La pandemia presentó muchos desafíos para estudiantes, educadores y familias. Como consecuencia de los cierres de escuelas, las pautas de distanciamiento físico, el aislamiento y otros cambios inesperados en sus vidas.
A raíz de esto, Nota al Pie se comunicó con la psicopedagoga, Karina Pérez, quien explicó que “el cierre del sistema educativo no sólo separó a los estudiantes de las aulas, los amigos y las actividades extracurriculares”. Sino también “aisló a los niños y adolescentes de los miembros del personal escolar, que son importantes para el desarrollo pedagógico”.
La virtualidad generó pérdidas de aprendizaje y aumentos en la desigualdad
Consecuentemente, “una de las limitaciones del aprendizaje remoto de emergencia es la falta de interacción personal entre profesor y alumno”, resaltó la psicopedagoga.
Por otra parte, un estudio que se realizó en los países de Bélgica, los Países Bajos, Suiza y el Reino Unido, indicó que la educación a distancia generó graves consecuencias. Entre ellas, pérdidas de aprendizaje y aumentos en la desigualdad, en especial entre los estudiantes cuyos padres tienen menos educación.
En esa misma línea, Pérez señaló que “estos resultados son más agudos en países de ingresos medios y bajos como Argentina”. En donde “hay mucha menos capacidad tecnológica y una mayor proporción de familias vive en condiciones de pobreza”.
Las pérdidas de aprendizaje pueden provocar mayores dificultades a la hora de conseguir empleo
El mismo estudio revela que las pérdidas de aprendizaje derivadas de la pandemia de COVID-19 tienen un efecto negativo agravado a largo plazo.
De manera tal que, estas pérdidas podrían traducirse en un menor acceso a la educación superior, una menor participación en el mercado laboral y menores ganancias futuras.