o que vivía en el bosque es expulsada hacia los márgenes de las ciudades”, sentenció.
Por lo tanto, para el biólogo una de las medidas es cambiar esa relación con los ambientes naturales. “Las prácticas en esos territorios deben cambiar. Empezar a diversificar la producción agrícola y no tener 2 o 3 cultivos en grandes extensiones. La agroecología ha demostrado que tiene gran posibilidad de altos rindes de alimentos sanos y de mejor calidad. Eso mismo diversifica los ambientes agrícolas, ya que hay parcelas más chicas con floración durante todo el año”, explicó. “Diversificar los cultivos y como nos relacionamos en esos ambientes es un punto importante para mejorar el cuidado de la biodiversidad de los polinizadores”.
Si se decide continuar con la agricultura industrial, una medida posible es mantener lo que se llaman corredores biológicos. “Se trata de dejar de fumigar los alambrados y dejar pequeños bosquecitos cada cierta cantidad de hectáreas. También se pueden poner troncos secos o pedacitos de cañas apiladas. Esos son refugios con una diversidad de plantas que sirven de alimento y lugares de nidificación para los polinizadores. Las poblaciones de a poco se pueden ir recuperando”, explicó el Dr. Galetto.
En los casos de los pesticidas, se deben aplicar al atardecer o durante la noche porque hay menos vientos. Además los polinizadores en su mayoría no están activos (los insectos suelen ser diurnos). De esta manera no los afectaría tan directamente, disminuyendo su gran mortalidad. “Además, al no haber viento hay menos deriva de los pesticidas hacia ambientes naturales o cursos de agua, y eso favorece el mantenimiento de la población de polinizadores”, agregó.