El 26 de julio de 1956 falleció Eva María Duarte de Perón a los 33 años, víctima de cáncer cervical. Desempeñó un importante papel en la política argentina junto a su marido Juan Domingo Perón. Hasta hoy, su figura continúa siendo referente en luchas sociales y en parte del movimiento feminista.
Como todo personaje relevante y trascendente, sus acciones y declaraciones no están exentas de debate y crítica. Sin embargo, su figura continúa inspirando a través de los años.
Un poco de historia
Eva Duarte nació en una zona rural de Los Toldos, Provincia de Buenos Aires, el 7 de mayo de 1919. De origen humilde, se trasladó a Buenos Aires en busca de la oportunidad de convertirse en actriz. Y lo consiguió: incursionó en la radiofonía de la época y trabajó en teatro.
Además, realizó pequeños papeles en algunas películas y un protagónico que nunca llegó a estrenarse.
Sin embargo, como en general sucede en los albores de una carrera artística, los comienzos fueron duros, pero de a poco logró ganarse un lugar y conseguir mejores trabajos.
Perón y Evita
El 15 de enero de 1944, un terremoto de gran magnitud destruyó la ciudad de San Juan. Tuvo consecuencias catastróficas: en apenas 30 segundos, mató entre 7 y 10 mil personas, hirió a unas 20 mil, y destruyó más de 13 mil viviendas.
Por este hecho, el entonces secretario de Trabajo y Previsión Social, coronel Juan Domingo Perón, fue el encargado de organizar festivales solidarios para recaudar fondos para las víctimas.
Les artistas más famosos de radio, teatro y cine participaron activamente en la colecta para conseguir dinero y fondos.
El 22 de enero, en el Estadio Luna Park de la Ciudad de Buenos Aires, se realizó el festival más grande. Allí se conocieron Eva Duarte y Juan Perón, entablando así una intensa relación que traspasaría la barrera de lo privado.
A partir de ese momento, Evita se convertiría en una pieza clave del gobierno y empezaría a desarrollar un papel fundamental en la política del país.
Trabajo social y espacio para las mujeres
Según relatos de la época, durante el tiempo que permaneció junto a su marido y hasta su muerte, Evita trabajó incansablemente.
Entre sus logros más destacados se encuentra la promulgación de la Ley de sufragio femenino en 1947. La Ley N.º 13.010, también conocida como «la Ley Evita» se sancionó el 9 de septiembre de ese año. La misma le daba el derecho y habilitaba a todas las mujeres de Argentina a votar. Fue el primer paso para la incorporación formal de las mujeres en el ámbito político.
A partir de la sanción de aquella Ley, su liderazgo se proyectó a nivel nacional. Esto posibilitó que las mujeres cumplieran un papel importante en la reelección de Perón, para un segundo mandato.
Con este objetivo, se creó el Partido Peronista Femenino, fundado el 29 de julio de 1949 en el marco de la primera asamblea organizativa del Partido Justicialista. Según historiadores, fue un partido de integración social, que buscaba incluir a un grupo específico y constituir una respuesta político organizativa al desarrollo de las políticas de masas.
Al año siguiente, nacía la Fundación Eva Perón, dedicada principalmente a la asistencia social. Mediante esta institución se crearon hogares, escuelas, hospitales y la Escuela de Enfermeras.
Su Legado en la historia
En “Eva Perón. Mi mensaje, escritos y discursos”, Evita sentenciaba: “Nuestra voz ha sido escuchada. Gracias a la revolución y a nuestro líder se han reconocido al fin los derechos políticos que durante tanto tiempo nos fueron negados. Ahora podemos votar. Mujeres compatriotas, amigas mías, ¡sepamos también votar!”.
Hasta hoy, Evita sigue presente en cada acto político y manifestación social. Una figura que se convirtió en referente de lucha.
Se podrá discutir el alcance real de sus acciones, pero no así la trascendencia de su figura pública y labor en la lucha por los derechos de las mujeres. Sin duda alguna, ocupa un lugar en la historia de la política argentina.