El 12 de agosto, unos policías de la localidad de Berazategui (Provincia de Buenos Aires) golpearon y detuvieron a un joven de 17 años que se encontraba en su casa, acusándolo de haber cometido un robo que no realizó. Su madre y hermana de 12 años saltaron en su defensa, y también resultaron azotadas. Les policías se excusaron declarando que le secuestraron una daga y cambiaron dos veces la acusación: primero denunciaron averiguación de ilícito y luego resistencia a la autoridad. Después lo llevaron detenido.
El hecho
Gabriel se encontraba caminando, volviendo de acompañar a su novia, cuando dos policías del Comando de Patrulla de Berazategui empezaron a perseguirlo sin razón alguna. Asustado, el joven de 17 años corrió hasta su casa. Allí, bajo amenazas e insultos, decidió salir completamente en paz, y terminó siendo violentamente golpeado por los agentes.
En el momento en que puso un pie en la calle, el joven fue golpeado en la nuca y en la rodilla para ser derribado. Estando en el suelo, se lo inmovilizó, mientras ataques e insultos por parte de los oficiales.
Cuando la madre, Nélida, llegó al domicilio, intentó intervenir para que dejaran de golpear a su hijo. Lamentablemente, ella terminó recibiendo golpes de puño y rodillazos en la cara, mientras la hija más chica de 12 años también fue atacada. Más tarde, le avisaron a la madre que su hijo quedaría detenido.
Detención en la comisaría
Les policías llevaron al joven a la Comisaría 1ª de Berazategui, un lugar donde no está permitido alojar menores de edad. Mientras se trasladaban hacia el establecimiento policial, Nélida se contactó con la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) para entender mejor cómo actuar en estas circunstancias
Ya en la comisaría, se le entregó un acta policial, en donde se indicaba falsamente que Gabriel había sido detenido por “averiguación de ilícito” y que se le secuestraba una daga, la cual nunca apareció. La madre se rehusó a firmar el acta, como le habían recomendado desde la CPM.
Luego de este acontecimiento, arribó a la comisaría una representante de la Auditoría General de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad. Gracias a su presencia, el joven terminó siendo liberado, dada la imposibilidad de justificar las razones de su detención. A pesar de que no pudieron acreditar que el menor fue el autor de un robo, ni que le encontraron una daga, les policías lo imputaron por el delito de resistencia a la autoridad, para excusarse.
Hechos posteriores al crimen policial
Unos días después, dos oficiales del Comando de Patrulla aparecieron en la casa de la familia para intentar explicar los motivos del accionar. En este proceso intimidaron a la familia y afirmaron que Gabriel cometía ilícitos, sin poder explicar cuales.
La CPM realizó la denuncia penal en la Fiscalía General de Quilmes, reclamando que se investigue el caso, y que haya sanciones para les policías autores de estos hechos, ya que constituyen graves violaciones hacia los derechos humanos.