“Horacio o la inmovilidad”, una obra de teatro adaptada al formato audiovisual por la compañía La Viviente, continuará durante el mes de septiembre. Todos los domingos del mes, desde las 19 hs, estará disponible por streaming.
La obra, escrita por Gabriel Penner, aborda la pregunta por la inmovilidad. O el “el dejar de prestarse a las cosas”, en palabras de Horacio, el protagonista. Esta historia narra los desafíos y conflictos que se gestan a partir de una decisión radical: abandonar el movimiento.
“La obra propone un montón de cosas alrededor de este cuestionamiento. Por ejemplo, ¿dejar de hacer puede ser una decisión propia? ¿o si siempre va a estar condicionada por otra cosa? ¿Es patológica la inmovilidad?”, explica la directora, Maia Postolski.
El advenimiento de la pandemia y el consecuente aislamiento preventivo y obligatorio, impuso una inmovilidad obligatoria. “¿Pero qué pasa si eso en lugar de ser una obligación es una elección? ¿Uno puede detenerse? ¿O cuando se detiene está condenado? ¿Detenerse es la muerte o solamente dejar de producir?”, se pregunta.
Una historia con pausas
El proyecto nació en el marco de la Universidad de las Artes (UNA). Postolski cursaba Dirección teatral, una materia de la carrera de Dirección Escénica, cuando se encontró con el texto de Penner. “Al momento de elegir una obra para montar en la cursada, yo ya tenía la idea de pensar un proyecto que luego pudiéramos sacar por fuera de la academia”, explica la directora.
Con respecto a la dramaturgia de Penner dice que le “pareció una obra hermosa, con muchísimo potencial y que merecía una buena puesta para ser vista”. Al leerla se enamoró de los personajes. Había algo muy humano en los textos de “Horacio o la inmovilidad” que la encandilaron. Sin embargo, para ella representó un desafío ya que “la profundidad de los textos y de la filosofía que tiene incorporada, la volvían compleja”, explica.
La Viviente empezó a trabajar en el proyecto antes de la pandemia. La primera fecha de estreno estuvo pactada para el 1 de marzo del 2020. Sin embargo, no pudo salir a la luz. “Nos tomó por sorpresa. Pero, al estar atravesades por esta cuestión de la inmovilidad, casi que nos tomamos con humor el hecho de tener que detenernos. Hay algo del contexto y de cómo la inmovilidad nos atravesó a todes, que siento que nos dio más ganas de seguir trabajando. Era un tema que se había resignificado y nos parecía importante y apropiado sacar la obra a la luz”, declara Postolski.
La directora menciona que la compañía adquirió su nombre inspirada en un texto de Horacio: “lo viviente en estado viviente, viviente sobreviviente”. “Es hasta poético habernos nombrado La viviente. Una decisión tomada en 2019, previa a la cuarentena estricta. Creo que nos ayudó ese nombre a sostenernos y mantenernos vivientes atravesando todo ese período y con ganas de seguir haciéndolo”, asegura.
Retomando el movimiento
Durante la cuarentena, el equipo continuó reuniéndose de forma virtual para indagar en el texto y en sus posibilidades. Pero, una vez transcurrido este período de encierro, al reencontrarse se dieron cuenta de que ya no era igual, ni el contexto, ni elles mismes. Entonces, decidieron revisar la obra.
“Pudimos aprovechar todo ese trabajo que hicimos durante la cuarentena y darle una vuelta de rosca. Los ensayos posteriores a la cuarentena estricta nos permitieron un nivel de profesionalización mucho mayor. Y gracias a eso también la obra es mucho más sólida”, afirma Postolski.Horacio o la inmovilidad, además de un texto que invita a la reflexión, cuenta con una estética visual atrapante. Adaptarla a la virtualidad también implicó un reto para el equipo. “La puesta de cámara fue pensada para sostener lo más posible el hecho teatral al momento de adaptarse a la filmación” explica Vico Ipas de Nostredad Cultura Audiovisual, encargades de la filmación de la obra. Y en ese sentido asegura que “no es un trabajo sencillo, ya que se genera un espacio linde que posiciona al espectador tanto dentro como fuera, a la vez, del teatro y de lo cinematográfico”.