Un equipo de investigadoras argentinas diseñó la app “Mi Reloj Interno”. Esta aplicación de uso libre y gratuito, permite realizar un autodiagnóstico y obtener recomendaciones personalizadas para mejorar el reloj circadiano o biológico. El proyecto nació a raíz de una encuesta realizada en todo el país, respecto de los cambios en los hábitos del sueño durante el aislamiento por la pandemia de coronavirus.
“Si una persona completa el cuestionario, sigue las recomendaciones y a los 15 días vuelve a completar, va a recibir otras sugerencias y puede ir haciendo un seguimiento», explicó la biotecnóloga María Juliana Leone, directora del equipo que llevó adelante esta iniciativa, en diálogo con Télam.
Un desarrollo necesario
La relevancia de este proyecto radica en que «si no dormimos adecuadamente (y esto incluye no solo los horarios sino también la calidad y la duración del sueño), nuestra salud y nuestro rendimiento cognitivo se podrían afectar», aseguró la investigadora del CONICET.
En ese sentido, dijo que «el reloj biológico es un mecanismo interno que impone un ritmo de alrededor de 24 horas a todas las funciones corporales para que ocurran en el momento óptimo del día». De tal manera que una interrupción en el cronograma del sueño podría generar trastornos en la salud física y mental.
Los efectos del covid
“Mi Reloj Interno” nació como producto del proyecto «Desafíos cronobiológicos asociados al aislamiento social». Fue uno de los seleccionados dentro de la convocatoria IP COVID, financiada por la Unidad Coronavirus que la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i) integra junto con el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y el Conicet.
La pandemia de coronavirus generó una alteración en todas las actividades de la vida cotidiana. Los hábitos del sueño no estuvieron exentos: «durante el aislamiento nos expusimos menos a la luz solar (porque estábamos en nuestras casas), más a la luz artificial y a pantallas de tipo led (en horarios inadecuados) y nuestras actividades tuvieron horarios más flexibles», describió Leone.
En tal sentido, señaló que «idealmente el reloj tendría que estar lo más alineado posible con el ciclo de luz y oscuridad pero no es el único factor que incide; entonces no hay un reloj ideal único para todas las personas, ni siquiera para las de la misma edad o el mismo género porque existe una variabilidad interindividual».
Una investigación sin sesgos
A partir de un cuestionario estandarizado, que involucró a 4.000 personas de entre 13 y 100 años, les investigadores pudieron desarrollar un algoritmo capaz de vincular hábitos con determinadas características de ritmos circadianos. Una vez implementado en la aplicación, el algoritmo asocia hábitos vinculados con determinadas características de los ritmos circadianos de la población argentina.
La combinación de mecanismos de encuestas online y vía telefónica “aseguró la participación de personas de distintos rangos etarios y niveles socioeconómicos. La información fue procesada por un equipo interdisciplinario conformado por especialistas en sociología, demografía y muestreo», explicó la Agencia I+D+i en un comunicado.
Además de Leone, el equipo estuvo conformado por las investigadoras del CONICET Lia Frenkel (iB3, UBA), María Fernanda Ceriani (Fundación Instituto Leloir) y Paula Cramer (Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación). También colaboraron en el proyecto Ariel Haimovici, Elisa Epstein, Diana Munilla, Ignacio Oroná y Milagros Wienert. Por último, cabe mencionar que cuentan con el apoyo del Observatorio Académico de Aplicaciones Móviles para la Salud de la Universidad Nacional de Quilmes.