La Unidad Popular, una coalición de partidos políticos de izquierda, había llevado a la presidencia a Salvador Allende en 1970. Tres años después, este gobierno elegido por el pueblo fue derrocado por una junta militar conformada por la Armada, la Fuerza Aérea, el Cuerpo de Carabineros y el Ejército chilenos.
Allende fue el primer político socialista que llegó al poder mediante elecciones generales dentro de un gobierno democrático. Durante su gestión, en la que intentó implementar diferentes reformas para llegar al socialismo, sufrió una gran crisis económica. El resultado fue un estallido social que terminó en la polarización política de la sociedad. Por un lado, quienes defendían a la Unidad Popular, y por el otro quienes hablaban de libertad a través del Partido Nacional.
Se debe tener en cuenta el clima social y político de Latinoamérica por aquellos años, en el que las fuerzas de derecha pretendían terminar con los gobiernos populares. La posibilidad de un golpe militar en Chile era viable, incluso desde antes de su elección, debido al financiamiento y al apoyo de Estados Unidos. En plena Guerra Fría, el capitalismo se oponía al socialismo liderado por la Unión Soviética.
A fines de junio de 1973, el denominado “Tanquetazo”, fue la acción previa al derrocamiento socialista, tres meses después. Se trató de un levantamiento militar en el que se usaron principalmente tanques. Esta sublevación fue contenida por el comandante en jefe del Ejército, Carlos Prats y sus tropas leales. El resultado fue crítico: hubo 22 muertos entre civiles y militares y una crisis social que se profundizó aún más.
A la oposición del Ejército se sumaron la Fuerza Aérea, y sectores dentro de los Carabineros. Finalmente, el 11 de septiembre de 1973, las “Fuerzas Armadas y de Orden” tomaron todo el país, lideradas por Augusto Pinochet. Luego del bombardeo a la sede presidencial, Salvador Allende, quien se hallaba refugiado en el Palacio de la Moneda, decidió suicidarse.
El gobierno de la Unidad Popular fue derrocado por un golpe militar que se extendió hasta 1990. Fueron años de violaciones a los derechos humanos, donde se limitó la libertad de expresión, el Congreso fue disuelto y los partidos políticos fueron suprimidos.
Llegada al poder de un gobierno socialista
El 4 de septiembre de 1970, hubo elecciones presidenciales. Entre los candidatos se encontraban Salvador Allende, que obtuvo el 36,63% de los votos. Era el representante de Unidad Popular (UP), una coalición conformada por el Partido Radical, Partido Socialista, Partido Comunista, el Movimiento de Acción Popular Unitario, el Partido de Izquierda Radical y la Acción Popular Independiente.
Jorge Alessandri era el candidato conservador por el Partido Nacional (PN), fusión de los partidos Liberal, Conservador Unido y Acción Nacional. Quedó en segundo lugar, con el 35,29% de los votos. Del Partido Demócrata Cristiano (PDC) se postuló Radomiro Tomic, que recibió el 28,08%.
Como ninguno de los candidatos consiguió la mayoría absoluta, el Congreso debía tomar esa decisión. La oposición pensaba contar con los votos del PDC, pero esto no fue así, ganando fuerza la elección de la Unidad Popular.
Un grupo de ultraderecha, denominado Frente Nacionalista Patria y Libertad, liderado por Roberto Viaux, planeó el secuestro de René Schneider, el Comandante en Jefe del Ejército en ese momento. El objetivo era convocar a los militares a las calles y así evitar que el Congreso sesione en la fecha pautada para el 24 de octubre. Ese intento de secuestro terminó en su asesinato dos días antes de la sesión. Además, otros sectores de la derecha más conservadora y extremista hacían explotar bombas en diferentes lugares, culpando a grupos de izquierda.
La figura de este militar no fue elegida al azar. La “Doctrina Schneider” planteaba la no intervención política por parte del Ejército, el respeto a la voluntad ciudadana y al orden constitucional. Por lo tanto, desde el alto mando hasta el último conscripto debían cumplirla. En su reemplazo asumió el General Carlos Pratz, quien renunciaría en 1973 dejando su lugar al General Pinochet.
Finalmente, el Congreso Pleno sesionó el 24 de octubre de 1970, eligiendo a Salvador Allende como presidente, que asumió el 4 de noviembre.
Gobierno socialista
La propuesta electoral de Allende consistía en guiar a Chile desde un régimen capitalista hacia uno socialista. Esto se pretendía por vías pacíficas y democráticas, a diferencia de la Revolución Cubana, cuyo método era el uso de las armas. Dentro de sus propuestas se encontraban la reforma agraria, mediante la toma de tierras por parte del campesinado. Las expropiaciones fueron incrementando las disputas entre los terratenientes y campesinos.
El período se caracterizó también por la estatización de empresas o el sistema de compra de acciones. En materia económica hubo congelamiento de precios, aumento de sueldos e impresión de dinero para saldar la falta de recursos económicos.
La nacionalización de la minería, especialmente del cobre, fue uno de sus puntos clave. Esto no fue bien visto por el gobierno de Estados Unidos, ya que las empresas eran norteamericanas. Se estableció así un boicot económico contra el gobierno de Allende. Por su parte, la Unión Soviética se había comprometido en invertir para ayudar en esta situación, pero no fue la suficiente.
Luego del primer año de mandato, el déficit presupuestario era importante. La economía que había crecido tanto comenzaba a decaer. El aumento de subsidios a empresas públicas y de sueldos y la falta de recaudación tributaria se sumaba a una creciente inflación.
La fijación de precios dio lugar a un mercado negro y al desabastecimiento, principalmente de azúcar. Detrás de eso, grupos económicos acopiaban mercadería, saboteando las políticas establecidas. Para hacerle frente a estos especuladores y a la creciente escases de alimentos, el gobierno creó las Juntas de Abastecimiento y Precios (JAP) . Se trataba de comités de racionamiento, donde a cada familia se le otorgaba una libreta que indicaba la cantidad exacta de productos que podía comprar.
El descontento social, principalmente de las clases medias y altas, dio lugar a diferentes protestas. Durante octubre de 1972, se llevó a cabo el “Paro de los Patrones” ante los rumores de estatización de las empresas de transporte. Esto agravó aún más la escasez de alimentos, sumado a que les ciudadanes no podían movilizarse. Finalmente, el paro se detuvo por el accionar de las fuerzas armadas a cargo del General Prats.
Crisis creciente
La crisis social, económica y política crecía en el gobierno popular de Salvador Allende. Los adherentes y opositores al gobierno iban radicalizándose cada vez más. Los enfrentamientos entre grupos aumentaban, como el MIR, de la extrema izquierda, y Patria y Libertad, de la extrema derecha. Producto de la violencia en las calles, crecían les detenides, herides y muertes en estas disputas.
Atentados, bombas y ataques se sucedían para desestabilizar al gobierno. Entre ellos pueden mencionarse los atentados contra las Embajadas de Cuba y la Unión Soviética y contra sedes de partidos políticos de izquierda. Los conflictos con Carabineros y sectores de las Fuerzas Armadas también se agudizaban.
En julio de 1973, el edecán naval del presidente Allende, el capitán de navío Arturo Araya Peeters, fue asesinado por militantes de Patria y Libertad.
Durante estos años, los intentos de Estados Unidos por impedir el avance del comunismo y del socialismo en América Latina no cesaron. Documentos desclasificados de la CIA dan cuenta del financiamiento y la ayuda para detener al gobierno de la Unidad Popular. Por otra parte, la prensa polarizaba las discrepancias sociales, profundizando la crisis.
Dentro de las Fuerzas Armadas, el descontento crecía y se iba planeando la acción golpista. El único que se mantenía fiel al presidente era el General Prats. Pero el 21 de agosto de 1973, renunció debido a los reclamos militares en su contra. Ocupó el cargo de Comandante en Jefe del Ejército, el General Augusto Pinochet, quien hasta ese entonces se consideraba apolítico y un aliado de Allende.
En marzo de 1973, hubo elecciones parlamentarias. La oposición estaba representada por la Confederación de la Democracia (CODE). Si obtenía dos tercios del Congreso, podía acusar constitucionalmente a Allende para destituirlo de la presidencia. Pero obtuvo solo el 54,6% de los votos, ya que los diferentes partidos de la UP se presentaron en lista única, logrando el 43,5%. De esta manera aumentaron su representación con tres diputados y un senador más.
En junio de ese mismo año, se sancionó la Reforma Constitucional Hamilton-Fuentealba pero no fue promulgada por completo por el presidente Allende, quien incluso vetó algunas partes. Esto ocasionó la furia del Partido Nacional, denunciando que violaba la Constitución.
El levantamiento del 29 de junio, denominado Tanquetazo, trajo como consecuencia 20 muertos, la mayoría civiles. El Begimiento blindado N° 2, liderado por el Coronel Roberto Souper, se sublevó contra el gobierno, enfrentándose a las Fuerzas de la Guarnición. Fue Prats quien se enfrentó con los subversivos.
El camino al golpe de estado
El golpe fue planeado por todos los sectores militares. Aunque dentro del Ejército las opiniones estaban divididas. Con el transcurso de los meses la idea del golpe ganaba más adeptos. Sin embargo, hubieron facciones leales a Allende, que le informaban los intentos de derrocamiento. Pero fueron detenidos y torturados entre julio y agosto acusados de infiltración subversiva en la Armada.
El 21 de agosto, las esposas de militares se manifestaron frente a la casa del General Prats. Se generó una disputa con Carabineros, en la que todos fueron abucheados. Como los generales no reafirmaron su lealtad para con él, Prats renunció, dejando en su lugar a Pinochet.
Los ideales sobre libertad iban ganando adeptos en la sociedad, principalmente de las clases medias y altas. Tal es así, que el 22 de agosto, la Cámara de Diputados aprobó el Acuerdo sobre el grave quebrantamiento del orden institucional y legal de la República. En el mismo se acusaba al gobierno de establecer un régimen totalitario donde se violaron las garantías constitucionales. Además, lo acusaba de atentar contra la libertad de expresión, de reprimir a los opositores y de infiltrar militares en el gobierno.
Inicio de la dictadura
En la madrugada del 11 de septiembre, parte de la Marina tomó la ciudad de Valparaíso. Allende fue avisado y se dirigió, armado, al Palacio de la Moneda. Desde allí emitió el primer comunicado del día, informando que un sector de la marina se había sublevado pero sin convocar al pueblo al enfrentamiento armado.
El primer anuncio militar se realizó por radio a las 8:42 horas. Allí proclamaron que Allende debía hacer entrega del mando, y que éste quedaría en manos de los jefes supremos de las Fuerzas Armadas.
La Central Única de Trabajadores de Chile convocó a copar las fábricas, como forma de resistir al golpe. Mientras tanto, los militares le dieron a Allende la posibilidad de ser evacuado del país, pero éste se negó. Los francotiradores rodearon el edificio donde se encontraba, a la vez que los tanques ocupaban las calles de Santiago, la capital chilena.
A las 10:15, Allende emitió su último discurso por Radio Magallanes. “Ante estos hechos sólo me cabe decirles a los trabajadores: Yo no voy a renunciar. Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que entregamos a la conciencia digna de miles y miles de chilenos no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos”, declaró.
Finalmente, a las 10:30 se abrió el fuego contra la Moneda. El Grupo de Amigos Personales (GAP), un grupo equipado y entrenado por Cuba para proteger al presidente, intentó responder a la balacera pero fue en vano. Los militares bombardearon no solo contra dicho edificio, sino también contra la Casa de Gobierno y contra la residencia presidencial donde se encontraba la esposa de Allende.
Cuando el Palacio de la Moneda fue tomado, el presidente socialista gritó: «¡Allende no se rinde, milicos de mierda!». Decidió suicidarse utilizando el fusil AKMS que le había regalado Fidel Castro.
La instalación de la dictadura
A las 18 hs se reunió la nueva Junta Militar, integrada por los Jefes Pinochet, Leigh, Merino y Mendoza, dando lugar a los más cruentos años de la historia chilena.
Al día siguiente, Víctor Jara, músico y militante del Partido Comunista de Chile, fue detenido y torturado. Le cortaron los dedos y la lengua para que no pueda tocar la guitarra ni cantar. Luego de cuatro días, fue asesinado en el entonces Estadio Chile, centro clandestino de detención. En su homenaje, hoy ese lugar lleva su nombre.
Fueron 16 años de una dictadura feroz. Se silenció a los medios de comunicación, a artistas mediante el “apagón cultural” y a todes aquelles que opinaban diferente. Muches dirigentes de la Reforma Agraria también fueron desaparecidos o torturados. Por miedo, muches defensores de Allende tuvieron que quemar todas las pertenencias que lo relacionaran con él. Los estudiantes opositores también fueron asesinados y torturados, al igual que sindicalistas y gremialistas. Muches debieron exiliarse en otros países.
Les que se beneficiaron fueron les empresaries, debido a una corriente de privatización muy diferente al plan propiciado por Allende. Mientras tanto, las clases pobres y los asalariados, que habían mejorado sus derechos durante los últimos años, volvieron a precarizarse.
Durante los años de dictadura, el 11 de septiembre era celebrado como el “Aniversario de la Liberación Nacional”. Pero hoy, en democracia, es el día para reflexionar hacia dónde nunca más queremos volver.
La Batalla de Chile
El documental «La Batalla de Chile» fue dirigido por Patricio Guzmán y consta de una trilogía. Fue filmado entre el 15 de octubre de 1972 y el 11 de septiembre de 1973. Demuestra cómo la burguesía y la oligarquía chilena conspiraron junto a Estados Unidos para derrocar al gobierno popular de Allende. Este trabajo no fue solo censurado durante el gobierno de Pinochet, sino también por los democráticos de Lagos y Bachelet.
Este fin de semana continuará su emisión por primera vez en toda Latinoamérica a través de Telesur. En el día de ayer se proyectó la Parte I: «La insurrección de la burguesía». Hoy sábado le tocará el turno a la Parte II: «El golpe de Estado» y mañana domingo le corresponderá cerrar la trilogía la Parte III: «El Poder Popular».